- La píldora poscoital ya es libre. Y no es aborto
- España venderá sin receta el fármaco tras demostrarse eficaz en otros países para evitar embarazos. La medida irrita a sectores conservadores. La OMS la considera un "fármaco esencial"
- El País, 2009-05-12 # María R. Sahuquillo
Se acabaron los periplos visitando un centro de planificación familiar tras otro para conseguir la pastilla del día siguiente. En tres meses cualquier persona podrá conseguir la píldora poscoital en las farmacias sin receta médica. Eso sí, pagando unos 18 euros. La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, anunció ayer que las boticas españolas deberán dispensar este anticonceptivo de emergencia a todo aquél que lo solicite.
Un fármaco que, cada año, utilizan más de 500.000 mujeres en España y que sirve para evitar embarazos no deseados, uno de los mayores problemas a los que se enfrenta la sociedad española y al que el Ejecutivo de José Luis Rodríguez Zapatero intenta poner freno.
En 2007 se realizaron más de 112.000 abortos. De ellos, alrededor de 6.000 fueron a mujeres menores de 18 años, y 500 a chicas que aún no habían cumplido los 15. Unas cifras que, según la ministra de Sanidad, muestran que existe "un grave problema" que requiere "soluciones de urgencia". Medidas como implantar el libre acceso a la píldora poscoital. Una iniciativa que reclaman algunas sociedades médicas desde hace años. Otros, sin embargo, tildan este método de "abortivo", y consideran que con su libre dispensación no se hará otra cosa que dar barra libre de anticonceptivos a los jóvenes e impulsarles al sexo inseguro.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera la píldora del día siguiente como un medicamento "esencial". "Toda mujer en edad reproductiva podría necesitar, en algún momento, anticoncepción de emergencia para evitar un embarazo no deseado", argumenta. Toda mujer. Sin límite de edad. También las menores, un colectivo en el que el número de abortos no deja de aumentar. Dentro de tres meses -el tiempo necesario para que el preparado pase a formar parte del listado de fármacos de venta sin receta- España se sumará a la lista de los 46 estados que suministran este medicamento sin prescripción médica. Países como Francia, Reino Unido, Bélgica, Estados Unidos, India o Portugal. En todos se ha demostrado eficaz para prevenir embarazos indeseados.
La medida, que se enmarca dentro de la Estrategia de Salud Sexual y Reproductiva que prepara el Ministerio de Sanidad, pretende además terminar con las desigualdades de acceso que existen ahora entre comunidades. En algunas, como Madrid o Galicia, es una verdadera odisea conseguir este fármaco. En otras regiones -Andalucía, Aragón, Asturias, Cantabria, Castilla y León, Navarra, Cataluña, Extremadura, Galicia y Baleares-, se proporciona gratis en los centros de planificación familiar.
En 2008 se dispensaron 540.000 unidades de este producto (frente a las alrededor de 100.000 del año de su aprobación, en 2001), según el secretario general de Sanidad, José Martínez Olmos. Para él, el libre acceso a la píldora del día siguiente contribuirá a frenar los embarazos no deseados. En Francia, asegura, se produjo un descenso del 20% en el número de abortos desde que se implantó la venta sin receta de la píldora poscoital.
Sin embargo, no todos están de acuerdo con la medida. Luis Chiva, portavoz de Ginecólogos por el Derecho a la Vida, la define como "una locura". "Es una barbaridad. Va a incrementar la promiscuidad sexual", asegura. Como Chivas, algunos tienen miedo a que, al liberalizarse su venta, este método de urgencia se convierta en habitual. Concha Martín Perpiñán, presidenta de la Asociación de Planificación Familiar de Madrid no cree que eso vaya a suceder. "La gente no suele repetir con frecuencia. Sólo ocurre en el 13% o el 15% de los casos. No se utiliza como un método habitual, sobre todo porque es menos seguro, pero en caso de emergencia puede evitar hasta un 40% de las interrupciones voluntarias del embarazo", dice.
