2009/07/09

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  • Estudio de Magnum: El chocolate produce más placer que el sexo
  • El chocolate produce más placer que el sexo, según un estudio de Magnum del que además se desprende que las mujeres disfrutan más que los hombres
  • El Diario Vasco, 2009-07-09 # A. Varet Pascual . Madrid
Los españoles sienten más placer con la comida, sobre todo con el chocolate, que con el sexo, según un informe presentado ayer sobre la Evolución del Placer en España, realizado entre 8.351 personas. El estudio -desarrollado por el profesor de Sociología de la Universidad de Barcelona Javier Barraycoa, y patrocinado por Magnum- señala que los cinco placeres preferidos en España son, por este orden, comer, la familia, viajar, el chocolate y el sexo. Y conste que en el resto del mundo la buena mesa también lidera las preferencias; nada menos que en dos de cada tres países los placeres gastronómicos se llevan el gato al agua aunque no haya debilidad por ningún plato en concreto.

El informe detalla la evolución reciente del placer en España, desde las pasiones más ancestrales a las últimas tendencias. El examen, a nivel mundial, determinó que existen diez indicadores fundamentales: cinco relacionados con los sentidos y otros cinco con rasgos de sociabilidad. De ahí se desprende un 'coeficiente de placer' similar al intelectual, pero relacionado con el bienestar.

La mujer disfruta más que el hombre
La investigación revela, por ejemplo, que en España la mujer disfruta más que el hombre. «La mujer se ha desmelenado de golpe, se ha encontrado con una situación en la que quiere disfrutar al máximo», comenta el responsable del proyecto. El cambio de actitud en los españoles, a lo largo de los últimos años, deja claro cuáles son ahora las preferencias. «Antaño el placer venía del deber cumplido, hoy no es así. Ahora se busca una 'autorrealización', es el derecho a mimarnos».

Realizado en colaboración con la Universidad de Leicester, el estudio también ha desvelado que los españoles que más y mejor disfrutan son asturianos y extremeños, mientras que baleares y valencianos se quedan a la cola del placer. Con estos datos, los españoles no salen bien parados en el contexto internacional, ya que nuestro país se sitúa en los últimos puestos del ranking de los que más disfrutan: ocupa el puesto 22 de 25, con un 'coeficiente de placer' medio de 115. Una cifra muy cercana a la de naciones como Países Bajos, Alemania y Australia. Todos ellos están muy alejados de Colombia y México, por ejemplo, que alcanzan 136 y 165, respectivamente. Dos naciones, por cierto, con una renta per cápita sensiblemente inferior a la española.

Placer y subjetividad
«Estos resultados -reflexiona Barraycoa- refuerzan la idea de que el placer tiene que ver con la subjetividad». Así se explica que, como el goce auditivo proporciona un disfrute más intenso, «sean las regiones con mayor cultura musical las que se encuentran en una posición superior en el test». Otro apunte significativo es que, aunque la mujer disfruta más que el hombre en España, a nivel mundial es el varón quien obtiene una mayor 'tasa de placer'. Lo cual demuestra, dicen los expertos, que no existe la misma libertad para ambos géneros en todos los territorios. El estudio también evidencia que mientras ellas buscan momentos de relajación para experimentar goces variados, ellos los encuentran en la autorrealización. Tanto unos como otras coinciden, sin embargo, en identificar el hogar como su lugar favorito para el placer.

El chocolate como terapia
El profesor catalán incidió también en el hecho de que «las nuevas tecnologías o la igualdad entre sexos han transformado radicalmente nuestra sociedad». Ahora la vida resulta más cómoda, pero también puede caer más fácilmente en el tedio, lo que «ha provocado una necesidad de nuevos deleites».

En este ámbito surgen palabras con las que ya conviene familiarizarse, como 'fooding', 'chocolaterapia' o 'prosumidor', término que define a un consumidor racional e informado que se queda cada vez más en casa para disfrutar de su ocio. «Antes quedarse en casa era una obligación», dice Barraycoa. «Ahora pretendemos crear nuestros propios espacios de placer. Y es que parece que el goce se ha 'desruborizado', se ha democratizado en una viaje de transformación hacia la autosatisfacción individualista».

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