2009/02/27

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  • Tolerancia cero
  • El Diario Vasco, 2009-02-27 # Imanol Zubizarreta y Ana Puente / Firman también este artículo Josu Agirre, Juan Carlos Adot, Josu Etxaburu Osa, Reyes Lengaran, Xabier Mendizabal, Paloma Serrano Diez-Carredo, representantes de Baikara, Bige, Bihe y Sarean, Federaciones de madres y padres y directores de Primaria y Secundaria de la Escuela Pública Vasca
Ante las informaciones que sobre acoso escolar han aparecidas hace unos días en distintos medios, los cuales han investido, de facto, de autoridad a la persona que realizó las declaraciones y han dado por veraces los datos por ella planteados, no podemos más que mostrar nuestra extrañeza y nuestro malestar, desde el conocimiento de la realidad que disponemos, con respecto al mensaje que se ha querido trasladar a las comunidades educativas en particular y a la ciudadanía en general.

Una vez que la Administración Educativa ha resituado el debate en el punto del que nunca debió salir, queremos desde nuestro posicionamiento invitar a toda la comunidad educativa a seguir trabajando para erradicar el maltrato entre iguales.

Decía el psiquiatra español Luis Rojas Marcos que «La violencia se aprende», y que por tanto un niño o una niña que crece en un ambiente en el que falta seguridad, afecto y estímulo tiene más difícil superar una adversidad y madurar de forma saludable.

Ante problemas como éste, cuyo origen no está únicamente en el centro escolar, es frecuente que algunas familias piensen que corresponde a la escuela el resolverlos, y en el centro de estudio se opina lo contrario, por lo que hay un desequilibrio entre las expectativas de las madres y padres y de los centros. Conseguir una buena e intensa comunicación sobre los estudiantes, es clave para asegurar una correcta educación y una convivencia óptima. Para ello, el acuerdo de la función de las familias y el profesorado es necesaria para evitar que las expectativas de unas y de otros se frustren.

Las experiencias en el ámbito de la convivencia, desarrolladas en los centros públicos, y la implantación reciente de los planes y Observatorio de la Convivencia, son un buen indicador del interés de nuestro sistema educativo por profundizar en el modelo de escuela inclusiva en el que venimos trabajando.

Con el Decreto de Derechos y Deberes del Alumnado, recientemente publicado, todos los estamentos que intervenimos en la educación, tenemos la oportunidad de articular medidas consensuadas que orientadas a los objetivos que se persiguen en el Plan de Convivencia del Centro, contribuyan a la mejora del clima y éxito escolar.

Sin poner en duda, que entre las medidas a adoptar para hacer frente al acoso entre iguales, también debe estar el utilizar la sanción de modo reeducativo, no es menos cierto, que la sanción no es por sí sola la solución del problema, sino que es la prevención la que debe impedir que se produzca. Queda un importante camino por recorrer para desarrollar en el alumnado las competencias transversales fundamentales, como «aprender a desarrollarse como persona» y «aprender a vivir juntos», si queremos incidir eficazmente en el aspecto preventivo antes señalado. La respuesta de los centros, la calidad de los programas de formación del profesorado y los medios humanos y técnicos que disponga la Administración, serán factores fundamentales en la consecución de este objetivo.

Nuestro convencimiento, de que el trabajo conjunto y sistemático entre todos los agentes educativos es una buena forma de hacer frente con eficacia a problemas sociales como el acoso entre iguales, nos lleva a familias y direcciones de centros a acordar planes para trabajar las competencias transversales que nuestro currículo escolar persigue. Las experiencias que se están impulsando sobre educación emocional son buen ejemplo de ello.

El profesorado, las madres y padres, los servicios de orientación de los centros, coincidimos en la necesidad de colaborar entre todas y todos para tratar de erradicar este problema. En este sentido, las redes colaborativas de la Enseñanza Pública del País Vasco, son un buen modelo de trabajo para identificar los problemas de los centros, compartir estrategias y colaborar con los servicios educativos en la búsqueda de soluciones.

En este contexto, siempre han sido bien recibidas las aportaciones de otros agentes y asociaciones de otras comunidades autónomas, no así aquellas que sin haber tenido interés por conocer nuestro trabajo, vienen a hacer valoraciones gratuitas poniendo en duda la profesionalidad del profesorado y el trabajo colectivo que venimos desarrollando en los centros educativos del País Vasco. También ante estos, tolerancia cero.

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