- ‘Maltratozero’
- La campaña apunta a la raíz de la violencia de género, la desigualdad entre mujer y hombre. No vemos a mujeres revanchistas, sino conscientes de sus derechos y dignidad
- El País, 2009-11-20 # Angeles Yáñez-Barnuevo . Directora de Asuntos Sociales de la SEGIB/ Eugenio Ravinet . Secretario general de la OIJ
Todos los Gobiernos de la región consideran indispensable impulsar iniciativas de este tipo ante la dramática realidad de las miles de mujeres, muchas de ellas jóvenes, víctimas de la violencia de género en la región, maltratadas, golpeadas, asesinadas por hombres que son o han sido sus parejas.
Fruto de este mandato de la cumbre nació la campaña Maltratozero que hoy está presente en los medios de comunicación españoles a la vez que en otros países iberoamericanos. Este hecho refleja un primer error en el artículo del señor Lynch publicado ayer en este periódico. La creatividad de esta campaña no ha estado a cargo del Ministerio de Igualdad del Gobierno de España, sino de los dos organismos internacionales que representamos quienes firmamos este artículo.
Las causas de la violencia sobre la mujer son muchas, complejas, y en ocasiones varían entre países. La reproducción de situaciones vividas en la familia, la vigencia de estereotipos machistas repetidos, aún, por la publicidad y la televisión o la persistencia de una fuerte inequidad en el ámbito laboral se encuentran entre las más comunes.
Sin embargo, nadie mínimamente serio y responsable se atrevería a culpabilizar de la violencia de género a las propias mujeres, especialmente a aquellas que defienden con más valentía sus derechos. Incluyendo, por cierto, el de la libertad para decir "no" a una pareja, ¿o es que sólo los hombres tienen derecho a rechazar a una mujer?
El análisis que se realizó en la fase de preparación de la campaña, basado en estudios regionales y nacionales, apunta a la raíz de la violencia de género, que no es otra que la desigualdad entre mujer y hombre, en cualquier nivel y ámbito de nuestras sociedades, y también en el de las relaciones de pareja.
Un hombre dominador que se siente superior a su mujer tiene una mayor tendencia a ejercer la violencia sobre ese ser irrelevante. A una mujer que se siente inferior al hombre con el que vive le es más difícil reaccionar y denunciar al primer atisbo de mal trato de cualquier tipo. No hay nada mejor que defender ese statu quo de profunda desigualdad, arraigada en lo más hondo de algunas personas, para alentar la dominación que, demasiadas veces, acaba en el maltrato.
De esa constatación surge el lema elegido para la campaña, "De todos los hombres que haya en mi vida, ninguno será más que yo", en boca de las mujeres; "De todas las mujeres que haya en mi vida, ninguna será menos que yo", en boca de los hombres. Apuntando así a la igualdad, ni más ni menos, un derecho humano fundamental y una conclusión evidente del mensaje de la campaña, que no apunta a la supremacía de la mujer sino a revertir la pretendida superioridad del hombre, allá donde aún se encuentre.
La campaña se ha dirigido de manera especial a la juventud por la constatación de que la prevención en edades tempranas es crucial para erradicar la violencia contra la mujer. Se ha tenido en cuenta además la multiculturalidad de las sociedades iberoamericanas, tanto en la forma, grabando los mensajes en diversas lenguas, como en el fondo, profundizando en el concepto de igualdad contra el maltrato.
La propuesta de campaña ha sido acogida de manera entusiasta por muchos Gobiernos y organizaciones sociales iberoamericanas. Varias dependencias gubernamentales que se ocupan de los temas de la mujer (llamados Mecanismos de Adelanto en buena parte de los países de América Latina) han hecho suya esta campaña y la están sacando a la calle, como ha hecho en España con gran empeño y éxito el Ministerio de Igualdad.
Cabe destacar los casos de Argentina, Brasil, Chile, Colombia, México, Paraguay, Perú, Portugal y Uruguay, países muy diversos, en los que las mujeres sufren la violencia de género y que están utilizando los recursos de la campaña, convirtiéndola en un caso único en el que los Gobiernos iberoamericanos unen sus voces a las de la sociedad, por primera vez con un mensaje común, para exigir el fin del maltrato y la igualdad entre mujeres y hombres. Por tanto, uno de los fines de la campaña es convertirse en un gran movimiento por la convivencia y el respeto.
De hecho, la expansión de la campaña a través de Internet y de las redes sociales está siendo impresionante. Cerca de 100.000 visitas a la web de la campaña www.maltratozero.com y miles de adheridos a través de las redes más populares. Resulta aleccionador comprobar cómo, al igual que hombres y mujeres famosos y anónimos, todos de forma voluntaria en los clips de la campaña, cientos de jóvenes se suman a la misma grabando vídeos con su lema.
No vemos en ellos a mujeres arrogantes, victimistas, revanchistas o agresivas, sino a jóvenes y mayores, conscientes de sus derechos y de su dignidad, abiertas a una relación de respeto, en pie de igualdad. Tampoco vemos a hombres sumisos, avergonzados o sometidos, sino a jóvenes y mayores que no se sienten superiores porque no lo necesitan, porque ya viven relaciones plenas, sin estar por encima de nadie, relaciones en las que el maltrato no se concibe, ni en su casa ni en la del vecino.
El 25 de noviembre es el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. En España estará precedido por la realización, los días 23 y 24, del Foro Internacional Jóvenes contra la violencia de género, organizado por el Ministerio de Igualdad. Esperemos que esta conmemoración coincida con una gran explosión de sensibilidad hacia las mujeres que sufren esta violencia y de desprecio hacia los violentos. Por ahora lo que hemos leído es la culpabilización de las feministas por revanchistas, de todas las mujeres madres y de algunas cantantes que "ni lloran ni piden perdón".
Gracias a todas las personas que apoyan esta causa, a través de la campaña y en el día a día, y vaya también el agradecimiento de nuestras organizaciones a los Gobiernos iberoamericanos comprometidos con el maltratozero.
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