2009/07/19

> Berria: Hiesa > LA COMUNIDAD EXPERTA EN SIDA RECRIMINA AL G-8 LA REDUCCION DE SU INVERSION EN LA LUCHA CONTRA EL VIH

  • Expertos mundiales en sida recriminan al G-8 la reducción de su inversión en la lucha contra el VIH
  • España ya ha reducido para este año su presupuesto para la prevención en un 10%
  • Diario de Navarra, 2009-07-19
La Sociedad Internacional de Sida (IAS, según sus siglas en inglés) pidió hoy a todos los países desarrollados que mantengan sus compromisos con la prevención del VIH y la lucha contra el sida a pesar de la actual crisis económica y, en concreto, recriminó al G-8 que hayan retirado de su agenda de prioridades ambos objetivos, según afirmó el presidente de esta entidad, el argentino Julio Montaner, en la inauguración del V Congreso IAS 2009 que comenzó hoy en Ciudad del Cabo (Sudáfrica).

"Esto es una vergüenza", aseveró ofendido Montaner, quien recordó que el grupo de países más ricos del mundo se comprometieron a universalizar la prevención, el cuidado y el tratamiento del sida para 2010 y, sin embargo, "en los últimos cuatro años sólo ha aumentado la necesidad de un liderazgo frente al sida mientras que las voces de nuestros líderes políticos han disminuido".

En este sentido, aseguró que en la última reunión del G-8 en L'Aquila (Italia), en la que también estuvo presente España, no se renovaron los compromisos adquiridos en torno al sida y pidió la misma determinación que se tiene ante otros problemas globales o, por ejemplo, que se tuvo para que el hombre llegara a la luna.

"A pesar de la recesión económica que hay en todo el mundo", insistió, todos los gobiernos nacionales deben mantener sus obligaciones en esta materia y luchar contra un problema de salud pública que "de no ponerle freno, volverá a repuntar".

De hecho, España ya ha reducido para este año su presupuesto para la prevención y el abordaje de la problemática del sida con respecto a 2008, cuando se le concedió a las comunidades autónomas un total de 4,8 millones de euros, un 10 por ciento menos que en 2009, ya que han recibido 4,3 millones de euros para este fin.

Según reconoció en su momento el Ministerio de Sanidad y Política Social español, para este año no contaban con los mismos recursos que en 2008 aunque, a pesar de ello, "están dispuestos en mantener su compromiso con la lucha contra el sida e ir recuperando el nivel de inversión en los próximos años".

En los próximos días, más de 5.000 médicos e investigadores de todo el mundo conocerán de primera mano los últimos avances en el tratamiento del sida en esta reunión del IAS en Ciudad del Cabo, capital legislativa de un país donde, según el informe de ONUSIDA de 2008, el VIH afecta a 5,7 millones de habitantes.

> Berria: Matxismoa > JUAN PABLO, POR YASMIN Y... POR NAGORE

  • Juan Pablo, por Yasmín y... por Nagore
  • Juan Pablo Urtizberea ha conseguido la consideración y el reconocimiento que no perseguía, pero que se merece sin lugar a duda. Ha sido protagonista no deseado por una situación indeseable
  • El Diario Vasco, 2009-07-19 # Mañu de la Puente
Fue una tarde tan genial como indeseada. Nadie quiere contemplar este tipo de actos, teniendo en cuenta la razón que lo provocó. Juan Pablo nunca habría deseado recibir la Medalla al Mérito Ciudadano de Irun porque esa coyuntura se ha debido a un hecho heroico, pero que se acompañó de una muerte. Un desalmado propició el asesinato de Yasmín. Ella estará en el cielo, Juan Pablo tiene su medalla y el asesino se encuentra donde debe y que sea por muchos años. Todos habríamos cambiado esta situación por la vida de Yasmín, pero, al final, las cosas son como han sido.

La escenificación del acto oficial se conoció en el Ayuntamiento con todo el detalle imaginable. En primera fila, Mariví Serrano, directora de la Oficina vasca de Atención a las Víctimas de la Violencia de Género; Conchi Miranda de Urtizberea, Rafaela Romero (presidenta de las JJ. GG.), el propio Juan Pablo, Gemma Zabaleta, consejera de Asuntos Sociales; Angie Lorena Sánchez y su abuela, Rosa Oliveros, muy emocionadas.

También estaban otros familiares de Angie: su mozo, Jon Erik Osorio; la madre de éste, Inés Alicia Osorio; y una primita muy maja de Angie, Gisela Palacios. En el aire también se respiraba el recuerdo de Yasmín Rodríguez.

Juan Pablo Urtizberea también estaba bien arropado. En primer lugar, por su esposa, Conchi. Pero también por sus aitatxos, Juan Mari y Tere Rodríguez; sus hermanas, Maite y Pili, que se acompañaron de sus maridos, Pepelu González y Germán García; sus sobrinos, Oskar, Juan Germán, Gorka, Mikel, Marian, Nekane, Marta, José y Contxi. No faltó a la cita tampoco la peque Irati, hija de Oskar y Marta y sobrina-nieta de Juan Pablo. Por temas de índole profesional, no asistieron Jon y Maitane, los hijos del protagonista.

La oficialidad del acto la otorgaron los miembros de la Banda Municipal de Txistularis, con María José Gaztelumendi (txistu 1º), Mari Lis Telletxea (txistu 2º), Iñigo Etxarte (silbote) e Ignacio Monserrat (atabal). Los maceros, tiesos como palos, Juan José Aizpiolea y José Ángel Rial.

Y en la recepción del Consistorio, el jefe de la Guardia Municipal, Teo Zuloaga, que es la simpatía hecha persona. Con él y entre otros, el agente 051 al que hace años conocí en su faceta de boxeador. Recuerdos para P.T.

Y luego se sumó el todo Irun al acto que presentaron Ainhoa Morondo (prensa) y Ana Aristizabal (secretaría) bajo la supervisión de Feli Sanz Rubio. Y entre el público, el ex concejal nacionalista, Miguel Ángel Sánchez, que me contó que Juan Pablo ejerce ya como secretario técnico del Club Landetxa; Juncal Navas, la hija de Emilio, que se encontraba muy cerca de Javier Amunarriz, hermano del recordado misionero José Ramón. Javier estaba con su esposa, María Pilar Bergés, al ladito de Agustín Ugarte, de Behar Bidasoa.

Demetrio Grijalba (Camino de Santiago) departía con Javier Martínez Vesga ('Musku'), que estaba con la encantadora Lucía Garballo y Agustín González, todos del Foro.

El popular cocinero de sociedades, Paco Martínez, fue con su esposa, Mari Mar Fernández y cayeron cerca de mis colegas Ane Sanzberro, Iñigo Morondo y Martín Telletxea.

Saludé a Gerardo García (AFI) lo mismo que a Amador Hernández (Hogar del Jubilado). También a María Luisa Calabuig, siempre entregada a las mejores causas, que charlaba con Tito Carvallo, de la AA VV El Pinar. Y, cómo no podía ser de otra forma, también vi a Lucas Quintana, presidente de Oiasso 2000.

José Antonio Apalategi, elegante a tope, estaba con el actual Comandante del Alarde, Javier Mitxelena, a quien tuve el placer de saludar por primera vez, lo mismo que al veterano soldado (Buenos Amigos), José Ramón Vega.

