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• La Fundación Triángulo alerta contra la homofobia en el puesto de trabajo
• EFE, 2009-07-02

Risas por parte de los compañeros de trabajo, insultos, papeles en la mesa o en la taquilla son algunos ejemplos expuestos por personas que han sufrido mobbing por su orientación sexual, según el presidente de Fundación Triángulo, Miguel Ángel Sánchez.

La discriminación laboral por la orientación o identidad sexual ha sido analizada hoy en la I Jornada sobre diversidad afectiva y sexual en el ámbito laboral, a menos de dos días de la celebración del Día del Orgullo Gay.

Esta jornada ha sido presentada en la sede de CCOO-Madrid por la secretaria de Política Social, Ana González, quien, junto al presidente de Fundación Triángulo, han expuesto la realidad laboral para colectivos de lesbianas, gays, bisexuales y trans (LGBT).

Los dos han coincidido en apostar por hacer visible la situación para poder detectar estos casos de discriminación, ya que las dificultades para encontrar soluciones se encuentran en "el oscurantismo y opacidad" sobre estas cuestiones.

Según Miguel Ángel Sánchez, los datos de un estudio de la Fundación Triángulo en Andalucía indican que, cuando se pregunta a gays y lesbianas sobre discriminación en su puesto de trabajo, el 67 por ciento afirma que sí existe, y un 29 por ciento confiesa haberlo sufrido por sí mismos.

Varias ideas son las que permiten que la discriminación continúe, como el hecho de considerarlo un tema privado, considerar que la ley no permite desigualdad o tratar de zanjar el problema con la afirmación de que "a la empresa se va a trabajar", según el presidente de la Fundación Triángulo.

Tanto Ana González y Miguel Ángel Sánchez han coincidido en que la formación, educación y denuncia de situaciones discriminatorias son las principales herramientas que deben llevarse a cabo por parte de los sindicatos, ya que los derechos LGTB son derechos humanos y fundamentales.

La ley española 62/2003, del 30 de diciembre, de medidas fiscales, administrativas y del orden social ampara a quien demanda por acoso laboral, e implica una inversión de cargas, de tal forma que el empresario es quien debe demostrar su inocencia, ha añadido Miguel Ángel Sánchez.