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• Chueca se despide de su orgullo
• El Ayuntamiento quiere mover los festejos gays a otra zona tras las quejas de los vecinos. Los organizadores reconocen que la celebración desborda el barrio
  
• El País, 2009-07-01 # Ana Alfageme / Daniel Vedú . Madrid

Adiós a la fiesta hasta el amanecer y a los conciertos y pinchas hasta las tres de la madrugada en seis escenarios de Chueca, uno de los barrios con presencia gay más famosos del mundo. El Ayuntamiento de Madrid ha recibido quejas de los vecinos ante la última semana de la fiesta callejera del Orgullo -cuyo pregón se celebra hoy- y convocó ayer por la tarde a los organizadores a una reunión.

Tras ella, una portavoz de la Concejalía de Medio Ambiente aseguraba que el próximo año los festejos se celebrarán fuera del barrio. Los organizadores, con Juan Carlos Alonso, presidente de la Asociación de Empresas y Profesionales para Gays y Lesbianas de Madrid (AEGAL) al frente, aseguran que está todo por pensar, que primero hay que vivir el Orgullo de este año y luego colaborar con el Consistorio, pero que creen que sólo se trasladarán las actuaciones y espectáculos más molestos y que choquen con el descanso de los vecinos. "Tenemos la obligación de celebrar el Orgullo, pero organizarlo de otra manera. La acumulación de actividades provoca una excesiva concentración de gente, eso es cierto. Las fiestas, por su éxito, desbordan el barrio, y todo el mundo lo sabe", afirmaba ayer el coordinador de Mado09, la entidad que organiza los 15 días de las fiestas del Orgullo en nombre del Cogam (Colectivo Gay de Madrid). Su semana grande, ésta, culmina con la manifestación estatal que recorrerá Alcalá y Gran Vía el próximo sábado.

"Estamos preocupados por la seguridad. También los colectivos [gays] y la policía. No ha pasado hasta ahora, pero si hay una urgencia, por la aglomeración de gente en la calle, se puede complicar mucho". Alonso calcula que en los 10 días de celebración del año pasado (éste serán 15) participaron en las fiestas dos millones de personas.

Lo único seguro es que este año uno de los barrios más importantes del mundo se despide de su fiesta más emblemática tal y como la conocemos: con las barras de los bares asentadas en las aceras, seis escenarios, riadas de gente en calles estrechas y música desde la tarde hasta la madrugada. El derecho al descanso de los vecinos ha pesado mucho. "Ha sido un acuerdo al que hemos llegado fácilmente. Había un problema claro de ruidos en la zona y de molestia para los vecinos. No ha habido problema en decidir que este año sea el último en que se celebren en Chueca", explicó una portavoz de Medio Ambiente. La reunión se produjo en la sede de la concejalía que dirige Botella, a petición del Ayuntamiento. Supuestamente se citó a los organizadores a raíz de las quejas de los vecinos. En principio, el acuerdo, según la portavoz, incluye trasladar las actuaciones y las barras que los bares sacan a la calle. Es decir, absolutamente todos los festejos callejeros del Orgullo Gay.