- Usuarios del gimnasio de El Llano dicen que el transexual tenía «actitudes sospechosas»
- Varios socios niegan la agresión y dicen que el joven «estaba de rodillas en la ducha» y que la puerta le golpeó en la cabeza «cuando fueron a ver qué le pasaba»
- La Nueva España, 2009-07-28 # R. García
Según estos clientes del recinto deportivo, el conflicto con el transexual que denunció una grave agresión viene de lejos. «Ha creado problemas desde que entró aquí, hace dos años», señala un socio, que lleva más de tres años haciendo deporte en las instalaciones de El Llano. «No está operado; es un hombre con pelo largo», asegura, «nosotros siempre le hemos visto en los vestuarios masculinos en una actitud sospechosa». Según esta versión, Y. A. S. entraba a las cinco de la tarde a las instalaciones y no salía hasta las diez: «Se metía en las duchas durante horas. Nadie le veía nunca asistir a las clases ni hacer ejercicio en la sala de máquinas. Las quejas a la dirección del gimnasio por su actitud eran constantes».
El transexual afirma, por su parte, que el día de los hechos un joven le sacó de la ducha y le propinó varios golpes cuando estaba tirado en el suelo. Socios con los que se ha puesto en contacto este periódico narran los hechos de diferente manera: «Estaba de rodillas dentro de la ducha y uno de los clientes del gimnasio abrió su puerta para ver qué le pasaba. Sin querer le golpeó en la cabeza y le hizo daño, pero nadie le agredió». «Su historia está haciendo mucho daño a los gays y transexuales porque en ningún momento se ha tratado mal a nadie en este gimnasio», concluyen. Al centro deportivo acuden con regularidad «varios homosexuales y un transexual que nunca han tenido problemas».
Entre tanto continúan los apoyos públicos que responden a la supuesta agresión a este transexual. La Asociación de Madres, Padres y Familiares de Gays, Lesbianas y Transexuales (AMPGYL) señala que siguen «con preocupación todo lo relacionado con la evolución de las declaraciones institucionales». Los portavoces tienen «temor» a que «todo quede impune» y no se juzgue a los «bestias» responsables de la agresión. «Como madres se nos ponen los pelos de punta», aseguran. La Policía, por su parte, continúa las investigaciones.
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