- La edad de riesgo para empezar a sufrir 'bullying' desciende hasta los ocho años
- Alertan de que el contacto con modelos violentos es cada vez más prematuro. Los Cursos de Verano de la UPV analizan desde hoy nuevas formas para prevenir el acoso en escuelas y en redes sociales
- Noticias de Gipuzkoa, 2009-07-28 # Joseba Imaz . Donostia
El riesgo de que un niño se convierta en víctima o autor de un caso de acoso escolar -más conocido como bullying - sigue siendo una amenaza real en edades cada vez más tempranas. La proliferación de videojuegos y películas violentas que transmiten "modelos inadecuados" parece estar detrás de este fenómeno que, según afirman los expertos, ha rebajado hasta los ocho años la posibilidad de ser protagonista de un episodio de hostigamiento, ya sea en el aula o fuera de ella.
"Podemos poner como ejemplo los videojuegos en los que son habituales insultos y agresiones físicas. Los niños pueden imitar esos modelos porque creen que es lo normal", advirtió ayer en Donostia la doctora en Psicología, Ángela Magaz, directora del ciclo titulado Acoso y violencia en el centro escolar: prevención e intervención , que desde hoy reunirá a expertos en la materia, en el marco de los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco (UPV). Magaz abogó por dotar a los docentes de la formación y de los recursos necesarios para hacer frente a estos fenómenos, además de alertar sobre el riesgo de sufrir agresiones "indirectas" a través de las redes sociales.
Según explicó a este periódico la experta, miembro de la consultoría Grupo ALBOR-COHS, entre los ocho y los doce años, los niños comienzan "a tener contacto con modelos inadecuados" a través de las películas y de los videojuegos. "De hecho, nos encontramos con chavales de esa edad que se relacionan entre sí con golpes e insultos", constató. Esto ocurre cuando se asimilan patrones de interrelación violentos para conseguir aquello que desean.
Ahí es donde, en opinión de la experta, entran en juego los adultos. Por un lado, las familias deben "fijarse" en la edad recomendada para el uso de cada producto. "Por otro, tenemos que trasmitirles a nuestros hijos y alumnos los modelos de comportamiento y de convivencia que responden a la realidad", añadió.
Para evitar que se produzcan este tipo de situaciones en el aula, la psicóloga hizo hincapié en la necesidad de "formar" a los docentes en materia de acoso escolar y de destinar más recursos para afrontar el problema. "No se dedican las horas necesarias para la educación de los alumnos en habilidades para la convivencia, ni para la preparación de los profesores", resaltó Magaz.
A pesar de que el número de casos graves de hostigamiento y agresión parecen haber disminuido en los centros escolares, Magaz recordó que el 30% de los escolares vascos se ha visto envuelto "alguna vez" en un caso de bullying . "Quizá ya no sean tan habituales los ataques directos como la rotura de objetos y las agresiones físicas, pero se mantienen las situaciones que se pueden considerar más leves , los que no implican un daño directo, pero suponen un gran sufrimiento para niños y adolescentes", afirmó.
La psicóloga se refirió, en concreto, al ciberbullying como fenómeno en auge. Esta variante del acoso entre menores se realiza a través de las nuevas tecnologías y, más aún, de las redes sociales que tanta popularidad han adquirido. "Facebook, Tuenti, Metroflog... Son herramientas que los escolares han incorporado en los últimos cinco años", analizó la experta.
El problema, según detalló, es que estos instrumentos destinados a la comunicación pueden ser utilizados para "suplantar la identidad" de una persona y conseguir así información confidencial, así como para "transmitir bulos a través de la red". Con la agravante, además, de que la extensión que alcanzan los mensajes difundidos por Internet superan los muros de la escuela.
"Los adultos vamos por detrás del crecimiento del uso de estas herramientas", identificó Magaz. Así que aconsejó a padres y educadores que "entren en la red y vean cómo funcionan" y, en caso de no estar familiarizados con Internet, "que acudan a un profesional". "Pero a los niños hay que hablarles de forma concreta sobre los riesgos existentes. No vale con decirles que puede querer hacerles daño, sino poner ejemplos que entiendan", indicó. Pero para ello, según resumió la experta, es necesario "dominar" el funcionamiento de las redes sociales.
- Un pionero programa para que los propios escolares aprendan a solucionar los conflictos
- Varios centros ponen en marcha en la CAV un sistema para transmitir habilidades de convivencia al alumnado
"Es imposible erradicar los conflictos y la agresividad de las escuelas. Son característicos de la vida de las personas. Pero hay que aprender a resolverlos". Esta afirmación de la psicóloga Ángela Magaz, directora del ciclo titulado Acoso y violencia en el centro escolar: prevención e intervención, que desde hoy se celebra en los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco (UPV), es el punto de partida de un pionero programa de prevención del acoso escolar que la consultoría Grupo ALBOR-COHS ha coordinado en varios centros de la Comunidad Autónoma Vasca (CAV).
Según explicó Magaz, una de las responsables de esta línea de "intervención sistemática", se puede aplicar en Enseñanza Infantil y Primaria. Se basa en la formación práctica de los docentes, de forma que éstos ponen en marcha "unas propuestas de análisis e intervención" en el aula, que son evaluados continuamente. Durante todo un curso, los educadores adquieren la experiencia y la formación para evitar casos de bullying y, en caso de que existan, actuar de forma adecuada.
"Se enseña a los escolares a identificar situaciones conflictivas, en las que alguna persona esté sufriendo. A partir de ahí, no se les da una solución, sino que aprenden a generar alternativas para buscar soluciones", explica Magaz.
Según resume la experta, el programa persigue "transmitir habilidades para la convivencia". Porque, en su opinión, los centros no dedican el tiempo suficiente a este apartado.
Magaz valora los buenos resultados que la intervención ha conseguido por el momento. "Los avances se notan hasta en el clima general de la escuela. No sólo cambian las conductas concretas de los escolares, sino que el ambiente de seguridad es mejor. Los niños se quedan con el aprendizaje de que los problemas se pueden resolver. Y los profesores también ganan en seguridad para afrontar este tipo de situaciones", resumió.