Javier Garín, director del Pío Baroja, hablaba con todos, al igual que mi buena amiga, Eva Fernández (Irun 2020) y los ediles presentes: José Antonio Santano, Miguel Ángel Páez, Maitetxu Cruzado, José Mari Trimiño, Juana de Bengoetxea, Josemi Ochoteco, Iñaki Garrido, June Aranburu, Borja Sémper, María Eugenia Iparragirre, Iñaki Zunzundegi, Pello Gaskon, Victoria Mendoza, Fernando San Martín, Félix Asensio, Cristina Laborda, Belén Sierra, Javier Cía, Loli Taxis, Goizane Alvarez (con su Javi Álvarez y sin Xabat ni Irati), Marisol Gómez y Manolo Millán. Todos como pinceles.

El lunch fue cosa de Jokin Solbes, con la hiper-profesional Presen Urkizu, Carlos Jiménez, Juan Ramón Agirre y Rosa del Caño.

Una preciosa tarde, con el recuerdo de Yasmín. Y, también, con el de la inolvidable Nagore Laffage. Juan Pablo la recordó.

> Berria: Hiesa > LA CRISIS ECONOMICA NO PUEDE FRENAR LOS ESFUERZOS EN LA LUCHA CONTRA EL SIDA

  • La crisis económica no puede frenar los esfuerzos en la lucha contra el virus del Sida
  • Cinco mil investigadores reunidos en Sudáfrica hacen un llamamiento a la comunidad internacional para que no deje de lado la enfermedad. Un paso atrás fruto de la recesión sería fatal para los 4 millones de personas que están en tratamiento en los países en vías de desarrollo.
  • 20 Minutos, 2009-07-19 # Joan F. Domene . Ciudad del Cabo
La crisis económica no puede frenar la lucha contra el Sida. Es el llamamiento que más de cinco mil investigadores reunidos en Ciudad del Cabo (Sudáfrica) han lanzado a la comunidad internacional para que mantenga su compromiso de conseguir el acceso universal al tratamiento del VIH en 2010.

"A pesar de la recesión, la respuesta global al VIH no puede esperar", alertó el presidente de la V Conferencia Mundial del Sida, Julio Montaner, en la rueda de prensa inaugural celebrada este domingo.

Montaner, que dirige un centro pionero de investigación en Vancouver (Canadá), se mostró crítico con el parón real sufrido en las inversiones gubernamentales para la prevención del tratamiento del Sida porque, en su opinión, "representa una amenaza inmediata para el progreso que se ha producido en la última década".

Según las cifras presentadas en la ciudad sudafricana, se calcula que en el mundo hay más de 33 millones de personas infectadas con el virus del Sida y que cada día se cobra la vida de unas 5.700 personas. Las últimas previsiones anuncian que en 2030 la cifra de afectados llegará a los 50 millones.

Por esa razón, los expertos reunidos en Ciudad del Cabo advierten que cualquier paso atrás en la lucha contra el VIH sería catastrófico para 4 millones de personas que ya están en tratamiento en países con recursos limitados, y para los otros 6 millones que están en fase crítica y esperan recibirlo lo antes posible.

Si los gobiernos no mantienen sus compromisos por la crisis económica, "nos costará miles de vidas cada día. Miles de muertes contra las que se podría luchar", sentenció el presidente del congreso donde se analizarán los últimos avances sobre la enfermedad, con un énfasis especial en los países con menores recursos.

> Erreportajea: Ikuskizunak > EL CABARET IBERICO

  • El cabaret ibérico
  • Bigas Luna devuelve el color y la transgresión a un viejo local zaragozano, El Plata. Pasamos una morbosa noche entre ‘vedettes’. Todo un homenaje a la carne.
  • El País, EPS, 2009-07-19 # Angel Sánchez-Harguindey
Si la religión católica basa todos sus esfuerzos en conseguir "el buen morir", cafés-cantantes como El Plata de Zaragoza dedican sus fuerzas "al buen vivir". Ésa es, probablemente, la mayor diferencia que existe entre dos grandes templos próximos: El Pilar y este "templo de la alegría".

"Señoras y señores, bienvenidos a El Plata", anuncia Carlos Blanco, el veterano e impecable presentador además de maestro de quienes aspiran a integrarse en la troupe. "Les recuerdo que ahora se puede comer y beber, y mirar por el agujero para ver lo que se cocina", un agujero en mitad del telón y ante el que se forma una civilizada cola. Bigas Luna, director artístico del local, conoce bien la condición humana y estimula el voyeur que todos llevamos dentro. Risas, algún atisbo de nervios y muchas mujeres. Al igual que en El Pilar, el público es mayoritariamente femenino y de todas las edades. Trescientas cincuenta personas cubren por completo el aforo del local. Despedidas de solteras, de solteros y celebraciones de bodas. Los móviles disparan sus flashes, los camareros se mueven con agilidad y la megafonía anuncia los cuatro pases de espectáculos que hay en la tarde-noche del viernes, más la sesión de discoteca hasta las tres de la madrugada, no sin remarcar que en este local se verán "los mejores striptease de Zaragoza".

Se apagan las luces y la potente voz de Carlos Blanco comienza el pasodoble jota: "Soy de Aragón, la de los claros torrentes, con sus hembras sonrientes y sus mozos como el roble, orgullosos y valientes...". Por tópicos que no quede. "Soy de Aragón, el crisol de la raza de España es mi pasión, como el fuego que quema mi entraña, no hay ocasión que a mi patria bendita no alabe, soy de Aragón...". De acuerdo, es de Aragón, pero eso no impide que inmediatamente después, y con un telón caribeño de fondo pintado por Pepe Cerdá, recorran el escenarios tres aguerridos mozos con botas militares, faldas escocesas y unos notables falos de plástico que no dudan en mostrar al respetable mientras resuena el We've got the whole world in our hands (Tenemos el mundo en nuestras manos), el himno del legendario Nottingham Forest, un modesto club de fútbol inglés que subió desde la segunda división B a la primera, ganó la liga inglesa y dos copas de Europa consecutivas, en 1979 y 1980, para volver a caer en picado. Efectivamente, tuvieron el mundo en sus manos. Pero no es momento para la nostalgia, la vida continúa y el ambiente de El Plata se caldea.

Llega uno de los números fuertes: encima de una de las barras del local, un boy con un par de zapatos como toda indumentaria; en un lateral de la sala, Margarita hace un striptease al que no le falta detalle, ni siquiera la presencia de su madre y su abuela, orgullosas del cuerpo de la niña. Y mientras suena la música disco irrumpe con fuerza en la sala Carlos/Carla, de Lécera (Zaragoza), un personaje de Nazario, potente y con bata de cola. Se despacha de un plumazo a Margarita y se dirige hacia la barra en la que el boy despliega sus encantos: "Te quiero más que a mis ojos, te quiero más que a mi vía, más que al aire que respiro y más que a la mare mía". La copla se fusiona con la música disco. Tachún, tachún... "Que se me paren los pulsos si te dejo de queré, que las campanas me doblen si te farto arguna ve.". Un ir y venir del bakalao fino a la esencia del melodrama, del empelotado boy a nuestra Pantoja lecerana: "Eres mi vía y mi muerte, te lo juro, compañero, no debía de quererte, no debía de quererte y sin embargo te quiero". Se cae El Plata.

