2009/07/26

> Berria: Indarkeria > NIGERIA: MEDIO CENTENAR DE MUERTOS EN ENFRENTAMIENTOS ENTRE MILITANTES ISLAMISTAS Y POLICIAS

  • Medio centenar de muertos en enfrentamientos entre militantes islamistas y policías en Nigeria
  • Alrededor de 70 miembros de un grupo islamista han atacado una comisaría con armas y explosivos en represalia por la detención de sus líderes
  • El País, 2009-07-26 # Reuters . Bauchi
Alrededor de medio centenar de personas ha muerto en la ciudad nigeriana de Bauchi (noreste del país) como consecuencia de enfrentamientos entre miembros de las fuerzas de seguridad y militantes de un grupo islamista, según han asegurado algunos testigos y fuentes hospitalarias.

Los enfrentamientos han comenzado a primera hora de este domingo, cuando alrededor de 70 miembros de un grupo islamista, armados con pistolas y explosivos, han atacado una comisaría en represalia por la detención de sus líderes. Un portavoz policial ha asegurado que los agresores son militantes de Boko Haram, un grupo local que pretende la extensión de la sharia (ley islámica) a toda Nigeria.

Agentes de Policía y militares han repelido el ataque y han peinado posteriormente el vecindario para arrestar a los responsables. Como resultado, más de 200 personas han sido detenidas. Fuentes hospitalarias han señalado que hay más de 50 muertos, aunque la cifra oficial ofrecida por el Gobierno es de 39. incluido un soldado.

El Gobernador del territorio de Bauchi, Isa Yuguda, ha impuesto un toque de queda nocturno durante unos días y ha asegurado que la situación está "bajo control". Bauchi es uno de los 12 estados del norte de Nigeria -donde la religion musulmana es mayoritaria- en los que la sharia ha ido ganando terrreno desde 2000.

> Berria: Indarkeria > ANDALUCIA: DETENIDO EN CORDOBA UN MENOR POR AGRESION SEXUAL

  • Detenido en Córdoba un menor por agresión sexual
  • El País, 2009-07-26 # Manuel J. Albert . Córdoba
Menos de dos semanas después de que se conociese la violación múltiple de cinco menores y un adulto a una chica de 13 años en Baena, se ha conocido una nueva denuncia de violencia sexual entre menores en la provincia de Córdoba. Esta vez, un muchacho de 16 años ha sido detenido por la Guardia Civil, acusado de una presunta agresión sexual a una niña, y de ser el posible inductor de otras agresiones sexuales entre menores de entre 10 y 11 años.

Los hechos sucedieron en la aldea de El Cañuelo, del municipio de Priego de Córdoba, aunque no ha trascendido la fecha. El chaval, nacido en Marruecos y residente Andalucía desde hace ocho años, pasó el jueves a disposición de la Fiscalía de Menores, que dictó su ingreso en un centro cerrado.

Además de estos dos casos de agresiones en Córdoba, la semana pasada se supo que una niña de Huelva, con 13 años y una minusvalía mental, sufrió otra violación en grupo por parte de siete menores.

El clima en la aldea de El Cañuelo, de unos 200 habitantes, era ayer de incredulidad y hermetismo. Muchos de los vecinos conocen al presunto agresor —ya que es miembro de las dos únicas familias marroquíes residentes—. También saben quiénes son, al menos, dos de las niñas que pudieron ser víctimas. Pero nadie quiere hablar. Todas las puertas se cerraban ayer, especialmente las de las dos familias de las crías supuestamente agredidas. “No tengo nada que decir sobre eso”, dijo, antes de dar un portazo, la familiar de una de las niñas.

“Yo no sé nada”
Quien sí habló fue Abdelaziz Marzouki, el padre del menor que presuntamente protagonizó estos ataques sexuales. El hombre, que trabaja en labores del campo en España desde 1998, sostiene que nunca supo nada. “Me enteré el miércoles, porque me lo dijeron los familiares de una niña. Yo no sabía nada”, defiende. Ese mismo día, su hijo, el segundo de cuatro hermanos (tiene uno de 20 años, otro de 14 y otro de siete) fue detenido por la Guardia Civil después de que los padres de las niñas denunciasen los hechos.

