2009/03/26

> Berria: Indarkeria > EL MARIDO DE IZASKUN SOMETIO A TODA LA FAMILIA A GRAVISIMOS MALOS TRATOS DURANTE CASI 30 AÑOS

  • El marido de Izaskun sometió a toda la familia a gravísimos malos tratos durante casi 30 años
  • En su contra hay dos sentencias, de 2004 y 2006, en las que se alerta sobre su "peligrosidad demostrada"
  • Deia, 2009-03-26 # Gessamí Forner • Bilbao
En 1980 Izaskun Jiménez y Jesús Francisco Jiménez contrajeron matrimonio. Desde antes del nacimiento del primero de sus cinco hijos, Israel, de 27 años, el marido empezó a agredirla físicamente. "Desde entonces y hasta 2004 el acusado ha golpeado a su esposa en numerosas ocasiones. Le ha pegado con varas, le ha dado puñetazos, tortazos, empujones, la ha arrastrado por el suelo, le ha causado numerosos hematomas y contusiones por todo el cuerpo y le ha partido el labio en más de una ocasión", recoge la sentencia del 3 de mayo de 2006 del juzgado de lo Penal número 2 de Iruñea. Jesús Francisco también le prohibía a Izaskun mantener contacto con su familia.

No obstante, como la mujer renunció a "todas las acciones legales que pudieran corresponderle" contra su marido, el juzgado de Iruñea sólo condenó a Jesús Francisco a diversas multas que ascendían a 3.620 euros, le prohibió tener armas durante siete años y acercarse a menos de un kilómetro a su hija Joana, a su domicilio y a su lugar de trabajo durante un año al considerarlo autor de un delito de malos tratos habituales y cinco delitos de agresiones en el ámbito familiar. Además, a Joana tuvo que indemnizar con 3.000 euros. Fue la única que tuvo el coraje suficiente de denunciarle, a pesar de que presentaba "estado depresivo, aislamiento social, miedo y estado de alerta y vigilancia".

UNA MUERTE PREVISIBLE
Izaskun tenía "síntomas de depresión y ansiedad que para su curación precisarían tratamiento psicológico y farmacológico continuado durante un largo periodo de tiempo difícil de determinar". A pesar de todo, el tribunal aceptó la renuncia de una mujer asustada y psicológicamente deshecha y no hizo nada por apartarla de su agresor.

Leyendo las dos sentencias, de once folios en total, la conclusión es obvia: su asesinato era previsible. Cuando su hijo menor (el que el lunes corrió hacia la comisaría de la Ertzaintza de Gernika para advertir a los agentes de que su padre había matado a su madre) se levantó de la siesta el 4 de julio de 2004 chillando tras tener una pesadilla, Jesús Francisco, que también estaba echándose la siesta, se levantó "furioso" y abofeteó a Graciela (ingresada ahora en el hospital de Cruces) y le dio un puñetazo en el estómago a Elisabet. Luego la emprendió contra Joana y, finalmente, contra su esposa. "La cogió del pelo zarandeándola violentamente a la vez que le decía: ¿No me tienes miedo sabiendo lo que soy capaz de hacer?", resume el juez. "Por último le dio unos manotazos y un puñetazo en la espalda a su hijo Sinaí a la vez que le decía: Chilla, ahora chilla". El niño sólo tenía seis años.

ESCAPAR DE ESA CASA
De los cinco hijos que tenían, dos habían conseguido largarse de casa. Graciela quería hacer lo mismo el día en el que su madre falleció apuñalada. Su emancipación fue el motivo de aquella discusión. El padre, al que es difícil de calificar sin incurrir en palabras soeces y que resumidamente se podría describir como tremendamente machista (posesivo, celoso y muy agresivo), se oponía a su independencia. Llevaba casi treinta años maltratando a la familia en todas sus vertientes. Además de pegarles, también les agredía psicológicamente: "Habitualmente le dirigía a su esposa expresiones como puta, zorra, morcilla, burra, eres una mula, la culpa es tuya, por tu culpa me he drogado y por tu culpa he perdido hasta el orgullo, cualquier persona es más que tú, la culpa de que me miren mal por la calle la tienes tú y otras similares. Además, Izaskun era menospreciada y humillada por el acusado ante terceras personas", recoge la sentencia de 2006.

Sobre las agresiones físicas, queda demostrado que el 24 de junio de 2004 el asesino de Izaskun la emprendió contra ella "porque la casa estaba sin arreglar". "Cogió la escoba y con el palo comenzó a golpearla en el costado, en la pierna izquierda, en el codo y en la mano hasta que partió el palo". Ese mismo mes, tres semanas antes, "el acusado apagó un cigarro en la cabeza de Izaskun y le dio un puñetazo en el ojo derecho".

Después de atacarla, el agresor incluso le decía cosas como "te has hecho a los palos, te debe gustar, no vales para nada, eres una mangante", según el mismo texto jurídico.

Sobre la frecuencia de las palizas añade que "estas agresiones se han producido de forma continua, en unas épocas que seguían otras en las que no se producían. Si bien en los últimos tiempos, aunque las agresiones no eran tan violentas como en el pasado, todas las semanas el acusado golpeaba de alguna manera a su esposa".

"PELIGROSIDAD DEMOSTRADA"
Ya anteriormente, en la sentencia del juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Lizarra, fechada el 29 de julio de 2004, el juez destacó la "peligrosidad demostrada por el imputado y los episodios tan reiterados y graves de violencia que han sido denunciados". No obstante, afirmando que, "entendiendo que ésta es la única medida -el alejamiento- que puede asegurar la integridad física y psíquica de la víctima", impuso la orden de alejamiento a un kilómetro durante seis meses, perdonándole la pena privación de libertad, que el asesino recurrió y que la víctima, posiblemente, no encontró fuerzas de oponerse. Durante su matrimonio se mudaron varias veces. Llegaron a Gernika en 2007, pocos meses después de la última sentencia.

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