Ahora es el turno de Dora Parmentier y su cuplé picante con un plumero y varios chicos. Más sorpresas: la rubensiana Dora de noche es funcionaria del Inem de día. Burocracia, ventanilla y parados frente a letras de doble sentido, polvo, plumeros o bomberos que apagan el fuego con sus mangueras. Crisis económica y erotismo. El yin y el yang.

Julio, cantante de jotas tradicionales al que no se le caen los anillos por compartir escenario con la striptease Virginia y Alberto, un boy con cachirulo y alpargatas, y nada más, toma el relevo. La magallonera es su tema. El local acepta con absoluta naturalidad todo tipo de mezclas, desde los cantos tradicionales hasta los falos de plástico, de la soflama a la irreverencia. Cabe todo menos el aburrimiento.

En el descanso, los 15 integrantes del espectáculo se agolpan en los vestuarios: dos cuartos mínimos, apenas 30 metros cuadrados en total, separados por un inodoro en donde damas y caballeros se cambian de ropa, se repintan y procuran que los codazos no rompan algún espejo. Frenesí y profesionalismo en el camarote maño de los hermanos Marx. Los espectadores aprovechan para bajar a los lavabos. Un nuevo golpe de efecto que podría firmar Marcel Duchamp: los urinarios, de un rojo pasión, son los archiconocidos labios de Mick Jagger. Puro talento.

Es tiempo de erudición. La gran enciclopedia aragonesa ilustra sobre El Plata: "Ubicado en la calle Cuatro de Agosto, 23, de Zaragoza. En pleno corazón del Tubo zaragozano. Allí está el que, al decir de todos, fue el último café-cantante de España. Antes de ser El Plata fue La Conga, el más acreditado de los baile-taxis de la Zaragoza pillina de nuestros felices abuelos. Allí hacían punto las tanguistas más bailongas de la ciudad. Actuaban a 25 céntimos la pieza, de cuyo peculio 15 céntimos eran para ellas, y 10, para la casa". Pero la Zaragoza pillina no está para muchos datos. Quiere más caña. Y para ello nada mejor que la espléndida Lady Plata, que recorre las mesas con unos pequeños tubos de ensayo llenos de aguardiente de hierbas. Cuando lo considera oportuno se planta, se coloca un tubo entre sus pechos y pide al elegido que lo coja con los labios y se lo beba. Picardía para todos los públicos, o casi.

"Hoy es una noche muy especial para Patricia", anuncia Carlos Blanco. "Es su última noche en España. Mañana se va a Buenos Aires...". Pocos saben quién es Patricia, pero con esta dedicatoria El Plata se hace familiar, entrañable. No hay tiempo para buscar entre el público a quien pasa su última noche en España porque ya danza con el vientre entre las mesas Fátima. Y después del punto oriental irrumpe en el escenario la estrella emergente: Nacho, 18 años, espigado y sin un gramo de grasa. Mónica Naranjo inunda la megafonía y el personal se queda perplejo ante la habilidad del joven con sus patines. Es una especie de Nureyev con ruedas y sin ropa. Espectacular. Después, con un corpiño blanco y una fusta, más los imprescindibles patines, rendirá homenaje al Fassbinder de Querelle y sus marineros. Probablemente es el número en el que el vicio alcanza su mayor cota.

Todo está perfectamente medido. Tras Genet y Fassbinder, un número divertido e ingenuo: Valkiria Montaldi y Valeria Castafiori (Dora y Vicky), con playback de Cecilia Bartolí, nos sumergen en un encadenado de arias en las que los esfuerzos vocales encuentran en el movimiento manual de los generosos pechos su complemento carnal. Y después de las divas, de nuevo Lady Plata con dos porrones llenos de leche que derrama sobre su cuerpo al ritmo que impone un tema de Marta Sánchez. Un nuevo descanso: más mirones y más visitas a los labios de Jagger.

Se aproxima el final. En la calle ya hay una larga cola de los que quieren disfrutar de la última sesión. No se reservan mesas y los precios son muy razonables (nueve euros la consumición). Los números se suceden disciplinadamente. Los solteros, las solteras, incluso alguna recién casada, muestran ya una cierta fatiga. Una hora larga de risas, cuerpos desnudos y música pueden provocar cansancio, o quizá se deba al conocimiento de que el espectáculo se acaba. El activista cultural zaragozano Luis Alegre lo resumió espléndidamente: "El Plata del siglo XXI hereda muchas cosas del Plata del siglo XX: el local, el nombre, el carisma, el aire golfo, surrealista y trasgresor y la decidida vocación de no parecerse a nada y convertirse en una referencia de la alegría zaragozana".

Todo pasa y todo queda, pero un espectáculo dirigido por Bigas Luna no puede acabar sin un canto al buen comer, parte fundamental del buen vivir. "Mis dos temas preferidos son el sexo y la comida". En la traca final surgen jamones y paellas con el mismo protagonismo que las damas y los caballeros. Podría ser, también, un guiño mediterráneo a Manuel Vicent, presente en la sala. Después, los 15 artistas desfilarán entre las mesas para despedirse de los espectadores. El cabaret ibérico recibe una larga y merecida ovación: han conseguido evadirnos de la espesa realidad. Mañana será otro día, aunque es probable que algunos se encuentren con Dora Parmentier detrás de la ventanilla del paro.

  • Arcángeles sólo de carne
  • El País, 2009-07-19 # Manuel Vicent
Si uno va al cabaret El Plata y tiene el privilegio de husmear los camerinos mientras los artistas se preparan para salir a escena, le recibirá un perfume de Nina Ricci envuelto en un sabor salobre que emana de los cuerpos desnudos revueltos, multiplicados, quebrados por los espejos bajo el sofocante sudor de las bombillas de 500 vatios. En este camarote color de rosa, los artistas se imparten cremas, prótesis, postizos, sexos ambiguos y se trasforman en arcángeles de carne pelada. Desde allí se oye el rumor del público que llena la sala.

Para calentar motores, antes de que empiece el espectáculo, un tipo punteado de lentejuelas, micrófono en mano, invita a la clientela a practicar el voyeurismo mirando por un agujero abierto en el escenario, que da directamente a los camerinos. Este vicio es un regalo de la casa. Enseguida se forma una cola de mujeres, sólo de mujeres, que primero ponen el ojo, luego ríen, hacen aspavientos, se jalean entre ellas y vuelven excitadas a la mesa donde les esperan los maridos, los novios o amigos, un poco confusos por esta desvergüenza. Les cuentan qué han visto. Se trata de un puzzle de muslos, senos y genitales, al que es imposible ponerle una cara. Este aperitivo acompaña al primer gin tonic de la noche. No está mal tener a la pareja bien lubrificada desde el principio antes de que suenen las trompetas.

El Plata de Zaragoza ha atravesado todo el siglo XX, incluida la caspa del franquismo, como un local de referencia sólo para señores, desde huertanos hasta altos funcionarios, que buscaban extasiarse ante la carne femenina de mejor o peor calidad, según mercado. Hoy el cabaret está lleno, en su mayoría, de mujeres jóvenes de clase media, funcionarias, amas de casa o ejecutivas dispuestas a pasárselo en grande, y su placer desinhibido es lo mejor del espectáculo, que se realiza a la vez en el escenario y en la sala.