El menor declaró en el cuartel de Fuente Tójar. “Mi hijo dice que él no ha hecho nada”, dice Abdelaziz. Al día siguiente puesto a disposición de la Fiscalía de Menores. “Se lo han llevado a Almería”, dijo Marzouki.

> Erreportajea: Hezkuntza > SE PUEDE REEDUCAR EN LUGAR DE ENCARCELAR

  • Se puede reeducar en lugar de encarcelar
  • Existen fórmulas para encauzar a los niños menores de 14 años que cometen delitos. Faltan decisión política y medios
  • El País, 2009-07-26 # J.A. Aunión / E. Hidalgo
Un niño se marcha a su casa, a pesar de haber participado presuntamente en una violación múltiple, porque tiene menos de 14 años, la edad mínima de responsabilidad penal. La fuerza de esta imagen que queda, al menos durante un tiempo, en la retina de la sociedad oscurece el debate sobre qué se debe hacer con estos chavales. Además, los casos de niños de 10, 11 o 12 años que comenten pequeños hurtos, una y otra vez, amparados por su edad y muchas veces dirigidos por adultos, preocupan cada vez más.

¿Qué se hace con estos niños y niñas? ¿Se rebaja la edad penal, como proponen algunos, para poder encerrar a los que cometan delitos más graves y, en definitiva, castigarles de alguna manera? "Ésa es una actitud infantil; nosotros somos los adultos", dice el psicólogo, experto en educación sexual en centros de menores, Santiago Agustín. Como él, muchos otros expertos sostienen que rebajar la edad penal, además de ir contra la Convención de los Derechos del Niño, no serviría de nada. Apuestan por la educación, por ir a las causas del problema (que suelen ser muchas y terribles) y trabajar con los niños, sus familias y su entorno. "Todo lo que se haga de acuerdo con el menor y la familia tiene mejores resultados", sostiene Esther Giménez-Salinas, rectora de la Universidad Ramón Llull y catedrática de Derecho Penal.

En definitiva, unas medidas socioeducativas que, con la legislación actual, ya se pueden tomar, e, incluso, pueden acabar con los menores infractores en centros cerrados en los casos más graves, asegura el jurista, ex fiscal de menores de la Comunidad de Madrid, Félix Pantoja.

Otra cosa bien distinta es cómo se utilizan, cómo funcionan, con qué medios y con qué limitaciones se encuentran esos mecanismos, que en la práctica totalidad de los casos son gestionados por los servicios sociales de las comunidades. Las distintas posibilidades, la dispersión normativa y de medios en autonomías, diputaciones e, incluso, ayuntamientos muchas veces conforman una maraña de recursos inconexos que ralentizan la toma de unas medidas que deben ser muy rápidas. "Las comunidades tienen que asumir su responsabilidad y crear los mecanismos especializados para responder adecuadamente lo más rápido que se pueda", añade Pascual Jiménez de Bagüés, educador del Equipo de Menores de Catorce Años, organismo creado por los servicios sociales en la provincia de Zaragoza para los chavales que cometen delitos por debajo de esa edad.

Empezaron a trabajar en 2002 porque los profesionales de protección de menores no especializados dejaban desatendidos el 95% de los casos de infractores menores de 14 años. La razón es que suelen trabajar con casos claros de abandono o desamparo, es decir, que el niño esté solo o desatendido por sus padres, algo a lo que no responde ese alto porcentaje de los infractores.

La fiscal de Menores del Tribunal Supremo, Consuelo Madrigal, explica q ue cada comunidad ha ido desarrollando sus propias normativas desde la aprobación de la ley del menor de 2000, que se han ido adaptando, dice, a estas situaciones, pero con una dispersión tal que se crea mucha "inseguridad jurídica". En cuanto a la eficacia de esas medidas socioeducativas dice, a la gallega: "Depende de las comunidades autónomas y de los medios".

