2009/03/15

> Berria: Transfobia > TURQUIA: ASESINAN A EBRU SOYKAN, ACTIVISTA TRANSGENERO

  • Activista transgénero asesinada en Turquía
  • Dos Manzanas, 2009-03-15 # Raul Madrid
El pasado 10 de marzo Ebru Soykan, una activista transgénero, fue asesinada en Turquía por un asaltante que la apuñaló en su casa.

Miembros de la organización LGTB Lambda Istambul han denunciado a Human Rights Watch que el mes pasado Ebru había solicitado protección a la oficina del Fiscal ante las agresiones y amenazas de un hombre. Este hombre fue detenido y puesto en libertad dos horas más tarde, y ahora se encuentra detenido como sospechoso del asesinato.

‘La policía tiene la responsabilidad –en consonancia con el Artículo 2 de la Convención Europea de Derechos humanos- de responder a cualquier amenaza creíble de violencia, quienquiera que sea la víctima’, ha declarado Juliana Cano Nieto, investigadora para el programa por los derechos LGTB de Human Rights Watch. En su opinión, sin una ley anti-discriminación que obligue a la policía a tomar en serio estos ataques, este tipo de asesinatos continuará.

Este es el segundo asesinato de un miembro de Lambda Istanbul en un año. En julio de 2008, Ahmet Yildiz fue tiroteado y muerto sin que nadie hasta ahora haya sido acusado del crimen. En 2007, Lambda Istanbul envió al Consejo de Derechos Humanos de la provincia de Estambul un informe con 146 casos documentados de violencia hacia personas transexuales, incluyendo casos en los que los agresores fueron policías.

> Erreportajea: Indarkeria > "CASO MARTA": ENREDADOS

  • 'Caso Marta': enredados
  • De la red Tuenti a la mentira televisada. La información en torno al crimen ha circulado entre los implicados a una gran velocidad
  • El Mundo, 2009-03-15 # Ignacio Díaz Pérez • Sevilla
Domingo 25 de enero por la noche. Casi lunes, por la hora, la 1.18 de la madrugada. En un foro de internet sobre motos, alguien da cuenta de la desaparición de una joven sevillana, «17 años, rubia, delgadita». Y aparecen dos fotos suyas.

Marta del Castillo desapareció de su casa la tarde del 24 de enero. Era sábado. El juez, tras tomar declaración a los implicados, determinó que la joven murió antes de las 20.30 horas. Siendo fin de semana, nadie debería haberla echado en falta demasiado pronto. Pero las alarmas saltaron de inmediato.

En el foro dedicado a las motos -nada que ver, en principio, con la joven-, quien alertaba de su desaparición a las pocas horas de producirse tenía un nick que incluía un gentilicio de Valladolid. En su perfil recién creado decía que se trataba de un chaval sevillano de 15 años que no tenía moto. En la red social Tuenti, a la que pertenecían los protagonistas de esta historia negra, las luces de emergencia se encendieron incluso antes.

Así funciona internet: nadie conoce a nadie, pero todos conocen a alguien que, a su vez conoce a otra persona que, al final, también sabe de la existencia del primer alguien. Tirando de los hilos de esta red de redes, los investigadores han podido seguir un rastro que les ha permitido dar con un buen número de personas que, en el peor de los casos, tiene alguna información sobre el suceso.

El crimen de Marta del Castillo ha incorporado al utillaje criminal algunos elementos que lo hacen especialmente novedoso. Llama la atención, por ejemplo, la velocidad con que ha circulado la información entre los implicados a través de las redes sociales de internet, y la manipulación que éstos han ejercido sobre esa información.

Lo que hace a este crimen diferente de otros no es el misterio que envuelve el paradero del cadáver, ni la presencia de menores entre sus protagonistas -entre ellos, la víctima-, o la supuesta historia de pasión y celos entre la joven y su presunto asesino, ni la truculencia de que el asesino confeso vivía cuando cometió el crimen con una niña de 14 años, su novia, en casa de la madre de ésta.

Lo que lo hace diferente es que, por ejemplo, a esta madre y a su hija menor, utilizada por los medios y exhibida por su familia, les faltó tiempo -igual que al supuesto cómplice del presunto asesino- para buscar sus quince minutos de fama frente a una cámara y un micrófono.