Los strippers actúan en medio del público y las reinas desnudas ofrecen un licor con su lengua entre las mesas a cualquiera que se lo pida. No cabe duda que las mujeres han venido a este mundo a divertirse y si en algún lugar se cumple este principio es en El Plata dentro de una provocación sofisticada, entre el ajo y la fibra óptica, marca de Bigas Luna, que ha fabricado este juego erótico– baturro–galáctico. Basta con mirar a las mujeres del público para saber que a ellas les excita más que un desnudo masculino contoneándose, el arte de las chicas del elenco cuando realizan un striptease con la lascivia exacta. Se las ve con media sonrisa colgada como si asistieran a una clase de seducción, que estas amas de casa, funcionarias o ejecutivas tal vez pondrán en práctica esa misma noche en la alcoba matrimonial bajo una luz rosa tamizada. Es lo que tiene de alta escuela El Plata.

> Berria: Festak > GIPUZKOA: EL RENOVADO ALARDE DEL MORO CONQUISTA ANTZUOLA

  • El renovado alarde del moro conquista
  • Antzuola rememoró ayer la batalla de Valdejunquera, con cambios que gustaron al numeroso público que lo siguió
  • El Diario Vasco, 2009-07-19 # J.A. Migura
Antzuola revivió ayer el Alarde del Moro con nuevos aires. Los antzuolarras recordaron la leyenda que sitúa a una compañía de vecinos de esta localidad del Alto Deba como artífices de la victoria del rey navarro Sancho I Garcés en Valdejunquera frente al caudillo del califato de Córdoba Abd-Al Rahman III, el 26 de julio del año 920. La representación de los antzuolarras ofreció ayer una visión actualizada del tradicional Alarde.

En 2006, el Ayuntamiento encargó un estudio a Eusko Ikaskuntza para potenciar un acto que corría el riesgo de languidecer. Las conclusiones del estudio, así como el trabajo realizado por Mairuaren Alardea Biziberritzeko Taldea, se concretaron ante los centenares de personas que siguieron la escenificación en las calles de Antzuola y, sobre todo, en la plaza. La curiosidad por los cambios multiplicó la presencia de espectadores, que valoraron positivamente las novedades. Como señalaba la joven Marta Sánchez, «estoy muy contenta con el trato que se ha dado al personaje del califa. Me ha parecido bien que hablara en árabe, y que montase a caballo en lugar de hacerlo en burro como otros años».

La comitiva militar -con los dantzaris, los txistularis, el general y el caudillo-, arrancó a las 19 horas, una hora más tarde de lo habitual. El Alarde que recordaban los vecinos más veteranos y los habituales era más lineal que el que se disfrutó ayer, que incorporó tiempos y movimientos más teatrales, dando un mayor protagonismo a la músicas, a los dantzaris y al caudillo y presentando una cuidada escenografía.

Equiparar los protagonistas
En los papeles estelares también había una novedad. Encarnó a Abd-Al Rahman III Juan Carlos Gómez. Debutaba tras recibir la herencia de Salvador Peña, que se retiró en la pasada edición después de compartir cuatro décadas con el personaje. Juan Carlos protagonizó un doble estreno: debutó en el papel y mostró una nueva caracterización, más acorde con el posible tono de tez de su personaje que el negro abetunado de su predecesor. Lució un nuevo vestuario y dispuso de escolta propia para equiparar su peso al del general, al que dio vida Joseba Iparragirre. La nueva indumentaria, inspirada en la casa real marroquí, y su séquito provocaron una ovación ya en su primera aparición.

Después de cubrir el recorrido por la calles de Antzuola, y antes de la rendición, Abd-Al Rahman desapareció de los ojos del público para dar paso a la narración histórica y a la descripción de la bandera y escudo de Antzuola por parte del general. Iparragirre ofreció un discurso más ajustado a lo acontecido en el siglo X, en una intervención en la que se intercaló la ezpata dantza ejecutada por Oinarin Taldea.

Volvió Abd-Al Rahman con todos los honores a la plaza transformada en escenario. Y llegó el momento de la rendición, antes de la que se interpretaron los versos que compuso para la ocasión el urretxuarra José María Iparraguirre. Sin tener que asumir gestos de sumisión, entregó las armas y juró no luchar contra los antzuolarras. El general le animó al entendimiento y al respeto entre culturas en un discurso suavizado que agradó. Como apuntaba Juan Antonio Iturbe, «el Alarde poco a poco va adquiriendo la forma adecuada, aunque considero que el tratamiento hacia el moro está a mitad de camino todavía. Ha sido acertado el acompañamiento de la guardia y sustituir el burro por el caballo. En general, me ha parecido más entretenido y más vistoso».

El revalorizado caudillo respondió en árabe y euskera. Juan Carlos Gómez tuvo el mérito de aprender fonéticamenta su intervención. Además, todos los textos en euskera se declamaron en el euskalki local para que fuesen más comprensibles, y sin distinción de género.

Las mujeres llevan años presentes en el Alarde pero ayer, además de acudir como músicos o dantzaris, por primera vez diez mujeres formaron parte del cuerpo de cuarenta fusileros y dispararon las estruendosas salvas intercaladas con los impactantes cañonazos, que tradicionalmente cerraban en Alarde. Ayer, todavía faltaba un final musical con la presencia de todos los protagonistas y la salida conjunta por un pasillo de sables del general y el califa.

El número de participantes se duplicó. Casi 200 integraron la formación, incluida buena parte de la Banda de Música de Bergara, que interpretó una partitura de su director, Alfredo Gz. Chirlaque, cantada por el coro y los vecinos. La riqueza musical, que aportaron la melodía musulmana, la Alborada de Segura que se interpretó durante la revista de las tropas y un acompañamiento de percusión en la salida del califa, también gustó.

Markel Belastegi destacaba que «los mejores momentos han sido cuando sonaban los tambores y actuaban el moro y su guardia. Ha sido un cambio radical. Han conseguido alejarse bastante de la imagen que reducía el Alarde a un simple desfile militar que a muchos vecinos no gustaba demasiado».

  • Un Alarde vivo
No es ésta la primera ocasión en que el Alarde del Moro de Antzuola experimenta retoques de mayor o menor calado. Según el historiador Xabier Kerexeta, que junto con la antropóloga Maggie Bullen ha analizado durante dos años la representación antzuolarra que tiene en su origen un hecho de armas del siglo X cuya veracidad histórica está probada, aunque no pueda decirse otro tanto de la participación de vecinos de Antzuola en el mismo, esa capacidad de adaptación es, básicamente, un síntoma de vitalidad. «Las representaciones de este tipo no pueden interpretarse como recreaciones fieles de hechos históricos, que no lo son, sino que deben entenderse como manifestaciones de la identidad de un pueblo». Son, como muchas expresiones folklóricas, «ritos que unen a toda una comunidad que reafirma mediante los mismos su identidad colectiva -gu gara gu...- y que, del mismo modo, pueden poner de manifiesto fracturas y divergencias».

El Alarde del Moro de Antzuola, según Kerexeta, es singular por varios motivos. Por una parte, porque ha mantenido la figura del moro, desaparecida en otros pueblos en los que también se recurría a la misma como metáfora de ese otro necesario para que el nosotros tenga sentido. Por otra, y para él más importante, por el modo en que la localidad de Debagoiena ha afrontado el hecho de que una parte de la población ya no se sintiera identificada con gestos, palabras y actitudes incluidas en la representación, que podían resultar un tanto disonantes en el actual contexto social y cultural.