Por ejemplo, el equipo zaragozano al que pertenece Jiménez es pionero en España; luego han ido llegando otros en Guadalajara, Cuenca y Granada. "Y funciona; sólo el 6% vuelve a cometer alguna infracción después de que trabajemos con ellos", asegura el educador. Pero, por regla general, con un niño infractor de 13 años o menos, "si es por pequeños delitos, como hurtos o peleas, no se suele hacer nada", explica Madrigal. Si hay reincidencia, continúa, o si el delito es muy grave -"algo que ocurre muy poco, lo cual no significa que no haya que intervenir"-, la fiscalía emite un informe que manda a los servicios sociales de la comunidad para que ellos evalúen la situación y tomen las medidas. Para José Antonio Luengo, secretario general del Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, el hecho de que las medidas a tomar dependan de los servicios sociales de cada comunidad las convierte en "insignificantes". "Probablemente no sea necesario rebajar la edad penal, pero sí hacer un protocolo estable y planificado de actuación", sostiene Luengo.

En cualquier caso, para otros el gran problema radica en que las medidas que se toman desde los servicios sociales no son obligatorias, y tienen que contar con la aceptación de las familias. Algunos fiscales, cuando piden la rebaja de la edad penal no es para encerrar a los niños, sino para poder imponerles esos programas educativos. Por ahora el margen más claro que existe para poder hacerlo es que los chavales estén en una clara situación de abandono o desamparo, con lo que la comunidad asumirá su tutela. En muchos casos, ese menor irá a un centro de acogida, sin embargo, esos centros no tienen grandes medidas de seguridad y los chicos y chicas se pueden escapar, recuerda Teresa Gisbert, fiscal jefe de la Audiencia de Valencia y especialista en menores.

Por eso, el Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid, Arturo Canalda, proponía hace unos meses desde las páginas de este diario que se impongan "medidas de contención obligatorias" para estos casos. Los jueces de primera instancia, de hecho, pueden tomar las decisiones que consideren necesarias para apartar al menor de una situación de riesgo para sí o para los demás. Sin embargo, no se suele recurrir a esta posibilidad salvo en casos muy extremos y, de nuevo, es mucho más difícil si el menor tiene una familia que se ocupa, aunque sólo sea más o menos, de él.

El problema, para el psicólogo Santiago Agustín, es que "se acaba castigando la situación social del chaval". En Andalucía, por regla general, no hay protocolos especiales para estos chavales y, en concreto, en Málaga, cuando alguno llega desde la fiscalía y su "situación personal y familiar no es grave, la apertura de expediente suele llevar aparejada una carta de información a los padres o la solicitud de una entrevista con los mismos", según un estudio de 2007 de las profesoras de derecho María José Bernuz Beneitez, Esther Fernández Molina y Fátima Pérez Jiménez. Y cuando se interviene porque su situación social y familiar es grave, se hace "sin atender particularmente a la comisión de la infracción".

Titulado Menores de 14 años que cometen delitos, el texto concluía que existe esa dispersión de políticas y planteaba: "Si la solución a estas conductas está en una reforma legislativa o más bien en una adaptación de las prácticas administrativas y sociales a una situación que, en cualquiera de los casos, reclama urgentemente una respuesta. Dada la importancia que tiene una intervención educativa realizada a tiempo en la prevención de la reincidencia, sobre todo de comportamientos violentos, habría que apostar por respuestas que, como la justicia reparadora, favorezcan la responsabilización y la concienciación del menor sobre las consecuencias de sus actos".

Porque, de hecho, la incógnita que se abre es si sirven de algo los internamientos por sí solos. El Defensor del Pueblo publicó hace unos meses un informe en el que se quejaba de las enormes carencias de estos centros de menores donde en muchas ocasiones se olvida completamente la función educadora o reeducadora. Además, ponía de manifiesto que la mayoría de ellos son de gestión privada, por lo que se produce lo que el psicólogo Javier Urra calificó como una "desresponsabilizacón" de las administraciones, algo que planea sobre todos los mecanismos, judiciales y extrajudiciales, de protección y reforma del menor -el 70% de los centros de reforma también son de gestión privada, algo que seguramente provocaría grandes aspavientos sociales si se tratara de cárceles para mayores de edad-.