Los medios de comunicación lo han tenido extrañamente fácil a la hora de conseguir hasta el más mínimo detalle sobre la vida privada, aficiones, pasiones y pudores de los protagonistas de esta violenta trama a través de sus perfiles en la red social Tuenti, o para obtener algún testimonio impactante con que ilustrar el desierto informativo en que se ha convertido la búsqueda, infructuosa de momento, de la joven.

¿Estrategia diseñada?
Hasta su detención, los detenidos han tenido tiempo suficiente para fabricarse coartadas e incluso para diseñar una estrategia, como se teme el padre de Marta, que ya ha manifestado sus dudas sobre si el cadáver de su hija fue arrojado al río, como han declarado algunos de los detenidos. Y es que las declaraciones de éstos han incurrido en tantas contradicciones, que todo lo dicho hay que ponerlo en cuarentena.

El menor detenido (junto al presunto asesino, Miguel Carcaño, ex novio de Marta, el hermano de Miguel, Javier Delgado, y Samuel Benítez, el supuesto cómplice) ha dicho en su última declaración ante el juez que se lo inventó todo. Que construyó una historia implicando a varias personas, a partir de lo que había escuchado en la televisión, desde donde, por ejemplo, Samuel, cínico y frío, hizo un llamamiento a Marta para que regresara a su casa... desde donde estuviera. Por cierto, que este menor responde al curioso apodo de 'El Cuco', que según la RAE, significa «taimado y astuto, que ante todo mira por su medro o comodidad».

Y la otra menor, aparte de la chica fallecida, que ha aparecido sobre el tablero de este macabro juego, que juraba y perjuraba el 14 de febrero, cuando se supo de la detención de Miguel y su amigo Samuel, que enterarse de que el joven con el que convivía pese a su corta edad había matado a Marta le había supuesto un enorme shock, ahora declara ante el juez que ella, su madre y su abuela lo sabían todo, porque se lo había dicho el propio Miguel a las pocas horas de haber acabado con la vida de Marta.

Ésa es otra de las incógnitas de este crimen: la facilidad con la que el supuesto autor del mismo ha ido dando pelos y señales de su hazaña y la cantidad de gente que estaba al tanto de su fechoría. El celoso silencio que todos han guardado sólo se comprendería si todos hubieran participado de un modo u otro en el crimen o como parte de esa hipotética estrategia para implicar a todos, hasta el punto de que si todos son culpables, todos serían también inocentes. O quizá por puro exhibicionismo.

> Berria: Homofobia > ARGENTINA: UN FISCAL DICE QUE "SI ES POBRE Y GAY, ES DUDOSO"

  • Los prejuicios del Dr. Romero: Si es pobre y gay, es dudoso
  • Un fiscal santafesino considera que el testimonio de un chico pobre y homosexual puede ser proclive a la mendacidad.
  • Crítica de la Argentina, 2009-03-15 # Héctor Galiano • Santa Fe
“El joven delincuente reúne elementos de marginalidad muy notorios: a su inmadurez, se le endosan un estado de cuasi abandono, su inclinación sexual hacia los hombres y su ‘trabajo’ de sexo a cambio de dinero”. Eso dijo por escrito un fiscal de la Justicia provincial acerca de un adolescente detenido por robo que denunció irregularidades en su arresto: si es homosexual es marginal, si se prostituye también. Y también dio a entender que si es pobre es comprensible que sea mentiroso.

Esa sobredosis explícita de prejuicios fue advertida cuando el expediente de la causa penal llegó a manos de la Junta Especial de Salud Mental de la provincia. El juez de sentencia Luis González había recurrido a este equipo de psiquiatras para tener un informe sobre el perfil psicológico de dos chicos que habían denunciado a tres agentes de la Unidad Regional I por irregularidades en el procedimiento donde fueron detenidos. Al leer el expediente y llegar hasta las conclusiones del fiscal del caso, Carlos Romero, a los psiquiatras les llamó más la atención las “apreciaciones con un indisimulable carácter prejuicioso y discriminatorio” del representante del Ministerio Público. Y lo informaron este jueves a la Secretaría de Derechos Humanos provincial.