«Es admirable como, en lugar de sacralizar su Alarde, han sido conscientes de la situación, la han racionalizado y han realizado sus aportaciones», asegura. De hecho, el Alarde del Moro que hasta ayer se había representado en Antzuola sobre una base coreográfica creada a finales del siglo XIX puesta al día hace dos décadas, ha ido reflejando en cada momento la identidad del pueblo que lo ha mantenido: en las vestiduras, en las palabras, en el idioma elegido para pronunciarlas, en gestos cargados de simbolismo... Porque, para que siga vivo y no se convierta en un fósil folklórico, «tiene que cambiar en la medida en que va cambiando la comunidad». Ése es, precisamente, «su gran valor». Y su función.

> Berria: Ezkontza > ANDALUCIA: UNA GITANA Y SU NOVIA SE CASARON AYER EN GRANADA

  • La pareja ha superado prejuicios y amenazas: "Hartas de secretos y mentiras"
  • Una gitana lesbiana y su novia, que padece una discapacidad física, se casaron ayer en el granadino Carmen de los Mártires en una ceremonia que supuso un reto a los prejuicios. Ambas tenían claro que su romance no iba a ser entendido, sino combatido
  • Ideal, 2009-07-19 # Carlos Morán . Granada
«Nos han dicho de todo: ‘tortilleras’, ‘coja’... Nos han amenazado. Familiares nuestros se avergüenzan de nosotras. Hemos pasado mucho, pero aquí estamos, a punto de casarnos. ¡Con un par... de ovarios!». Hay vidas que son como un combate de boxeo. Rosario y Sara –son nombres ficticios; también pidieron que sus rostros no fueran fotografiados– lo saben bien. El día que se conocieron –va ya para siete años– se vieron forzadas a subir al cuadrilátero de los prejuicios y los tabúes. Rosario era gitana y Sara, minusválida: un defecto en una pierna hace que su caminar sea bamboleante. Rosario –que ahora tiene 23 años– y Sara –25– estaban enamoradas: la una de la otra. Se iban a hartar de recibir golpes bajos.

«Fue un flechazo. Al principio, lo que más me gustó de ella fueron sus labios, su boca. Luego, todo lo demás», recuerda Rosario, a la que un amigo de correrías flamencas rebautizó como ‘Pequeña flor’. Aquel hombre acertó con un alias que parece sacado de una película de indios y vaqueros. Rosario es menuda, tenue, risueña y de piel morena, casi mulata. Impresiona que una personita tan delicada haya osado desafiar las leyes no escritas que maldicen el amor entre dos mujeres.

«Cuando canta, cambia totalmente. Es un terremoto. A mí lo que me atrajo de ella fue su voz. Bueno, también sus ojos», dice Sara, que no se cansa de ponderar los valores artísticos de su pareja.

Cuando se encontraron, Rosario tenía 16 años y Sara, 18. Ambas tenían claro que eran lesbianas, pero también que su romance no iba a ser entendido, sino combatido. Residían en una zona de Granada donde nada es fácil, un arrabal en el que malviven centenares de vecinos gitanos, payos e inmigrantes. Un gueto: paro, delincuencia, marginación, absentismo escolar... No era un entorno amable. Ymenos aún para dos chicas que lo único que querían era quererse en paz. Lo suyo no estaba bien visto por casi nadie. Pero para muchos calés, era peor que una blasfemia.

«Yo ya había tenido relaciones con otras gitanas. Pero ellas luego se han casado con hombres y han tenido hijos. Cuesta mucho dar el paso y más todavía entre los gitanos. Mi padre tiene 83 años y no lo entiende. Vive con nosotras, pero dice que es una vergüenza. Ni siquiera ha venido a la boda. No me importa», explica Rosario resignada, pero sin poder evitar una mueca de decepción. Sara también se ha acostumbrado a los desaires de su ‘suegro’. «Cada dos por tres, me dice que me da un millón de pesetas si dejo a su hija, pero yo ni caso. Los homosexuales se aceptan más fácilmente, se ve como una cosa de artistas. Pero a nosotras nos consideran enfermas, monstruos...».

Emoción cruda
Sara y ‘Pequeña Flor’ bajaron ayer del ring para subirse al altar. Se acabaron las relaciones furtivas en lo oscuro de las alamedas –«la gente alucinaría si supiera lo que hemos tenido que hacer para estar juntas o hacer el amor»–, los zarandeos y los días sin vino ni rosas.

En la ceremonia, celebrada en el palacio municipal del Carmen de los Mártires –curioso nombre para un lugar dedicado a acoger bodas civiles–, hubo un momento de emoción cruda. Fue cuando una amiga de la pareja entonó ‘SOS’, de la cantaora Mayte Martín –que la ha popularizado en un escalofriante dueto con ‘Falete’–. «Y no hagas caso de lo que diga la gente, tienen envidia, porque yo amo libremente, porque mi amor es como un pájaro silvestre, no se puede enjaular... Y vuela siempre buscando la fantasía, de nido en nido, como paloma ‘perdía’, estoy harta de secretos y mentiras...»

Sólo la parte final del discurso del ‘oficiante’, el concejal del PP José María Guadalupe, logró competir con aquel instante mágico y rabioso. «Sara, te bautizo hoy como roble con figura de ciprés, como el que plantó Juan de la Cruz en este carmen granadino. Y eres roble, porque eres fuerte y tenaz, y eres ciprés porque te has elevado con energía buscando el sol (...) Encontraréis dificultades y alguna que otra incomprensión. En cualquier caso, con vuestro ejemplo y responsable actitud os ganaréis el respeto y el cariño de todos». Ya Sara le asaltó una llorera inconsolable. Más de un invitado tragó saliva para frenar los sollozos que subían garganta arriba. Pocas veces se habrá visto una boda más verdadera y menos cursi.

Una lluvia de pétalos, peladillas –como manda la tradición gitana– y arroz saludó a las recién casadas, que piensan seguir pisando fuerte. Su próximo reto: ser madres. «Queremos tener un hijo. Yo pondré el óvulo y ella, el vientre. Y ‘p’lante’», anuncia Sara.

Con un par.

> Iritiza: Javier Marías > LA MUJER COMO LACRA

  • La mujer como lacra
  • El País, 2009-07-19 # Javier Marías
Reconozco que me da reparo hablar de anuncios de televisión. Algunos escritores y columnistas anticuados tienen a gala decir que son lo mejor que se puede ver en las pantallas y que la programación debería estar dedicada a ellos, con breves intervalos de películas, series y fútbol (en realidad no sé por qué piden eso, puesto que la televisión ya es así). Estos escritores y columnistas no hacen sino repetir, con gran retraso, una boutade que hace veinticinco años debimos de soltar en alguna ocasión cuantos escribíamos en prensa y buena parte de los que no. Como a estas alturas ya no estoy para “deslumbrar” ni para dármelas de “original” –todo el que se las da de tal resulta indefectiblemente antediluviano, es algo comprobado–, tengo los anuncios televisivos por una de las más acabadas y concentradas expresiones de la imbecilidad, la cursilería y la zafiedad humanas, con alguna rarísima excepción. Tan mal los soporto que grabo cuanto quiero ver, desde un informativo hasta un largometraje, para así poder pasar acelerados los monstruosos bloques de spots con que se idiotizan deliberadamente –es decir, se idiotizan aún más– dichos escritores y columnistas idiotas.