La píldora del día siguiente debe tomarse pronto para que sea efectiva. Dentro de las 24 horas siguientes al coito tiene una efectividad del 95%. Entre 25 y 48 horas, baja a un 85%. Si pasan entre 49 y 72, la probabilidad se reduce al 58%. Además, no protege de las enfermedades de transmisión sexual. Este medicamento, como especifica la OMS, inhibe la ovulación y "no provocará el aborto". A pesar de esto algunos profesionales aseguran que es, en realidad un método abortivo encubierto. Por eso, hasta ahora, había médicos que se negaban a recetarla alegando objeción de conciencia. "Inhibe la anidación del óvulo fecundado en el útero en determinados momentos del ciclo menstrual, eso es aborto", reclama Chivas. Esta ha sido la postura tradicional de la Iglesia católica.
Javier Martínez Salmeán, jefe de Ginecología del hospital Severo Ochoa de Madrid y uno de los miembros del comité de expertos que asesora al Gobierno para la nueva ley del aborto, cree, sin embargo, que la medida es un gran avance. "No hay ningún argumento en contra de la dispensación sin indicación médica. La receta no tenía mucho sentido, contribuía a que fuese más difícil conseguir el fármaco", asegura.
En contra de las voces que critican la libre dispensación del fármaco, y alegan sus posibles efectos secundarios, Martínez Salmeán asegura que estos efectos son muy bajos. "No hay riesgo para la mujer. Puede modificar el patrón menstrual y producir pequeñas molestias, nada más", dice. Sin embargo, recuerda, hay otros métodos mucho más seguros, cómodos y baratos. Y es que, de momento, el fármaco sólo seguirá siendo gratis en las comunidades donde lo era hasta ahora.
La liberalización de la venta de este medicamento no va a disparar su uso, según los expertos. "Podrá aumentar en un momento determinado, pero sí disminuirá la angustia de la mujer para conseguirla", cree Martínez Salmeán. Isabel Serrano, presidenta de la Federación de Planificación Familiar de España está de acuerdo. "Sólo hay una minoría de casos que pueden hacer un uso irracional de la píldora poscoital. Igual que los hay que lo hacen con otros medicamentos", dice. Asegura, además, que los menores, en la medida en que están capacitados para decidir tener relaciones sexuales, deberían estarlo para acceder a este método de emergencia y evitar embarazos indeseados. Sólo el 4,5% de las mujeres que tomaron la píldora en 2008 eran menores de 16 años, según datos de Cataluña.
Pero la medida del Gobierno ha sido calificada por el Partido Popular como un "verdadero despropósito". Supone "un paso atrás" en las buenas prácticas médicas, dijo la portavoz de Sanidad del PP, Ana Pastor, quien ha calificado la decisión de "política". A pesar de esto, la píldora del día siguiente se aprobó en 2001, cuando gobernaba el PP, y comunidades como Navarra o Castilla y León la dan gratis.
Este es un asunto polémico para algunos expertos que creen que la decisión del Gobierno aleja a los ciudadanos del asesoramiento profesional. "Sería mejor que la píldora se diera gratis en los centros de salud porque así llevaría en paralelo el consejo médico", considera Juan José Rodríguez Sendín, presidente de la Organización Médica Colegial. En una encuesta realizada para el Libro Blanco de la Anticoncepción en 2006, el 49,61% de los profesionales se mostró partidario de dispensar la píldora poscoital sin receta médica.
Pero esa lejanía del consejo médico no es tal para Concha Martín Perpiñán, que incide en la necesidad de la educación sexual. "Debe darse información y formación a todo el mundo independientemente de que se tome la píldora poscoital", dice. Cree además, que el asesoramiento que hasta ahora se hacía en los centros de planificación seguirá llevándose a cabo. "Todo puede resolverse entregando con la píldora una hoja con consejos, o recomendando ir al médico", asegura.
Esto reforzará además, para algunos, el papel de las farmacias. "Puede fortalecer el papel informativo y preventivo de los farmacéuticos. Si proporcionan una buena información, su labor será fundamental", asegura la presidenta de la Federación de Planificación Familiar de España.
Pero también en esto los sectores conservadores muestran sus reticencias. Hasta ahora algunas farmacias no dispensaban la píldora del día siguiente, igual que existen boticas en las que no se venden preservativos. A partir de ahora, sin embargo, según Trinidad Jiménez, "existe una obligación de las farmacias a tener este medicamento disponible".
La presidenta del Colegio de Farmacéuticos, Carmen Peña, explica también que todos los medicamentos tienen que ser dispensados, "excepto si hay un problema de desabastecimiento", matiza. "Nosotros no entramos en política. Lo miramos todo desde un prisma farmacológico", dice.
