- El cubrimiento mediático de las marchas LGBT
- Responsabilidad y frente de trabajo de los organizadores
- Semana.com, 2009-07-02 # Manuel Velandia
Por eso no hay nada más pobre que un noticiero de fin de semana, pero nada es comparable a los noticieros y periódicos de un puente de esos que culminan en lunes Emiliani. Por supuesto, la falta de cubrimiento sobre las marchas no tiene que ver únicamente con que los medios tengan menos personal en esos días, sino también con que las fuentes se preocupen por proveer la información apropiada.
Dice Colombia Diversa en su página Web que “a causa del impacto que tienen las marchas por el Orgullo LGBT en la opinión pública y los medios de comunicación, el mundo se ha enterado un poco más sobre la gran evolución de las organizaciones”. Esta afirmación, con la que estoy plenamente de acuerdo, me lleva a reflexionar sobre cuáles pueden ser las razones por las que las marchas en las diferentes ciudades colombianas han tenido tan poca repercusión en los medios masivos de comunicación; porque no puede negarse que en los últimos años ha habido una gran evolución en las organizaciones.
Entre lo poco que se informaba se encuentran pequeñas notas de Caracol, El tiempo, El Mundo y El Espectador, que titulaba usando un despacho de EFE. Los títulos reflejan su visión de la marcha: “Comunidad Gay marchaba en defensa de sus derechos en Bogotá”, “Contra los crímenes de odio y las amenazas marchó este domingo la comunidad Lgbt de Bogotá”, “Comunidad gay marchó en Bogotá por sus derechos y en honor de los asesinados” y “Una fiesta por la diversidad”.
Ninguno de los medios de comunicación citó los slogans propuestos en Cali, Medellín o en Bogotá, así que el trabajo político reivindicativo que se proponían los organizadores nuevamente quedó fuera del alcance de la opinión publica, que como siempre, al igual que muchos de los “marchantes” ni se enteró que en Bogotá se quería recalcar que “Venimos de una familia y conformamos una familia” y que “La discriminación por orientación sexual e identidad de género NO es un juego”, o que en Cali se convocaba a los participantes motivándolos para que “batieran sus alas y cambiaran el mundo” (1). En Medellín, los medios poco se dieron por enterados de que la ciudad tuvo dos marchas del orgullo gay, así que sobre los slogans mucho menos se comunicó.
Los periodistas preguntan desde lo que consideran es importante para los lectores y los medios editan y publican de acuerdo con su criterio político, pero también es verdad que el/la entrevistado/a responde lo que desea informar, así que en lo que correspondía a los organizadores se ha fallado bastante en la estrategia comunicativa: ni una sola de las frases que aparecen en los medios como afirmaciones dichas por líderes apunta directamente a la temática de las marchas; los organizadores de las marchas debe alimentar con comunicados y respuestas claras, contundentes y precisas la labor de los periodistas, y esto no se notó en las declaraciones publicadas como dadas por los líderes.
Los medios, a pesar de no ser muy prolíficos en artículos, el lunes 29 de junio comentaron positivamente sobre las diversas marchas. Sobre la de Bogotá, El Tiempo afirmó “Algo hizo diferente esta nueva versión del evento. Al acostumbrado colorido representado en cientos de banderas arco iris, transgeneristas ligeros de ropa y apasionantes muestras de cariño entre personas del mismo sexo se le sumó una preocupación cada vez más evidente entre la ciudadanía Lgbt de Bogotá: las amenazas”. Caracol comentó “En la marcha gran cantidad de expresiones reflejaron el rechazo a los actos violentos que este año se han cometido en contra de la comunidad”. EFE dijo que “El propósito de los convocantes es "progresar en el proceso de pedagogía social" y conseguir que "hasta los más pequeños" se familiaricen con la realidad de los homosexuales y bisexuales”.
Con relación a lo sucedido en Medellín, en El Mundo se leía “las marchas… empezaron con algunas horas de retraso… Ambas marchas lograron parar el tráfico y desviar la mirada de los transeúntes, que entre conmovidos y risueños observaron el pasar de la multitud… Las dos actividades fueron multitudinarias. En ellas hubo decenas de carrozas, bailarines y músicos... todo un derroche de creatividad. Ambas concluyeron, al finalizar el día, en el sector de Barbacoas, lugar donde se llevo a cabo un acto simbólico… No sólo fue la población Lgtb. Familiares y amigos de esta población también participaron en este evento”. No me encontré en la Web ningún artículo publicado sobre lo sucedido en Cali.
Vanguardia Liberal de Bucaramanga subió un video sobre la actividad en dicha ciudad, acompañada de menos de dos líneas; sin embargo, con una nota de Colprensa, le dio mayor despliegue en sus páginas a la marcha de Bogotá, siendo esta nota la única que destacó los slogans de la marcha.
Por otra parte debo decir que algunas entidades oficiales actuaron como informantes, aun cuando no es labor que en este caso les corresponda. Me ha sorprendido que la difusión previa del evento ha sido más proveída por parte de dichas entidades que producida por las mismas organizaciones; por ejemplo, en Cali lo hizo la Secretaría de Educación, quien destacó que la Marcha LGTBI Cali 2009 contaba con la Asesoría de Inclusión Social, la Secretaría de Desarrollo Territorial y Bienestar Social, la Secretaría de Gobierno, la Secretaría de Cultura, la Secretaría de Salud, la Policía Nacional y la Defensa Civil; en Bogotá, un comunicado de la Secretaría de Cultura, Recreación y Deporte informaba sobre la “XIII Marcha por la Ciudadanía Plena de las Personas LGBT”.
Los avances en las marchas en Colombia son innegables. La organización cada vez mejora más y los que a ella asisten, como participantes o espectadores, la reciben con más entusiasmo. Sólo falta continuar con gran impulso para no perder el terreno ganado y, sobre todo, lograr transmitir eficientemente la razón política que convoca a la marcha mediante planes de acción de manejo de medios de comunicación. Es muy bueno que nos vean en la calle, pero sobre todo, que tengan claro porqué estamos allí.
- (1) Con respecto a este slogan, no me queda claro si era un símil con aquello de que la gente del corriente cree: que los homosexuales somos “mariposas”.
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