Pero toda precaución es poca y es inevitable ver algunos, y he llegado a la conclusión de que si yo fuera una mujer de mi edad, o aun diez o veinte años más joven –en suma, si fuera mujer–, estaría enormemente ofendida por algo de lo que jamás protestan ni las protofeministas, ni las feministas andaluzas hipersubvencionadas, ni el Instituto de la Mujer, ni la protoMinistra de Igualdad ni nadie, mientras que todas ellas ponen el grito en el cielo cada vez que se ve a una mujer provocativa tirada encima de un coche, o a una secretaria sexy, o a una enfermera un poco escotada (bueno, aquí el grito también es de las enfermeras), o a una congénere guisando o anudando los cordones de los zapatos de un varón o de un niño. No sólo consideran tales imágenes y mensajes machistas o sexistas, sino que además creen, con alarmante primitivismo, que la publicidad configura la realidad o, aún peor, que la publicidad equivale a la realidad. Por fortuna no es así, y cualquiera sabe distinguir entre esta última y la ficción –salvo, tal vez, los escritores y columnistas y las protos ya mencionadas–. Pero, si fuera como éstas sostienen, yo estaría indignada con la imagen de conjunto que se da en esos anuncios de las mujeres maduras y de las que no lo son tanto. Según nuestra publicidad, son seres llenos de lacras más bien desagradables: sufren pérdidas de orina o incontinencia, no lo sé muy bien; utilizan dentaduras postizas que no se les sujetan a las encías, por lo que se dedican a buscar adhesivos que se las fijen; padecen de hemorroides y, cansadas de “sufrir en silencio”, lanzan a los cuatro vientos que ya hay un alivio ideal; se deben de poner gordas y aun gordísimas, porque se pasan la vida comprando productos para adelgazar; tienen terribles problemas de “tránsito intestinal” y andan a la caza de yogures especiales que se los resuelvan; se arrugan a lo bestia y, ya desde bastante jóvenes, andan untándose toda clase de ungüentos para evitar o retrasar la aparición de los surcos; la piel se les estría, o se les pone “de naranja”, la celulitis las acecha desde temprana edad; y por supuesto se desvencijan y derrumban de tal manera que se operan de todo en centros especializados que jamás sacan la imagen de un varón; hasta se les cae el pelo, pese a haber sido esta una desdicha clásicamente viril; a las más jóvenes les sale acné y a las medianas herpes, escoceduras varias y hasta callos en los pies, que deben ocultar con unas tiritas que además son curativas. En suma, la visión que los anuncios ofrecen de la mujer es la de un ser tirando a grimoso, acosado y asaltado por múltiples tachas oprobiosas. Quitando el olor de pies y el colesterol, la publicidad de cuyos remedios la protagonizan hombres, son ellas las que dan siempre la cara en las ignominias.

Si ustedes se fijan, son casi siempre mujeres, en efecto, las que aparecen como portavoces de lo desagradable. Supongo que en parte se debe a los estudios de mercado, los cuales deben de inferir que los varones son capaces de llevar la dentadura bailándoles en la lengua, o de fastidiarse con las hemorroides, o de engordar como gansos, o de sufrir interminables atascos intestinales, antes que acercarse a comprar cualquier producto que los ayude, y que por lo tanto son las mujeres (o sus mujeres) quienes se encargan de hacer esas embarazosas adquisiciones por ellos. Puede que así sea, pero si yo fuera una feminista de grito en el cielo, lo pondría, mucho más que por la “utilización del cuerpo femenino como reclamo comercial”, por la utilización de la figura femenina como compendio de todas las lacras habidas y por haber. Por fortuna, como he dicho, la publicidad no equivale a la realidad, y en ésta conozco a muchas mujeres de mi edad, más jóvenes y más viejas, que tienen un aspecto estupendo, incluyendo la dentadura, el cutis y el tipo, y que no parecen necesitar nada contra las pérdidas, las hemorroides ni los atascos innobles de ninguna clase.

> Iritzia: Arturo Pérez-Reverte > CON LENGUA O SIN LENGUA

  • Con lengua o sin lengua
  • XLSemanal, 2009-07-19 # Arturo Pérez-Reverte
Me gusta el centro de Madrid. Es mestizo y cosmopolita: una especie de legión extranjera donde cualquiera puede enrolarse. Es ésta una ciudad bronca, generosa, con una potencia cultural extraordinaria que quisieran para sí otras urbes que van de modernas. Es cierto que casi todos los lugares castizos que amaba han dejado de serlo. En vano busco la huella de Felipe y Mari Pepa, o la de esos pícaros que encarnó en el cine el gran Tony Leblanc por los años 50. Tampoco del Madrid elegante –Pasapoga, Chicote, Fuyma– queda apenas rastro, y el chotis famoso de Agustín Lara dejó de tener sentido. Sin embargo, pasear por el centro es una experiencia intensa de la ciudad, la Europa que representa, el mundo que, para bien o para mal, nos pertenece y espera. No digo que este Madrid me guste más que el otro. Desde luego que no. Falta educación y sobran maneras bajunas. Pero es lo que hay, y lo que queremos que haya. Como tal debo aceptarlo, considerando sus virtudes y ventajas. De lo que no cabe duda es de que se trata de un Madrid más luminoso, justo y libre. Vaya una cosa por la otra.

Pienso en ello mientras camino por la acera de la Gran Vía. Hay allí dos viejos roqueros cubiertos de tatuajes, habituales del sitio. También lumis variopintas, un negro que toca el saxo, un limpiabotas mejicano –el rey del brillo, afirma el cajón– y una librería que sigue viva y llena de gente. Frente a un semáforo en rojo se abraza una pareja. Son dos hombres jóvenes. Lo hacen con mucha naturalidad y afecto. Con ternura. Uno le pasa una mano por la nuca al otro, acariciando su cabello. No hay en ellos nada de extravagante, o escandaloso. La actitud es propia de una pareja cualquiera, heterosexual o no. Otra cosa sería –mis reflejos son viejos y automáticos, qué remedio– dos pavos metiéndose la lengua y sobándose sin recato. Eso lo estimaría tan desagradable como si lo hicieran un pavo y una pava. No por cuestiones morales, sino por simple estética. Hay momentos y lugares para cada cosa. Creo. Por eso no me agradan los que se magrean excesivamente en público, sean hombres, mujeres, pareja convencional o pareja de la Guardia Civil. Me parece una falta de consideración. Una ordinariez propia de gentuza.

Hay a mi lado un fulano que mira a la pareja con cara de desagrado y luego se vuelve hacia mí, como buscando complicidad. No dice nada, pero es evidente lo que piensa. Menudo espectáculo, etcétera. En ésas el semáforo se pone en verde, todos seguimos adelante, y me quedo con la inquietud de si el que me miró se lleva la impresión de que comparto su enfoque del asunto. Me habría gustado contarle algo personal. Un recuerdo de juventud: parque de ciudad mediterránea y pareja de dieciséis o diecisiete años, chico y chica sentados en un banco, ella con la cabeza apoyada en el hombro de él. Y en ésas, un guarda jurado de los de antes, con bandolera de cuero y chapa dorada, parándose delante para darles la bronca por la actitud. El representante de la autoridad, o sea. El esbirro estúpido de un sistema hipócrita regido por curas que tonteaban con niñitos en el cole y por espadones de comunión diaria, casados con loros resecos que meaban agua bendita, ganándose el sucio jornal de la decencia a costa de dos chicos sentados en un banco. «A ver si tenemos posturas más decentes», fueron las palabras exactas de aquel cerdo vestido de pana marrón. Y cuando –ella, avergonzada, mantenía el rostro oculto en el hombro de él– el jovencito se encaró con el guarda diciendo que la chica estaba mareada y se apoyaba por eso, el otro, chulesco, perdonavidas, con esa insolencia que los mierdas con autoridad suelen mostrar ante los más débiles, respondió: «Pues en cuanto se espabile, largo de aquí. Y ligeritos». Y aquel muchacho, que cuarenta años después todavía recuerda aquello con impotencia y rubor, lamentó no tener edad suficiente para levantarse y, con alguna garantía de éxito, intentar romperle la cara a ese hijo de puta.

