- La incansable lucha de un anciano permite a gays y lesbianas recibir pensiones de guerra en Australia
- Dos Manzanas, 2009-01-05 # Flick
La pareja de Young, Larry Cains, sirvió en el ejército australiano durante la IIª Guerra Mundial. Ambos se conocieron en Londres en 1960 e iniciaron una historia de amor que duró 38 años. “Era desesperadamente guapo”, cuenta Young. “Tras pasar dos semanas juntos le dije que quería pasar el resto de mi vida junto a él”.
Cuando Cains murió hace diez años, Young solicitó ser beneficiario de la misma pensión que los viudos y viudas de veteranos de guerra heterosexuales recibían, petición que fue denegada. Pero Young no se arredró y llevó el caso hasta el Alto Comisionado para los Derechos Humanos de Naciones Unidas, que le dió la razón en 2003. Pese a todo, el gobierno conservador australiano de John Howard retrasó la revisión del caso, que no se retomó hasta noviembre de 2007, una vez que los conservadores fueron derrotados. Ahora, un año después, la reforma de la ley ve al fin la luz.
Edward Young ha dejado claro que no su lucha no era una cuestión de dinero, sino de derechos, y que además quería obtener una victoria simbólica sobre el anterior primer ministro, John Howard, que en su momento destacó como uno de los líderes políticos más homófobos de Occidente. “Quería que se reconociera que había existido discriminación, y que la decisión no sólo me afectara a mí, sino a cualquiera que pueda estar en la misma situación”. Young se muestra por fin satisfecho. “La ley ha sido cambiada. Después de 10 años, hemos ganado”.
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