- Elisa y Marcela: La primera boda gay de España en 1901
- El libro “Elisa e Marcela – Alen dos homes” (“Elisa y Marcela – Más allá de los hombres”) retrata la historias de estas dos mujeres que se casaron a principios del sigo XX con las entidades de Mario y Elisa
- Universo Gay, 2009-01-11 # Ariel Alan
“Elisa e Marcela – Alen dos homes” (“Elisa y Marcela – Más allá de los hombres”) es el libro escrito por el Decano de la Facultad de Ciencias de la Educación de A Coruña Narciso de Gabriel que relata la historia de dos mujeres que consiguieron casarse en 1901 con las entidades de Mario y Elisa en la coruñesa iglesia parroquial de San Jorge.
Quince años le llevó al autor la investigación de este caso que revolvió el panorama social de España a principios del siglo XX.
Se trata de un trabajo de más de 300 páginas escrito en gallego, que recoge el periplo de estas dos mujeres desde que en junio de 1901 tuvieron que huir de Coruña, hasta el año 1904. Por el medio, a mayores de los ya conocidos de La Coruña y Dumbría, se narran los acontecimientos vividos en Oporto (Portugal) donde fueron encarceladas, juzgadas y posteriormente liberadas. Su historia volvió a dar un gran salto geográfico y se trasladaron a la Argentina pues la administración española reclamaba a la portuguesa su extradición.
Antes de salir de Oporto rumbo a las Américas, Elisa y Marcela se habían transformado en una familia pues Marcela había dado a luz una niña. Su desembarco en Buenos Aires tampoco fue fácil por lo que tuvieron que recurrir a nuevas estrategias para superar las circunstancias que imponían la separación. Para ello Elisa Sánchez Loriga (que en este país se identificaba como María Sánchez Loriga) caso en 1903 con Christian Jensen, un hombre 24 años mayor que ella, como estrategia para aposentarse en un hogar al que hacer llegar después a Marcela (bajo la identidad de Carmen) como si fuese su hermana y a su hija.
Con el tiempo y la negativa de Elisa (María) a consumar el matrimonio con su esposo, surgieron las sospechas en éste, lo que le llevó a indagar y descubrir que María y Carmen eran, en efecto, las famosas Elisa y Marcela de las que había dado cuenta, tiempo atrás la prensa.
Nuevamente se vieron enfrentadas a los tribunales al tratar Jensen de anular su matrimonio. Se sabe que la sentencia dictaminó que el matrimonio, en esta ocasión, sí era válido por haberse realizado entre un hombre y una mujer, por lo que no hubo cargos contra Elisa (María). En este momento (estamos en 1904) se pierde la pista de estas tenaces amantes.
En el libro se refleja prolijamente los periódicos y revistas de la época que se hicieron eco de la noticia en estos y otros países.
La historia de un amorMarcela y Elisa se conocieron mientras estudiaban en la Escuela Normal de Maestras de La Coruña, donde se formaban las futuras profesoras de enseñanza primaria. Su amistad dio paso a una relación más íntima. Los padres de Marcela, viendo que la amistad aumentaba más allá de lo socialmente permitido, y temerosos de un posible escándalo, enviaron a su hija a Madrid. Pasó el tiempo y ambas, una en La Coruña y la otra en Madrid, terminaron sus estudios. Volverían a reencontrarse cuando Elisa fue destinada como maestra interina a Couso, una pequeña parroquia de Coristanco en La Coruña. Cerca, en Vimianzo, en la aldea de Calo, se instaló Marcela, ya como maestra superior. Como consecuencia del mismo decidieron vivir juntas en Calo, donde Elisa ejercía. En 1889, Marcela tuvo que ir a dar clases a Dumbría mientras Elisa permanecía en Calo, pero siguieron manteniendo el contacto ya que Elisa se trasladaba a la localidad donde residía Marcela.
En 1901 Elisa adoptó un aspecto masculino (con el cual se presentó en la Escuela Normal para solicitar un certificado de estudios), se inventó un pasado y se convirtió en Mario. Para este pasado inventado tomó como referencia a un primo suyo muerto en un naufragio. Se inventó además que había pasado su infancia en Londres y que su padre era ateo. Ante esta última circunstancia, el padre Cortiella, párroco de San Jorge, bautizó a Mario el 26 de mayo de 1901 (además, recibió la primera comunión), y posteriormente casó a la pareja el 8 de junio de 1901 tras la publicación de las amonestaciones. La ceremonia matrimonial fue breve, los padrinos dieron fe de su validez, y la pareja pasó la noche de bodas en la pensión Corcubión, de la calle de San Andrés.