Calculo ahora, recordando, la suerte que habrían corrido entonces los dos hombres jóvenes abrazados del semáforo. La que corrieron tantos por menos de eso, a manos de representantes de la autoridad, de guardas jurados y guardias ejemplares, custodios celosos de la moral y las buenas costumbres. Cuánto sufrimiento y cuánta amargura irreparables. Cuánta injusticia. Por eso merece la pena lo ganado desde entonces, a cambio de otras cosas, buenas o malas, que se quedaron en el camino. Con miserables como el del parque dedicados hoy –por desgracia, nunca faltarán voluntarios para delatar o reprimir a otros– a menesteres menos evidentes y grotescos. Así que, concluyo, bendito sea este Madrid donde pueden abrazarse dos jóvenes en la calle sin que un sicario a sueldo del obispo o el comisario de turno los importune con su vileza insolente. Puestos a elegir entre esto y aquello, incluso violentando las buenas maneras, prefiero verlos meterse la lengua. Hasta dentro.

> Iritzia: Juan Domínguez > ¿NIÑA CON DOS MADRES?

  • ¿Niña con dos madres?
  • Los niños se convierten en objeto de experimento
  • Alba Digital, 2009-07-19 # Juan Domínguez . Aceprensa
Con los cambios que han tenido lugar en España en el derecho de familia y con el acceso “no discriminatorio” a la fecundación in vitro, cada día nos trae un nacimiento novedoso. Los titulares nos sorprenden: “Será el primer niño…” (póngase lo que se desee: bebé medicamento; hijo de madre menopáusica; hijo de lesbiana adoptada por su pareja…). En la semana (antes solo día) del orgullo gay, no podía faltar en El Mundo (5-07-2009) un reportaje sobre una feliz pareja de lesbianas que esperan niña. “Será la primera niña en España con dos madres”.

La ingeniería ginecológica y legal hace estos milagros. Podía haber sido el caso de lesbiana que accede a la maternidad por inseminación artificial, práctica que en España ya ni siquiera es noticia. Tampoco habría sido problema que su pareja fuera a su vez madre legal de ese hijo, pues, en virtud de otro artefacto jurídico, la Ley de Identidad de Género aprobada en 2007, las mujeres lesbianas casadas pueden ser reconocidas en el Registro Civil como madres de los hijos in vitro de su pareja, sin necesidad de adopción.

Pero este caso es el ¡más difícil todavía! Por primera vez en España dos mujeres tendrán un hijo en una joint venture ginecológica: una pone el óvulo y otra aporta el útero. El óvulo se insemina con el esperma de donante anónimo obtenido de un banco de semen, y el embrión resultante se transfiere al útero de la otra mujer que es quien lo gestará (lleva ya ocho meses) y dará a luz. Podría haberlo gestado también la que puso el óvulo. Pero ellas querían que fuera algo realmente de las dos: “Hemos logrado crear algo muy nuestro, fruto de nuestros cuerpos”. Bueno, y del semen anónimo, al que en este reportaje se le da menos importancia que a la ropita que se prepara para el bebé.

Pero no cabe duda de que para ellas es algo “muy suyo”: la niña esperada colma “su sueño de ser madres”, responde al derecho de las lesbianas a la maternidad, sella su proyecto vital… En fin, esperemos que no sean unas madres muy posesivas.

No deja de sorprender que, con una legislación que prohíbe la gestación a través de terceros, se pase por alto este detalle en el caso de una pareja de lesbianas. Pero el reportaje informa que la Comisión Nacional de Reproducción Asistida, órgano consultivo del Ministerio de Sanidad, ha dado luz verde a la donación de óvulos en parejas femeninas, “para evitar interpretaciones restrictivas” del derecho de las lesbianas a ser madres.

Hay que tener en cuenta que esas interpretaciones restrictivas están vigentes en toda Europa, a excepción de Holanda. Pero así tenemos además la satisfacción de ser pioneros, que es otro modo de decir que hacemos cosas muy raras que los demás no aceptan.

Da la impresión de que nada se puede interponer en el proyecto parental de los adultos, y no digamos nada si son lesbianas. Pero el interés del niño o de la niña criados entre una pareja de lesbianas ¿no saldrá perjudicado por la falta de la figura del padre? ¿No se le discrimina al negarle un padre? El asunto se despacha rápidamente diciendo que, si necesita una figura masculina, siempre tendrá un tío, un abuelo o un vecino que vaya por casa. Porque lo importante es el cariño y, desde luego, con dos madres “el cariño no le va a faltar”.

El resultado se verá con los años y habría que preguntárselo a la niña cuando sea mayor. Y es que en este tipo de reportajes lo difícil es saber si el final de la historia respondió a estas ilusiones de prensa del corazón.

Aunque a veces se sabe. El pasado marzo, el mismo diario y el mismo periodista publicaba una entrevista con Rubén, “el primer hombre embarazado”. Pero ni en la España de Zapatero suceden estos prodigios. Luego resultaba que se trataba de un transexual, de 25 años, que a pesar de su nombre y de su aspecto exterior seguía teniendo lo que tiene cualquier mujer para engendrar un hijo, en su caso por inseminación. Su pareja Esperanza, no podía ser madre, así que se prestó “él”.

Esperaba gemelos, con toda ilusión. Pero el trajín de entrevistas, focos y platós no le hizo mucho bien. Según cuenta una breve gacetilla en el mismo diario, tres meses más tarde, Rubén y Esperanza se separaron. También ha perdido a los gemelos por un aborto espontáneo. La ley es muy maleable, pero la naturaleza no tanto. Quizá ha evitado así a los gemelos la perplejidad y la confusión de haber nacido del vientre de su “padre”.

Lo malo de estos experimentos en modelos familiares es que se hacen directamente con niños, y sin posibilidad de consentimiento informado. Si se tratara de una vacuna tendríamos más cuidado.

> Elkarrizketa: Alvaro Pombo > "ES EL MOMENTO DE ENTRAR OTRA VEZ EN EL ARMARIO"


  • Alvaro Pombo: «Es el momento de entrar otra vez en el armario»
  • La Razón, 2009-07-19 # Manuel Calderón
Hay muchos escritores, pero pocos que actúen tan decididamente, hasta el histrionismo y sin ese sentido púdico de hablar flojito y para entendidos, sobre lo que pasa en el mundo y en su calle. Novelista, poeta, incansable estudioso de la filosofía y miembro de la Real Academia Española, Álvaro Pombo es un personaje tautológico: Pombo es Pombo y cuando habla se deja escuchar. Escuchemos: tiene ganas de hablar.