LOS HECHOS. El 19 de septiembre del 2006, dos adolescentes ingresaron en un colegio religioso de la avenida Gorriti, en el norte de la capital santafesina, y robaron dinero de una de las habitaciones. Una monja del establecimiento los descubrió y llamó a la Policía. Tres agentes de la comisaría 10ª llegaron hasta el colegio y detuvieron a los jóvenes intrusos. Uno de ellos es varón, pero estaba vestido de mujer. En la seccional, los policías les quitaron a los detenidos el dinero que tenían en sus mochilas y los hicieron desnudar. Esto último fue negado por la religiosa que ante la Justicia declaró: “Vi a dos homosexuales entrar al colegio”, y que “sólo le habían registrado las mochilas, pero no los hicieron desnudar”.

La Policía liberó poco después a los menores, luego de haberle hecho firmar a uno de ellos dos actas con el nombre de la madre. Un peritaje caligráfico de la Corte Suprema confirmó que la firma de esos documentos fue falsificada. El examen detectó que tanto el acta de entrega de los menores a sus familias como la notificación de sus derechos no habían sido rubricadas por ningún adulto responsable, sino por uno de los menores, acosado por los agentes de la seccional.

La madre del adolescente que firmó las actas, María Esther Tisera, denunció el episodio al día siguiente. La acusación desencadenó el procesamiento de los tres agentes por los delitos de exacciones ilegales y falsificación de documento público.

DUDAS Y PREJUICIOS. El 27 de noviembre de 2007, el fiscal santafesino Carlos Romero requirió la elevación a juicio del expediente. En sus argumentos, da por probadas las exacciones ilegales de dos agentes policiales y la falsificación del acta por parte de una oficial de la comisaría 10ª. Sin embargo, plantó una insólita duda. Consideró que “el joven delincuente reúne para sí elementos de marginalidad muy notorios (…) puesto que, a su inmadurez, se le endosan un estado de cuasi abandono, su inclinación sexual hacia los hombres y su ‘trabajo’ de sexo a cambio de dinero”. Romero agregó que “su condición no debe observarse proclive a la mendacidad sin razón, sino a su condición de extrema vulnerabilidad, véase sino el cambio sucesivo de sus declaraciones”.

DISCRIMINATORIO. El juez de sentencia santafesino, Luis González, solicitó el año pasado un dictamen a la Junta de Salud Mental que depende del Ministerio de Salud. El magistrado recurrió a una herramienta que no muchos jueces utilizan y que está contemplada en la Ley de Salud Mental sancionada en 1991. Estas juntas examinadoras tienen una mirada menos positivista que las que se les reconoce a los peritos forenses de carrera. González pidió un informe sobre el perfil psicológico de los dos chicos. El dictamen, confeccionado por dos psiquiatras, un psicólogo y un abogado, llegará esta semana al despacho del juzgado. Los profesionales analizaron el expediente para la elaboración del perfil de los jóvenes. Sorprendidos por la actuación del fiscal Romero, hicieron saber por nota su preocupación al área estatal que tiene incumbencia en situaciones discriminatorias. En una misiva enviada el pasado jueves a la titular de la Secretaría de Estado de Derechos Humanos, Rosa Acosta, señalaron que en la causa en la que les tocó intervenir, “el fiscal Romero, en su requisitoria de elevación a juicio, invoca –como un factor relevante para poner en tela de juicio la credibilidad de dos testigos varones– su inclinación sexual hacia los hombres”. La Junta de Salud Mental consideró que “semejante apreciación reviste un indisimulable carácter prejuicioso y discriminatorio”.

> Erreportajea: Homofobia > ARGENTINA: LA ULTIMA RAZZIA EN UNA FIESTA GAY

  • La última razzia en una fiesta gay
  • La Cámara del Crimen respaldó un operativo ilegal de la Policía Federal durante un evento privado en un boliche
  • Crítica de la Argentina, 2009-03-15 # Pablo Corso
Las razzias, como el mate y la picana, son una tradición argentina. Su más célebre promotor fue Luis Margaride, un comisario que en los 60 ordenaba irrupciones en hoteles alojamiento y lugares nocturnos. Esa prédica tuvo una fiel continuadora en la Triple A y se intensificó en la última dictadura, que forzó al exilio a varios militantes del Frente de Liberación Homosexual. Siempre en la mira, la comunidad gay ya sabía muy bien de qué hablaba cuando hablaba de razzias.

