- Catalunya ya paga las operaciones de cambio de sexo
- El paso de hombre a mujer ofrece buenos resultados en cuanto a funcionalidad sexual. Ocho pacientes se han operado en el Clínic, que prevé 20 cirugías al año. Las tres primeras operaciones se hicieron a finales del 2008, pero Salut evitó publicitarlo. De los intervenidos, tres eran transexuales masculinos y cinco querían ser mujeres
- La Vanguardia, 2009-03-11 # Marta Ricart • Barcelona
Ocho pacientes ya se han operado en el hospital Clínic de Barcelona para cambiar de sexo, en una cirugía costeada por la sanidad pública catalana. El pago de estas operaciones por la sanidad pública hace años que se debate, pero la consellera Marina Geli prometió hace tres años que empezaría a sufragar esta cirugía antes de finales del 2008.
Desde hace más de diez años, las asociaciones de transexuales reclaman que la sanidad pública española costee el cambio de sexo, al ser tratamiento de un trastorno de identidad sexual que les causa graves problemas psicológicos y, además, acarrea todavía rechazo y hasta marginación social. La inclusión de esta prestación en la sanidad pública ha sido contestada desde algunos sectores que consideran que hay otras necesidades de atención más prioritarias. Pese a planes y estudios diversos, sólo la sanidad andaluza cubre operaciones de este tipo desde hace unos años; en otras autonomías se ha aprobado la atención a transexuales, pero sólo se habrían costeado algunos casos aislados de cirugía. La anterior ministra de Sanidad estudió costear algunos casos.
En el 2006, Salut acordó con el hospital Clínic de Barcelona que la unidad de trastornos de identidad de género de este centro sería de referencia para toda Catalunya y se organizó para atender la demanda asistencial de los transexuales. Ofrece diagnóstico (hay que pensar que un 10% de quienes acuden padece en realidad otros problemas psiquiátricos no sexuales, como psicosis u otros), tratamiento psicológico y hormonal y el último paso es la cirugía, y Salut avanzó que también se cubriría.
Dado que la cirugía genital requiere cierta especialización, se fichó a un cirujano plástico con experiencia para la coordinación de la unidad: Iván Mañero, que ha realizado unas 500 operaciones para cambio de sexo en su clínica privada de Barcelona.
Las primeras tres operaciones a cargo de la sanidad pública se realizaron a finales del año pasado y ya se han hecho otras cinco en lo que va de año, aunque Salut ha evitado publicitarlo. De los ocho pacientes operados, tres eran transexuales masculinos (querían pasar de sexo femenino al masculino) y cinco querían pasar del sexo masculino al femenino. Responde a las proporciones generales de transexuales: dos tercios de ellos se sienten mujer y un tercio, hombre, corrobora Esther Gómez, psiquiatra de la unidad especializada del Clínic.
Los pacientes ya operados son diversos, la mayoría entre los 25 y 35 años, hay estudiantes, un ingeniero, una profesora, un médico que no ejerce... La mayoría trabaja y casi todos tienen pareja estable y cuentan con el respaldo de sus allegados.
El 90% de los transexuales que inician el proceso de cambio de sexo quiere llegar a la cirugía, aunque no todos acaban operándose o no todos se someten a la cirugía genital. La operación para pasar de hombre a mujer (vaginoplastia) ofrece buenos resultados en cuanto a apariencia del aparato genital y funcionalidad sexual. Las técnicas para pasar de mujer a hombre (se puede hacer sólo un micropene o recurrir a injertos y prótesis) no siempre ofrecen buen resultado en funcionalidad sexual. Algunos pacientes temen la cirugía, el rechazo de futuras parejas...
En el caso de los tres pacientes operados por la sanidad pública para ser hombre, todavía no se han sometido a cirugía genital, de hecho (seguramente alguno lo haga), sino que se les han extirpado las mamas. Porque el cambio de sexo suele comportar operaciones complementarias a la genital: se extirpan las mamas yel útero y ovarios (al pasar de mujer a hombre), se puede aumentar las mamas, reducir la nuez del cuello o incluso intervenir las cuerdas vocales al pasar de hombre a mujer o hacer intervenciones más estéticas. Salut no sufragará la cirugía complementaria a la genital, excepto extirpación de mamas y útero a los transexuales masculinos, explicaron Francesc Brosa y Dolors Costa, director de servicios del Servei Català de la Salut (Catsalut) y adjunta a la dirección de Planificació de la conselleria, respectivamente.
Agregaron que Salut no ha destinado un presupuesto específico a la cirugía del cambio de sexo, sino que se incluye dentro del convenio económico de Catsalut con el Clínic. Salut prevé hacer no más de 20 operaciones al año, lo que supondría atender a unos 15 pacientes. El programa aún está en fase de evaluación, según Salut, de manera que la actividad quirúrgica de este año permita precisar qué supondría la prestación: qué cirugía se requiere y cuántas intervenciones para atender a la demanda. Andalucía llegó a calcular entre 23.500 y 32.000 euros el coste por paciente; estimaciones hechas en Catalunya rebajan esos costes a poco más de la mitad, aunque los responsables de Salut y del hospital no precisan cifras. Sí apuntan que no supone una gran sobrecarga para el limitado presupuesto sanitario, porque son muy pocos pacientes.