-¿Por qué quiere entrar en el armario?
-Es una decisión cómica, aunque yo no he cambiado ni de naturaleza ni de proyecto. Sí que he cambiado en un sentido, y es que el mundo reivindicativo gay se está poniendo muy pesado y es contraproducente para el movimiento mismo. Éste debe ser un momento de normalización y no de exacerbación porque no hay nuevas ideas.

-¿Normalización? Está empleando una palabra políticamente incorrecta.
-Yo apoyo la normalización del mundo homosexual, pero para que haya normalización tenemos que comportarnos normalmente, o no debemos hacer fiestorros como el del Día del Orgullo Gay. Es descabellado, porque lo que se subraya es justo la diferencia y si se subraya la diferencia una vez aceptada, lo que queda es el gueto otra vez. Claro que hay homofobia en España, pero la homofobia no se arregla saliendo treinta carrozas a la calle.

-Eso es ir «contranatura», por poner el título de su novela más abiertamente gay.
-Por eso volver a entrar en el armario es una metáfora visual de una especie de llamada a la prudencia, no al miedo, porque con setenta años no tengo miedo a casi nada, lo único que digo es que no nos conviene esa cosa estrafalaria. Así que frente a esa banalización, es el momento de entrar otra vez en el armario.

-¿Se lo piden el cuerpo y los años?
-Yo me he comprometido con los derechos de los gays hace muchísimos años, cuando casi no se hablaba de esto. Siempre he dicho que he estado fuera del armario, porque nunca lo he ocultado, desde que llegué a España de vuelta de Inglaterra en el año 1977 y con un libro como «Relatos sobre la falta de sustancia», que prologó José Luis Aranguren, que trata claramente el tema de la homosexualidad. Creo que soy una persona que tengo autoridad para decir que debemos repensarlo todo un poco.

-Después de todo, hablar de la homosexualidad es hablar del amor y de la amistad.
-Sin duda, no hay nada más, y es de lo que trataba mi libro «Contranatura». La heterosexualidad también trata del amor y la amistad. Lo que estoy planteando es ese dislate de fiestas con uniformes nazis.

-Usted se opuso a la utilización de la palabra «matrimonio» para las bodas gays.
-Sí, esas cursilísimas bodas... Me opuse a que se usara la palabra «matrimonio», pero si quieren emplearla... yo no puedo hacer nada.

-¿Intervino para que la Real Academia no la aceptara?
-He intervenido clarísimamente y dije que matrimonio no era la palabra adecuada, ¡pero es que además es una estructura social anticuada! El asunto estaba en que legislativamente, si no utilizas la expresión matrimonio, es como si se pierde categoría. Pido que los homosexuales hagan un esfuerzo de normalización, que no es volver a ser todos heterosexuales. ¡Como si quieren hacer unos sanfermines gays! Insistir demasiado en la diferencia es un error.

-Debe ser algo de su generación, pero la palabra culpa no está en su vocabulario.
-Yo estoy liberado del sentimiento de culpa, que es un lenguaje que se empleaba en Europa entera hasta los años 60. Tal y como están las cosas, la metáfora de entrar en el armario no va mal. Es que se ha llegado a hablar de «outing» forzoso, que es obligar a todo el mundo que lo sea a declararse públicamente homosexual. No me parece mal que lo hicieran los políticos, eso sí, si quieren. Yo no quiero que nada me clasifique.

-Ni como un hombre religioso.
-Si hablamos de amor y amistad no entra en contradicción con mis creencias religiosas. Los homosexuales más sensatos que conozco están más o menos en mi línea. Me llama la atención que no haya nuevas ideas y sí en el feminismo, que reflexiona sobre qué hacer con los hijos, cómo educarlos, o cómo compaginar la vida profesional con la familiar.

-Por cierto, ¿cómo educar?
-Los niños, desde muy jóvenes, tienen que tener una educación competente. Hay que educar con firmeza; no que todos estudien sus asignaturas, sino que aspiren a la excelencia. Las diferencias que se ven entre gente de veinte años que estudia con entusiasmo y quien no lo tiene es absolutamente abismal. Me parece que si hay un territorio hacia donde dirigir nuestra energía es hacia la educación seria, la educación para la convivencia, la lectura, la música, la literatura. Yo no veo un gobierno con una política educativa fuerte, veo mucho politiqueo.

-¿Qué le sugiere Zapatero?
-Le voté en la primera legislatura y luego voté a Rosa Díez porque me parecía que estaba siendo frívolo, ligero, y no me gustaba su retórica. Creo que no se puede hablar sólo de una política de derechos civiles; hay que acompañarla de una estructura económica sólida. Leí hoy mismo un artículo de Paul Krugman donde dice que va a haber una mejora de las condiciones económicas y financieras pero con desempleo. ¿Y qué pasará en España? ¿Cinco millones de parados? Creo que estos temas deberían ocupar más espacio en la conciencia nacional. Por eso el mundo gay me parece una broma.

-La promesa del 68 se ha cumplido: la juventud ha tomado el poder.
-Pero no es sólo achacable a este Gobierno. Hay una mala idealización de la juventud, como si siempre tuviera razón a la manera de «il Duce ha sempre ragione». Pero, primero, la juventud no siempre tiene razón, y, segundo, es un estado transitorio. Por ejemplo, todas las protestas sobre el plan Bolonia: llega junio y desaparecen. La juventud debe ser consciente de que lo importante es que se tienen que formar bien. ¡Es que luego no voy a tener un empleo!, dicen. Pero vas tener una cabeza bien montada y un corazón.

-¿Obama de quién es un personaje?
-Quizá de Kierkegaard. Creo que Obama siempre ha pensado que podría perder y ha tenido una actitud cauta. A mí lo que más me interesa de Obama no es su «glamour», y eso que es muy «cool» y su mujer y sus hijas y el perro... Pero lo que es divertido de ver en Obama es lo cauto que es, lo ha desmostrado en Rusia e Irán. Eso es la prudencia política, que es una virtud clásica.

-Para terminar, le pongo un ejercicio: una casona en Santoña, agosto de 1937, se oye algo de Puccini y luego un chistu... Continúe, por favor.
-(silencio) Podríamos tener un personaje dividido en dos: que recordase los textos de José Antonio Primo de Rivera sobre la gaita y la lira y sus peligros y que pensara que el chistu era la expresión de un nacionalismo exacerbado que iba a empequeñecer; y luego ese mismo personaje pensando que toda esa música era extranjera y que, por lo tanto, España era un país sin música, que no había salido musicalmente de las regiones. Haría un personaje a medio camino entre el falangismo y el nacionalismo vasco.
  • Un ordenado caos de humo y libros
  • Quizá los sueños de Álvaro Pombo sean como la estancia en la que lee, escribe, piensa, fuma y duerme: un caos envuelto por un elegante polvillo dorado. ¡Pero qué orden! No saldrá de este espacio donde los libros crujen en una estructura inestable durante todo el verano, dedicado a escribir, de cinco a nueve de la noche, todos los días. Él se siente poeta y cree que es ahí donde tiene su voz más verdadera: si se le oye recitar se entiende por qué Pombo sólo puede ser Pombo. Ahora acaba de publicar «Los enunciados protocolarios». Su obra narrativa se dio a conocer, en 1983, con «El héroe de las mansardas de Mansard», al que le siguió «El metro de platino iridiado» en 1990. Con «La fortuna de Matilda Turpín» ganó, en 2006, el Premio Planeta.