Cuando llegó la democracia “abríamos todos los días y se llenaba el local”, recordó en el portal Artemisa el fallecido dueño del boliche Contramano, José Luis Delfino. Pero las redadas eran una incómoda constante: “Venía Moralidad y se llevaba gente a diestra y siniestra (…) me agarraba una indignación muy grande”, narró el protagonista, quien en su momento empezó a acompañar a la gente a las comisarías. Fue el comienzo de una militancia que lo llevó a prestar Contramano para la redacción del acta fundacional de la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).

Un cuarto de siglo después, ciento veinte hombres bailaban desnudos y apretados en un boliche de Palermo. Otra razzia alocada interrumpió la diversión. Era la marca de la intolerancia, aún en democracia. Sucedió el 18 de abril de 2006 en una fiesta privada. Hubo encierro y humillación, pero la Sala VII de la Cámara del Crimen resolvió el 20 de febrero que la Policía Federal obró en base a derecho, rápido y sin violencia.

Tres miembros de la CHA que estuvieron ese día en el boliche Cero Consecuencia dieron una versión muy distinta: los efectivos de la comisaría 21ª –de uniforme y de civil– hicieron una megarazzia que duró hasta las 2 de la mañana. Con cuatro patrulleros de respaldo, el agente Miguel Lucero forzó la puerta del boliche y el caos fue inmediato: luces prendidas, música apagada y gritos contra los “putos de mierda”. Sin orden de allanamiento ni informar los motivos, los efectivos encerraron a los participantes y confiscaron sus documentos.

Lucero –dijeron testigos– fue quien “utilizó la mayor cantidad de violencia, burlas y amenazas”. Claudio Rom, RR.PP. del boliche, vio cómo entraban y salían del lugar policías sin identificación. “Comenzaron a separar a la gente entre los que estaban vestidos y los que no. Esto llevó casi una hora, hasta que se dignaron a decirles que procederían a revisarlos”. Mientras tanto, aseguró, les gritaban y se burlaban de ellos.

“Estaba en una cena con mis compañeros, nos avisaron y salimos enseguida para allá”, recordó el secretario de la CHA Marcelo Suntheim, quien vio cómo cinco policías de civil custodiaban a docenas de hombres en fila y casi desnudos, vueltos contra la pared. Como la ventana del frente estaba abierta, el bochorno era público. Tres personas se descompusieron y pidieron ayuda médica que nunca llegó. “Los agentes sólo se limitaron a seguir revisando, humillando y degradando a los concurrentes, a quienes ni se les permitía hacer preguntas”, relató un testigo.

HISTORIA OFICIAL. La policía argumentó que el operativo se originó por una llamada anónima que denunciaba venta de droga en el boliche. “Pero no revisaron la barra ni los baños”, detalló Suntheim, para quien el operativo fue “una invasión a un boliche gay con la probable finalidad de extorsión o de cobrar coimas”. Otras fuentes coincidieron con su hipótesis: “Como la dueña del lugar no colaboraba con la policía, esto pudo haber sido un apriete. Sobre todo teniendo en cuenta que no se encontró un solo cigarrillo de marihuana”. Desde el Poder Judicial criticaron las falencias en la lógica del operativo “incluyendo una privación ilegítima de la libertad bastante evidente”.

Los dirigentes de la comunidad gay gritaban a los participantes de la fiesta que el operativo era ilegal y que no debían identificarse ante quienes no exhibieran la credencial de policía. Cuando los efectivos escucharon las advertencias entendieron que el allanamiento se había complicado, pero las cosas no terminaron ahí. Cada asistente fue obligado a pasar por el vestidor, donde un agente abría sus bolsos y otro anotaba en una lista nombres, apellido y números de documento. Atemorizados, casi todos daban sus datos. Muchos estaban casados y necesitaban mantener el perfil lo más bajo posible. En la desesperación, una persona huyó por los techos.

