2009/07/01

> Berria: In memoriam > FALLECE LUIS FERNANDO RUPEREZ, EL "OIDO ESPECIAL" DE LA QUINCENA

  • Fallece Luis Fernando Rupérez, el "oído especial" de la Quincena
  • Se encargó del área artística del festival y fue miembro del consejo de administración de la OSE
  • Noticias de Gipuzkoa, 2009-07-01 # Ruth Pérez de Anucita . Donostia
Luis Fernando Rupérez, "un auténtico sabio de la historia de la música", vinculado durante más de 20 años a la Quincena Musical y miembro del Consejo de Administración de la Orquesta Sinfónica de Euskadi, falleció el domingo, a los 65 años.

Estudió la carrera de Derecho en Madrid, donde era asiduo a los conciertos del Teatro Real. "Hacía colas durante horas para conseguir entradas", rememoraba ayer el director de la Quincena hasta esta edición, José Antonio Echenique.

Se introdujo profesionalmente en el mundo de la música haciendo los comentarios para las carpetas de los discos. Algunas discográficas le encargaron que glosara apuntes sobre los intérpretes y obras de sus grabaciones.

Cuando regresó a Donostia, a finales de los años 70, empezó a trabajar como crítico musical del periódico La voz de Euskadi . "Sus textos poseían frescura y didáctica y arrojaron una luz nueva respecto a la crítica del País Vasco", evocó Echenique. "Fue un gran descubrimiento para la gente. El mundo de la música devoraba esas críticas, basadas en una escritura moderna y muy bien documentada. Un nuevo concepto de crítica musical, que hasta el momento no se hacía en nuestra tierra", resumió.

Su colaboración con la Quincena viene de principios de los años 80, ocupándose de la redacción de los catálogos y los comentarios de las obras, y hacia 1987 entró a trabajar a tiempo completo como responsable del área artística, trabajo que desempeñó hasta su prejubilación, hace menos de un lustro. Se dedicaba a las relaciones con los artistas y los compositores musicales, a "enfilar" su presencia el festival y la programación. A través de esta labor cultivó su amistad con personalidades del mundo de la música como el director de escena Emilio Sagi o la mezzosoprano Teresa Berganza.

También se ocupó de la selección de los intérpretes de la disciplina "más ambiciosa y compleja", la ópera. "Tenía un oído prodigioso; le apasionaba la música sinfónica y la de cámara, pero sobre todo era un especialista de la voz", recordó Echenique. El año pasado -nunca interrumpió su vínculo con la Quincena- Rupérez supervisó la ópera Carmen .

En 1990 fue nombrado consejero de la Orquesta Sinfónica de Euskadi y pertenecía a su comisión artística. Hablaba inglés, francés, italiano, y era un gran lector, un apasionado de la literatura, que le acompañó especialmente en sus últimos meses.

"Un hombre muy culto, con un oído muy especial hasta el punto que llegaba a sufrir en algunos conciertos por esa exigencia... Era una gran persona", subrayó.

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