- Uriarte apela a la "conciencia" de los diputados al reformar la Ley del Aborto
- El obispo asegura que la interrupción del embarazo es una práctica "moralmente detestable"
- Noticias de Gipuzkoa, 2009-12-09 # EP . Donostia
En el transcurso de la homilía ofrecida ayer en la capital guipuzcoana con motivo de la festividad de La Inmaculada Concepción, el prelado se refirió a la tramitación de "la llamada ley de interrupción voluntaria del embarazo", que es, según apuntó, una ley reguladora del aborto, sobre la cual descolgó alguna reflexión.
Así, a su juicio, el aborto es "un mal que es preciso erradicar o debilitar" y destacó que la misma ley propone la disminución de esta práctica, "moralmente detestable".
"La biología de la mujer y su misma psicología en condiciones normales le inducen a preservar y cuidar desde el principio al ser humano indefenso y necesitado que llevan dentro de sí. Sólo cuando el agobio de una maternidad no deseada, la angustia del futuro y la presión de su entorno inciden sobre ella la voluntad de cuidar se torna tentación de abortar", expresó.
Uriarte aseguró que la Iglesia no es ajena al "drama doloroso vivido por estas mujeres", pero se mostró del mismo modo convencido de que "sería justo, necesario y noble" que su pareja, sus padres y amigos ayudaran a la mujer gestante a "respetar esta nueva vida humana en vez de animarla a deshacerse de ella eliminándola".
El prelado lo sugirió de este modo porque, a su juicio, el ser humano que vive en su seno no es un apéndice de su organismo, sino un ser humano dependiente, pero diferente de ella. "Ninguna madre tiene derecho alguno a malograr esa vida humana diferente", sentenció.
Para el obispo donostiarra, las catorce semanas establecidas por la ley en las que la madre es "la única que puede decidir sobre si tener a su hijo o aceptar que sea destruida" hacen que "la criatura inocente se encuentre a merced de los miedos y angustias de la madre".
Llegados a este punto, Uriarte se preguntó si es ésta la manera de respetar y cuidar por parte del Estado a un ser humano al que la misma Constitución reconoce la condición de un bien jurídico que es preciso proteger".
El prelado denunció que la ley que va a votarse en las próximas semanas tiene "otras graves deficiencias cuya mención no cabe en los límites de una homilía", por lo que deseó de un modo "ardiente" que "en la tramitación subsiguiente sea, al menos, notablemente mejorada".
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