Finalizada la requisa –y una vez que armaron un grupo compacto– los participantes de la fiesta lograron flanquear el portón y escapar del boliche. “Los testigos fueron amedrentados, a muchos se los fue a buscar a la casa en patrullero”, aseguró Suntheim. Por este y otros motivos, la CHA considera arbitraria la reconstrucción que la policía hizo de esa noche y tiene pensado apelar la decisión de la Cámara del Crimen, primero ante la Cámara de Casación Penal y luego ante la Corte Suprema. El caso también será sera presentado, prometen, ante la OEA y la ONU, todo con el apoyo de ILGA (la Asociación Internacional Lesbiana & Gay).

Crítica de la Argentina había publicado en mayo que para el fiscal de instrucción Jorge Ballestero lo ocurrido esa noche se reducía a una confusión policial. Así las cosas, los cinco efectivos más comprometidos fueron sobreseídos y premiados con un puesto –valga la paradoja– en la Secretaría de Derechos Humanos de la Federal. Manuel Garrido, el ex fiscal nacional de Investigaciones Administrativas, cuestionó la medida y consideró que el operativo fue ilegal, violatorio de la Constitución y del Código Penal.

MAL OLOR. “Todo esto tiene un tufillo homofóbico”, reconoció a este diario una alta fuente judicial, a quien le consta que la fiesta incluyó sexo en el patio de Cero Consecuencia. Escandalizada, la policía llegó a vaciar una frappera llena de preservativos con el argumento de que eran una prueba. “Lo que hicieron es bizarro: los alinearon para sacarles fotos. No sé qué prueba querían obtener de ahí”, se preguntó la misma persona. En la causa está documentado, con precisión quirúrgica, que había 47 usados y 30 cerrados.

El caso se convirtió en bandera para la CHA, cuyo presidente, César Cigliutti, dijo: “Nosotros estuvimos ahí y sabemos bien cómo se comportó la policía. Vamos a pedir la nulidad del procedimiento”. Su organización consideró que la decisión de los jueces Juan Ciciaro y Abel Bonorino es “la evidencia de que no hay justicia para las personas homosexuales” y que el fallo “sólo se puede entender desde una actitud homofóbica y la complicidad con el violento procedimiento policial”.

En esa línea interpretativa, Garrido había argumentado que los participantes de la fiesta sufrieron “tratos vejatorios, degradantes y discriminatorios mediante insultos, malos tratos y escarnio”. Pocos creen en la teoría del episodio aislado: “Los lugares gay son, históricamente, los blancos fáciles de la policía –se quejó Suntheim–. La mayoría de los asistentes difícilmente quieran que se conozca su identidad. Son extremadamente vulnerables y por eso los vejámenes ocurren con naturalidad. Nuestro propósito es que ésta haya sido la última razzia de la historia”.

> Berria: Eliza > "SON OTROS LOS QUE MERECEN LA EXCOMUNION"

  • "Son otros los que merecen la excomunión"
  • Un arzobispo próximo del Papa defiende a los médicos que practicaron el aborto a una niña violada en Brasil y reprende al arzobispo que los excomulgó
  • El País, 2009-03-15 # Rodrigo Cavalheiro • Madrid
El presidente de la Academia Pontificia para la Vida, Rino Fisichella, reprocha hoy en la portada del periódico del Vaticano al arzobispo brasileño que excomulgó a la madre y los médicos que practicaron el aborto a una niña de nueve años embarazada de gemelos tras ser violada por su padrastro. En un artículo publicado en L'Osservatore Romano , Fisichella critica la postura del religioso brasileño José Cardoso Sobrinho y defiende a los médicos excomulgados por llevar a cabo la operación. "Son otros los que merecen la excomunión y nuestro perdón, no los que te han permitido vivir y que te ayudaron a recuperar la esperanza y la confianza", ha dicho dirigiéndose directamente a la niña.

Para el arzobispo italiano, el caso de la niña violada por su padrastro en el Noreste de Brasil se trata de una historia de la violencia cotidiana que ha ganado las páginas de los periódicos "sólo porque el arzobispo de Olinda y Recife se movió apresuradamente para declarar la excomunión". Y lamenta la principal consecuencia del episodio que enfrentó el Gobierno con la Iglesia católica en Brasil: "Se ha resentido la credibilidad de nuestra enseñanza, que a muchos les ha parecido insensible, incomprensible y privada de misericordia".