Mañero explicó que la intervención se hace con los equipos quirúrgicos del Clínic - el hospital también ofrece esta cirugía en su clínica de pago Barnaclínic-;la operación requiere unos cinco días de ingreso en el hospital. El centro aprovecha para hacer esta cirugía en horas de tarde en que no suele emplear todos los quirófanos.
La unidad de trastorno de identidad sexual del Clínic recibe unos 80 o 90 nuevos pacientes transexuales al año y se estima que habría al menos 100 susceptibles de pasar ya por el quirófano.
Una cuestión planteada cuando se ha discutido si la sanidad pública debe sufragar o no el cambio de sexo es que si sólo se ofrece en una autonomía o dos pueden verse desbordados los servicios por la demanda de pacientes de toda España. Desde Salut se recuerda que sólo accederán a la cirugía los pacientes tratados en la unidad del Clínic, tras seguir el tratamiento de masculinización o feminización, que lleva en torno a dos años. Como el Clínic atendía a transexuales (sin operarlos) desde 1999, su bolsa de pacientes ya supera las previsiones anuales de cirugía - y eso que algunos ya se han ido operando estos años por su cuenta, en la sanidad privada-,así que puede darse rápidamente una larga lista de espera para cirugía.
Los criterios para acceder a la cirugíaSe opera según criterios internacionales, precisa el cirujano Iván Mañero, que incluyen dos años de tratamiento previo psicológico y, sobre todo, hormonal - que ya feminiza o masculiniza al paciente, según el caso-y es obligado el test de vida,consistente en haber vivido (vestirse, comportarse...) un tiempo, al menos varios meses, de acuerdo con el sexo con el que el paciente se identifica. Como muchos transexuales no han podido pagarse la cirugía, son muchos en España los que ya llevan años viviendo según el sexo con el que se identifican sin haberse operado los genitales.
Signos desde la niñez: A los 18Los médicos ven casos de niños con trastorno de identidad sexual, pero las consultas crecen en torno a los 18 años. "Vienen con los padres", dice Mañero. La ley prohíbe operar a menores.
- "Necesitas la operación para reconfirmarte"
Marta se sometió a la vaginoplastia hace un par de semanas, aunque ya a los 12 le dijo a su padre: "¿Se puede ser una niña atrapada en un cuerpo de niño?"
Marta se sometió a la vaginoplastia hace un par de semanas en el Clínic, a los 50 años, pese a que ya a los 12 le dijo a su padre: "¿Se puede ser una niña atrapada en un cuerpo de niño?". Su padre la llevó al médico de cabecera y este la abofeteó y culpó a las revistas pornográficas ("no sabía qué eran", dice). Cuenta que "pensar y sentirte de un sexo distinto del asignado o del que debes comportarte socialmente causa mucha angustia, cuesta mucho vivir así". Un periodo difícil fue el servicio militar. En su caso, conocer a su pareja hace más de treinta años, contárselo y que le aceptara le "permitió sobrellevarlo mejor", señala: "Vivía ocho horas al día como hombre, pero en la intimidad vivía como me sentía, y eso me libró del suicidio. ¡Si se contara cuántos casos llevan al suicidio!".
Hace muchos años pensó en operarse, pero lo fue aplazando, por problemas de salud, para esperar a que la hija fuera mayor... Durante su vida, asegura que ha visitado a decenas de psicólogos, hasta que empezó a conocer a otras personas en su situación y a compartir cómo la afrontaban.
Marta, funcionaria de la administración local, ya vive como mujer puertas afuera desde hace unos años. Y está satisfecha porque cuenta con apoyo familiar y en el trabajo, aunque reconoce que hay familiares o conocidos que no la aceptan aún. "La no aceptación en la familia es perdonable, entiendo que es difícil para otras personas comprender cómo nos sentimos, hay que explicarles bien...". "Hay quien te pregunta - añade-si necesitas operarte. Es un elemento contra el rechazo social".
Cuando decidió seguir el tratamiento hormonal y acudió al Clínic, asegura que fue una sorpresa muy positiva encontrar a especialistas que "sabían de qué les hablaba". El año pasado, Marta hizo varios días de huelga de hambre para reivindicar que la sanidad pública costeara el cambio de sexo y que reciban atención psicológica los escolares con problemas de identidad sexual. "No pensaba en mi operación, sino en evitar que gente más joven que yo pasara por lo mismo", puntualiza. Los responsables de Salut reiteraron el compromiso de costear esta cirugía.
Al final, Marta decidió operarse, aunque no ha sido la primera de la lista. Explica: "Me siento como antes, pues ya me sentía mujer", pero agrega que "llega un momento en que necesitas la operación, necesitas cada vez más sentirte reconfirmada en tu identidad". Problemas de salud comportaron alguna complicación, pero está contenta de haber pasado por el quirófano. Su mujer y su hija, también. "Mi mujer también ha tenido que aguantar lo suyo de la sociedad, pero ha sido mi puntal", dice.