- «Los Miami» asesinan al relaciones públicas y al portero de una discoteca de Madrid
- ABC, 2009-01-13 # Carlos Hidalgo • Madrid
Cada uno de ellos pertenece a un clan enfrentado por el control de las puertas de las salas de ocio de Madrid. No tarda en producirse un enfrentamiento en el que el español recibe varios golpes en la cara y sangra. No tarda en esgrimir su pistola Glock, del calibre 9 milímetros y dispara cuatro veces. Catalin Stefan recibe un tiro en el cuello, otro en el pecho y un tercero en el abdomen. La cuarta bala va a parar al muslo de Roger L.U., barcelonés de 28 años y cliente de la sala.
El criminal sale corriendo a la calle, atraviesa la plaza y se encamina a la calle del Arenal, que desemboca en la Puerta del Sol. Mientras, el rumano al que ha disparado se desploma a las puertas del local. Y allí muere.
Detrás de Carlos Monge corren otros tres empleados: dos porteros rumanos (Virgil Diciu, de 36 años, y Aurelian Gabriel Albu, de 28), así como un relaciones públicas: el español Alejandro Muñoz Rojas-Marcos, de 24 años. Su madre es prima del prestigioso psiquiatra José Luis Rojas-Marcos y del ex alcalde de Sevilla Alejandro Rojas-Marcos.
Sospechoso y empleados corren por la calle del Arenal. Pero Carlos Monge comienza a disparar a sus perseguidores. Dos balas impactan en el pecho de Alejandro, que cae en el cruce con la calle de las Hileras. Morirá a las cuatro y media de la madrugada en la sala de operaciones del Hospital Gregorio Marañón.
Pero la carrera continúa. A la altura de la plaza del Celenque, Carlos dispara dos veces más contra uno de los rumanos. Aurelian recibe dos tiros en la espalda, y cae grave. Su compañero se libra por poco de la muerte, al sólo rozarle una bala la cabeza. Está leve. El Samur le dio de alta en el lugar, pero su compañero fue trasladado, grave, al Hospital Clínico San Carlos.
El asesino llega a la cercana calle del Maestro Victoria, donde tiene aparcado su coche. Cuando se dispone a subir en él, agentes del grupo especial de «Centauros» y de la comisaría de Centro le acorralan. El hombre se esconde tras un vehículo y, según algunas fuentes, llega a disparar contra los funcionarios. Pero se ve encañonado por seis policías, que le piden que tire el arma. El sospechoso abandona la pistola encima del capó del coche y se entrega.
Un brutal secuestro
Hasta ahí, el relato de los hechos. Pero el asunto tiene mucho más calado. El Grupo X de Homicidios de Madrid sospecha que todo responde a cuentas pendientes entre dos clanes de delincuentes: los mencionados «Miami» y el grupo de los «Quebrantahuesos» o «Rompecostillas», liderado por el búlgaro Ivo y que cuenta con un «ejército» de compatriotas, rumanos y otros ciudadanos del Este de Europa para controlar los servicios de seguridad de las salas de fiesta madrileña. Es más, Catalin ya fue detenido en enero de 2008 por, presuntamente, haber participado en el secuestro del amigo de una persona que tenía una deuda de 21 kilos de cocaína con el grupo. Ocurrió en Toledo, en septiembre de 2007. Catalin, uno de los «lugartenientes» de Ivo, fue el encargado de apalear al secuestrado, que quedó medio muerto. Quedó en libertad provisional.
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