El embarazo de 15 semanas fue descubierto después de que la menor, de 1,36 metros de altura y 33 kilos de peso, fuera ingresada en un hospital para ser atendida por fuertes dolores abdominales y mareos. El padrastro de la menor, de 23 años y que admitió los abusos, fue arrestado acusado de haber violado a la niña desde que ésta tenía seis años y a su hermana, de 14 años. El ministro de Salud brasileño, José Gomes Temporão, ha calificado como radical e inadecuada la posición del arzobispo. "Me estremecieron los dos hechos: lo que ocurrió con la niña y la posición de ese religioso que, equivocadamente, al decir que defiende una vida, coloca en riesgo otra igual de importante", dijo.

La interrupción del embarazo se permite en Brasil en casos de violación y riesgo de la vida para la madre. En el caso de la niña convergían los supuestos. El presidente Luiz Inácio Lula da Silva se unió hace una semana a las protestas: "Lamento que un obispo de la Iglesia católica tenga un pensamiento conservador como éste". El religioso brasileño no se dio por derrotado ante las presiones. "No me arrepiento. Lo que hice fue declarar la excomunión. Es mi deber alertar el pueblo, para que tengan temor a las leyes de Dios", declaró en entrevista a El País el 4 de marzo , un día después que la niña abortara.

Fisichella, uno de los colaboradores más cercanos al papa Benedicto XVI, centra principalmente sus críticas en la postura del arzobispo, antes que en el mecanismo de la excomunión en caso de aborto. "El aborto no espontáneo siempre ha sido y continua siendo condenado a la excomunión, que es automática. No era necesaria, a nuestro juicio, tanta urgencia en dar publicidad a un hecho que se da de manera automática".

> Iritzia: Rafael Reig > SIENTO INSISTIR

  • Siento insistir
  • Público, Carta con respuesta, 2009-03-15 # Rafael Reig
  • La contestación a la carta de José María Grandas Menéndez me ha dejado con mal sabor de boca. Usted da por verdadera la declaración del asesino. ¿Dónde están las declaraciones de testigos directos que avalen dicha declaración? De ninguna de las maneras acepto imposiciones para mantener relaciones sexuales y menos con un cuchillo en la mano, pero ¿acaso es verdad que fue así? Supongamos que fue así (que ya es suponer) y se defendió asestándole innumerables puñaladas, ¿también era un peligro para su hombría el hombre encerrado en la habitación? Rafael Reig, le veo el plumero y no me gusta su plumero.
  • José Carabantes Lanza • Madrid
No conozco la sentencia, sólo utilizo la información del periódico (igual que usted, imagino). Según Público (4 de marzo): la sentencia afirma que el asesino “actuó en legítima defensa y por miedo insuperable, después de que Julio lo amenazara con un cuchillo para mantener relaciones sexuales”. ¿Que cómo se puede llegar a saber eso, si no había nadie más presente? Mire usted, me imagino que de la misma forma que, aunque no había nadie más presente, se puede llegar a establecer que Julio fue el asesino. ¿O dan crédito a su declaración y sólo le condenan porque él dice que es el asesino? En cuanto a la segunda víctima, según el periódico, la sentencia aprecia que actuó en estado de pánico. Por otra parte, también informa la prensa de que el asesino tenía una “inteligencia límite”. ¿Mienten los periódicos? Es posible, pero a mí no me eche la culpa.

Con esos datos, insisto en que no se debe realizar un juicio paralelo en la prensa, con versiones de patio de colegio. Está visto que es demasiado pedir: la ley de Lynch es mucho más satisfactoria e impide que a uno le tachen de homófobo y de que se le ve el plumero.

Le propongo un ejercicio muy sencillo. Cuéntese el mismo caso cambiando un solo dato: el sexo del asesino. Una chica con “inteligencia límite”, drogada y borracha, va a casa de dos tíos. Los tíos la intentan violar a punta de navaja. La chica entra en pánico, teme ser violada y también por su vida. Apuñala a los tíos, enloquecida. Luego intenta borrar las huellas. La condenan (como a este señor) a 20 años de cárcel. Con sinceridad, ¿pediría usted más? ¿Pondría en duda que tuviera miedo a ser violada? ¿Haría chistes sobre el peligro para su virginidad? ¿Acusaría al jurado de feminismo y odio a los hombres? ¿Le parecería un escándalo? Pues mírese al espejo.