En tres meses habrá terminado el periplo de muchos jóvenes, o no tan jóvenes, que se recorren, muchas veces de madrugada, las urgencias de los hospitales buscando este método de emergencia. Están a tiempo de evitar un embarazo indeseado.
- Una reivindicación necesaria
- El País, 2009-05-12 # Ezequiel F. Pérez Campos • Presidente de la Fundación Española de Contracepción
La noticia sobre la pronta autorización de la libre dispensación de la píldora del día siguiente o anticoncepción de urgencia supone una muy buena noticia, largamente esperada por quienes trabajamos en la anticoncepción y salud reproductiva de la población. Responde a una reivindicación necesaria para disminuir el número de embarazos no deseados.
La inexistencia de esta medida resultaba alejada de la realidad de muchos países de nuestro entorno. No era congruente esta situación en un país que ha progresado notablemente en derechos cívicos. Igualmente, la diferencia entre distintas autonomías mostraba desigualdades no deseables en el Sistema Nacional de Salud, pues mientras en algunas comunidades se facilitaba el acceso a la píldora, en otras obtenerla constituía una larga peregrinación. Tampoco se sustenta que sea necesario acudir a los saturados servicios de urgencia para obtener la receta.
La píldora es anticonceptiva, según señalan, por su mecanismo de acción, todas las entidades científicas, y de urgencia, porque no es para usarla como anticonceptivo regular sino cuando éste falla o se mantienen relaciones sin protección. Fundamentalmente porque su eficacia es menor. Sus efectos secundarios son de poca entidad y tienen que ver con alteraciones digestivas, dolor de cabeza o mareo y modificación de la regla; nunca efectos importantes o peligrosos para las mujeres.
Los estudios realizados demuestran que su libre dispensación no supone su uso excesivo o irracional. Siempre habrá un porcentaje de utilización inadecuada que no justifica la negación a toda la población de un derecho reproductivo imprescindible.
El camino no está del todo recorrido; son necesarias otras medidas de educación sexual y de acceso y gratuidad de los anticonceptivos para disminuir los embarazos no deseados y los abortos, especialmente en adolescentes, jóvenes, inmigrantes o mujeres de más de 40 años.
Al margen de su financiación y de otras medidas necesarias, sin duda estamos ante un avance en la salud reproductiva y en la libertad de la población española.
- Por una mejora de la educación
- El País, 2009-05-12 # José López Guzmán • Director del Máster en Bioética de la Universidad de Navarra
La ministra de Sanidad, Trinidad Jiménez, ha anunciado la autorización de la venta de la píldora del día siguiente (PDS) en las farmacias sin necesidad de receta médica. Hay tres elementos de sus primeras declaraciones que me sorprenden.
El primero, que su dispensación “no plantea dudas de objeción de conciencia, ya que es un método anticonceptivo de urgencia y no abortivo”. Esta afirmación puede llevar a confusión a las usuarias. La PDS tiene dos mecanismos de acción: bloqueando la ovulación o impidiendo la anidación del embrión (dato que se puede consultar en la ficha aprobada por la Agencia del Medicamento). Por tanto, no es un simple anticonceptivo sino que, en muchas ocasiones, actúa sobre el embrión.
El segundo, que “con esa medida no se pretende generalizar su uso”. Esto es un sinsentido: el fácil acceso a un producto favorece su consumo (pensemos en el alcohol o el tabaco).
Considero que no es una buena medida, en términos de educación para la salud, que las adolescentes puedan obtener más fácilmente una PDS que un anticonceptivo hormonal oral. Tampoco resulta lógico que se necesite una receta médica para un mucolítico, para un resfriado o para bajar la temperatura a un niño y, en cambio, no se requiera para una bomba hormonal, como es la PDS.
El último es la afirmación de que “se intenta reducir el número de embarazos no deseados, sobre todo de las más jóvenes”. Esto no es acorde con lo indicado en el prospecto —que indica que no se debe utilizar en menores de 16 años—, ni con los estudios publicados en las más prestigiosas revistas médicas.
Estoy convencido de que es más cómodo, y más sencillo, difundir métodos contraceptivos que diseñar programas creativos de formación integral de los adolescentes. Quizás la educación sea un camino más largo, menos populista, pero, sin duda, beneficia más a la población.