De hecho, el Poder Judicial emitió un informe el año pasado en el que no sólo puso de manifiesto que 6.000 sentencias de menores no se ejecutan por falta de medios, sino que, en concreto, la falta de centros, educadores y recursos terapéuticos hace "que los objetivos educadores y resocializadores de la jurisdicción de menores no pueden ser alcanzados".

En el caso concreto de los infractores menores de 14, la fragmentación ya señalada hace muy difícil hacer una valoración general de este tipo, aunque todo apunta también a una escasez de medios. Sin embargo, el psicólogo madrileño Santiago Agustín considera "que hay recursos, sólo hay que ordenarlo y usarlos bien".

En el equipo zaragozano de menores de 14 años, lo primero que se hace es trabajar en apoyo de la víctima. Después con el agresor y su familia. "Es cierto que no tienen que aceptar la ayuda, pero aunque sean reacios, y aun en ese 10% en el que los menores no reconocen haber cometido el delito, se acaba aceptando el apoyo", asegura Pascual Jiménez. Y si finalmente los padres y el menor se cerraran en banda en un caso grave, Jiménez asegura que el caso iría al juez alertándole de la clara situación de riesgo del menor.

Sólo han tenido un caso grave de abuso sexual en los siete años del equipo, y hoy, agresor y víctima tienen una vida normal, asegura. En su actuación, lo primero es que el infractor entienda que lo que ha hecho está mal y asuma las consecuencias. Se intenta que compense a la víctima de alguna manera y también a la sociedad, por ejemplo, con programas educativos que tengan que ver con el delito cometido. También ofrecen talleres (de solución de problemas, habilidades sociales o control emocional) e incluso programas de orientación familiar para padres e hijos. "Se les puede tratar en abierto y con garantías", dice Jiménez, pero también han llegado a sacar a dos chavales de su entorno para llevarles a centros en zonas rurales.

A menudo, a estas intervenciones se les acusa de buenistas, sin embargo, una larga lista de expertos y trabajadores las defienden, no sólo como las mejores, sino como las eficaces para la sociedad.

Entiéndelo, todo acto tiene consecuencias
En las últimas semanas se han cometido dos violaciones múltiples protagonizadas por menores en Andalucía. Algunos de los agresores tenían sólo 13 años. ¿Qué lleva a chavales tan jóvenes a cometer estos actos? Los expertos coinciden en que no existe una explicación única para las agresiones sexuales cometidas por menores, en ocasiones producto de patologías de la personalidad, pero comparten la opinión de que el acceso a contenidos violentos a edades tempranas y sin ningún control está en el fondo de muchos de esos comportamientos. Señalan que los adolescentes pierden la capacidad de discernir entre el bien y el mal ante la recepción de mensajes que no tienen madurez para asumir y que el acceso indiscriminado a contenidos pornográficos violentos les insensibiliza, eleva su umbral de sorpresa y fomenta la imitación. Resaltan la necesidad de límites y el papel educador de los padres.

Marta de Prado, psicóloga del servicio de Atención a Víctimas del Delito de los juzgados de Madrid, señala que "cada edad tiene asociado un tipo de información que recibir y no se está valorando lo que a nivel evolutivo se está preparado para asimilar". Algo con lo que coincide José Antonio Luengo, secretario general del Defensor del Menor. Luengo señala que los adolescentes reciben una dualidad de valores contradictorios. Por un lado "crecen en la empatía y el respeto al sufrimiento ajeno; por otro, se nutren de experiencias en un escenario virtual que nadie controla y en el que todo vale", explica, e incide en que la vivencia virtual, que se asimila a través de imágenes, es la que prevalece. Los procesos de imitación surgen con frecuencia, porque los adolescentes, o niños, "no son conscientes de que eso tiene consecuencias". Luengo habla con preocupación de que los menores han pasado de educarse en escenarios tradicionales donde casi todo está planificado (la casa, la escuela y el barrio) a hacerlo en un escenario virtual "donde están completamente solos".

La psiquiatra María Inés López-Ibor cree que la edad a la que se comete este tipo de actos es cada vez menor, aunque no existen estudios al respecto, y lo relaciona con un consumo de alcohol cada vez más temprano y presente en muchas agresiones. "Puede que estemos ante un fenómeno que se está adelantando", afirma.

En todo caso, los tres destacan que la educación es básica para evitar este tipo de comportamientos. A los padres corresponde controlar lo que sus hijos hacen en la Red, y es necesario que les dediquen más tiempo: "Ya no vale calidad frente a cantidad", explica Luengo. López-Ibor insiste: "Hay que inculcar a los adolescentes que sus actos tienen consecuencias que deben asumir".

La Federación de Planificación Sexual Estatal reivindica una educación sexual "en el respeto de los límites propios y del otro" para prevenir y reeducar a los agresores. Raquel Hurtado, coordinadora de los programas de educación, sostiene que los adolescentes no reciben una formación sexual de calidad y denuncia la falta de centros de atención específicos para jóvenes. "La OMS recomienda uno cada 100.000 habitantes, y en España no se cumple", afirma.

> Elkarrizketa: Tino Brugos > "LAS AGRESIONES A HOMOSEXUALES AUMENTAN EN EL MISMO GRADO QUE NUESTRA VISIBILIDAD"

  • «Las agresiones a homosexuales aumentan en el mismo grado que nuestra visibilidad»
  • «Hay que tener en cuenta que cuanto mayor es el número de personas que salen del armario, los agresores tienen más campo para actuar»
  • La Nueva España, 2009-07-26 # R. García
La agresión sufrida por una mujer transexual en un gimnasio de Gijón el pasado 3 de julio ha vuelto a poner sobre la mesa temas tan preocupantes como la transfobia o la homofobia. El miedo y el rechazo a lo diferente. Desde un primer momento el colectivo Xega (Xente Gai Astur) ha defendido a la agredida y le ha prestado el apoyo jurídico necesario para su defensa. El portavoz de esta asociación, Tino Brugos, mantiene que aún hay mucho por hacer en lo que se refiere a los derechos de los homosexuales. A la entrevista con La Nueva España Brugos llega acompañado de Isabel Solís, representante de la asociación de lesbianas, y de Mané Fernández, miembro del colectivo transexual.

-¿Cuál ha sido la reacción de la sociedad ante la agresión de la transexual gijonesa?
-La población nos ha trasladado su solidaridad, sobre todo a través de los foros de internet. Los días posteriores a la publicación de la noticia hubo 3.800 visitas en nuestra web. La gente está siguiendo la noticia con interés. Nos han llegado muchos mensajes y apoyos desde todos los ámbitos. Los comunicados que llegan desde instituciones públicas como la Consejería de Bienestar Social o el Ministerio de Igualdad son muy importantes. El suceso ha puesto sobre la mesa una situación muy trágica que hay que atajar con educación, algo en lo que las instituciones públicas tienen mucho que decir.

-¿Es un caso puntual?
-Es raro que se denuncie, pero no que suceda. Muchas mujeres transexuales no denuncian los acosos y vejaciones a que se ven sometidas. La mayoría se dedica a la prostitución porque no tiene posibilidades laborales, lo que incrementa el número de ellas que no quiere denunciar las agresiones por vergüenza. En muchos casos estas mujeres tienen pocos apoyos. Llevamos bastante tiempo planteando la necesidad de crear puestos de trabajo para ellas porque son muy vulnerables. Se necesitan planes de inserción sociolaboral que palíen esta situación. A esto se añaden otros factores. Hay que tener en cuenta que cuanto mayor es el número de personas que salen del armario los agresores tienen cada vez más campo en el que actuar. En este país las agresiones han aumentado en el mismo grado que la visibilidad de los homosexuales. En el último año ha habido varios casos. En Jerez han sido agredidos dos transexuales. Hace más de un año pasó lo mismo en Madrid. Y sin ir más lejos, en Oviedo hay una mujer a la que está acosando un vecino y no quiere mudarse. A pesar de todo, Asturias es una comunidad bastante integradora y tolerante.

-¿Más que el resto de España?
-No tenemos muchas referencias ni datos comparativos, pero la integración de los colectivos homosexuales es buena en la región. Eso no quita para que existan casos puntuales. En Bimenes unas chicas fueron agredidas después de una romería y en Oviedo otras dos sufrieron agresiones después de besarse en público. De vez en cuando explotan estas cosas.

-¿Que importancia tuvo la legislación del matrimonio homosexual?
-La reforma legislativa que vivió España con la legalización del matrimonio tuvo mucha importancia, sobre todo porque rompió con la idea de que éramos un Estado católico y tradicional y consiguió que por fin el Gobierno se enfrentase al Vaticano. Los sectores más de derechas llamaron a una insumisión civil que no ha cumplido nadie. Nuestro caso es una referencia para los países que aún no han legalizado el matrimonio homosexual y para América Latina, donde nos ven como un ejemplo.

-¿Cuántos matrimonios ha habido en Asturias desde que se aprobó la ley?
-No recuerdo el número exacto, pero si que es cierto que en un principio hubo un «boom» muy importante. La primera etapa fue frenética en cuanto a número de matrimonios. Asturias, con sólo un millón de habitantes, era la cuarta en el ranking nacional. Tras la primera avalancha el número ha bajado y ahora estamos en un nivel normal. Un 10 por ciento de la población, aproximadamente, es homosexual, pero de ahí hay que mirar cuántos están dispuestos a casarse. Se dice que entre uno y un tres por ciento.

-¿Cuál es el perfil del que agrede a un homosexual?
-En la sociedad existen las denominadas «bolsas de homofobia» que están presentes clarísimamente en los adolescentes y aquellos que viven lo que podríamos llamar la primera juventud. Un perfil de agresor entre los 20 y los 35 años. Antes de estas edades estás aún forjando tu ideología y más tarde ya no pegas a la gente. A esto hay que añadir que el perfil es claramente masculino porque ninguna mujer ha agredido a nadie, al menos de momento. El problema llega en la adolescencia. Buena parte de las referencias con las que se construyen las masculinidades de hoy en día son erróneas. Las cosas que hacen sentirse hombre son reprobables en muchos campos de la sociedad. Una educadora aseguraba una vez en una conferencia en la que yo estaba presente que las mujeres están aspirando a un modelo de hombre que todavía no existe y ellos están reproduciendo un esquema de varón que está caduco. En ese desfase hay que situar los problemas de los jóvenes de hoy en día. Estas agresiones a homosexuales además tienen características comunes en cuanto al modo de llevarlas a cabo. Normalmente todo comienza con el grito de uno de los jóvenes, que lleva la voz cantante, al que siguen los demás. Ninguno se marca y defiende al homosexual porque eso significa perder la «presunción de heterosexualidad».

-¿Falta entonces mucho por conseguir?
-Cuando empezó el tema del matrimonio, los estudios decían que había un aprobación de goleada y más ajustada pero también mayoritaria en el campo de la adopción. Todo el mundo sabe lo que es políticamente correcto, pero el problema llega cuando hay un grupo liderado, como hemos dicho antes, por un voceras que se niega a aceptar que la sociedad ha cambiado. Quedan algunas cosas por avanzar. El día que deje de ser un lastre ser homosexual a la sociedad no le importará quién lo sea y todo el mundo se atreverá a mostrarlo con total normalidad.

-¿Cuándo y dónde ha sido más feliz?
-El día que se aprobó la ley del matrimonio homosexual fue muy feliz porque conseguimos dejar algo a los de atrás como a mí me dejaron la libertad de andar por la calle sin ingresar en la cárcel. En el activismo, cuando veía que las cosas cambiaban, viví momentos muy felices.

-¿Qué reforma de la sociedad considera más urgente?
-Educar en la diversidad y en la igualdad.

-¿Un lugar de Gijón para perderse?
-El Infanzón.

-¿Aficiones?
-Leer sobre todo tipo de temas y más que nada sobre política.

-¿Mar o montaña?
-Mar.

  • Tino Brugos
  • En la actualidad Tino Brugos ostenta el cargo de coordinador de la asociación Xente Gai Astur (Xega), pero este cántabro lleva desde 1975 luchando por la igualdad de trato siempre «desde el activismo y moviéndome por los derechos». Lucha por la igualdad desde su trabajo como profesor y en su vida privada ofreciendo numerosas conferencias.