2009/11/02

> Iritzia: Kim Pérez > ¿TRANSEXUALES O INTERSEXUALES?

  • ¿Transexuales o intersexuales?
  • Diario Digital Transexual Carla Antonelli, 2009-11-02 # Kim Pérez
Lynn Conway ha escrito un magnífico artículo, verdaderamente magnífico, “Género, información básica”, en el que compendia lo más esencial y práctico de lo que se sabe hoy sobre intersexualidad y sobre transexualidad, y que se puede encontrar en castellano en el sitio de la OII, Organización Intersexual Internacional.

Estando de acuerdo con ella en lo principal, voy a desarrollar y matizar el apartado final de este artículo, la parte dedicada a la transexualidad.

La idea central de Conway es la siguiente. Parte del terrible error en que cayó John Money, que creía que la identidad de género se fundaba en el condicionamiento social, y que fue corregido en la teoría por Milton Diamond y en la práctica por la historia del niño al que se pretendió transformar en niña después de un fallo médico y que nunca se adaptó.

Con estos datos y los relativos a las investigaciones sobre la BSTc del cerebro, Conway llega a la conclusión de que la identidad de género está biológicamente determinada por estructuras cerebrales que, a su vez, pueden estar más o menos definidas (Más o menos: entramos en un conjunto difuso)

Con otras palabras, que añado yo: si el cerebro de una persona XX está masculinizado y el de una persona XY está feminizado, esto corresponde exactamente a lo que se llama intersexualidad en otras partes del cuerpo, y por tanto se trata de una intersexualidad.

Pero estamos hablando del cerebro, y por tanto del órgano de la consciencia. La persona intersexual cerebral se percibe a sí misma con arreglo a la forma de ese cerebro, y también con arreglo a lo que ese cerebro ha recibido de su ambiente, que es lo que llamamos su cultura.

Puede ser que la forma interior del cerebro sea muy definidamente femenina, y entonces, esa persona se entenderá como mujer; o masculina, y como hombre; o ambigua, y se sentirá una persona ambigua, independientemente de la forma del resto del cuerpo.

Ése es el fundamento de la transexualidad, que es por tanto en el fondo una intersexualidad.

Pero hay otro matiz, que afecta a las personas que nos sentimos ambiguas. Como nuestra cultura es binarista y acepta sólo la existencia de hombres y de mujeres, no deja un sitio para nosotras, lo que hace que si no nos entendemos como hombres, creamos que tenemos que entendernos como mujeres, y si no podemos comprendernos como mujeres, creamos que tenemos que comprendernos como hombres.

Y entonces, esto no funciona. Pero no es culpa nuestra, sino de las representaciones de nuestra cultura, que está limitada por el binarismo. Si en ella hubiera sitio, respetado y reconocido, para nuestras ambigüedades, muchas habríamos escogido vivir conforme a ellas por respetar mejor nuestra naturaleza.

Por otra parte, es verdad que muchas personas ambiguas, o la mayoría, se adaptan bien a su sexo asignado, y funcionan razonablemente en conformidad con él. Aquí es donde entran las variantes biográficas, los sucesos de tu vida, los amores o los golpes, que pueden hacer que te integres en el sexo asignado o que, por el contrario, no ajustes en él. Por tanto, por esas razones biográficas, puede haber personas ambiguas que no sean transexuales y otras que lo sean.

Vemos por consiguiente que no sólo hay un condicionamiento biologico, sino a continuación de él, otro biográfico. Los dos. Superpuestos, por lo menos en algunas de nuestras historias.

Esto es todo lo que puedo decir en relación con las actuales teorías sobre la homosexualidad y algunas teorías feministas, que rechazan rotundamente cualquier condicionamiento biologicista y ponen en primerísimo lugar la contracultura, la voluntad, la libertad de opción, etcétera.

Por lo menos, puedo dar fe de que en muchos casos de transexualidad, esto no funciona porque no explica suficientemente nuestras historias. En cambio, puedo atestiguar la tranquilidad y la paz que se sienten al leer estas hipótesis de intersexualidad cerebral, al aplicarlas a lo que sabemos de nuestra historia, y al decirnos: “Esto es lo mío; esto es lo que lo explica todo” (o casi todo)

Quizá en el caso de los y las homosexuales y de las feministas a las que me refiero esto no sea así, pero las y los transexuales debemos buscar explicaciones propias y que nos sirvan, independientemente de las que sean válidas para otras situaciones.

Puede ser útil ordenar todo lo que se ha dicho, para situarse mejor:

-Todas o casi todas (hay que pensar en excepciones) las personas transexuales somos personas intersexuales en cuanto a la concordancia cerebro/ resto del cuerpo.

-Algunas personas transexuales son tan definidas cerebralmente, que su identidad de género es de mujer o de hombre.

-Algunas personas transexuales son indefinidas cerebralmente, por lo que su identidad de género es ambigua.

-Algunas personas indefinidas cerebralmente, se adaptan por razones biográficas a una identidad de género como hombre o como mujer (transexual o sin cambios)

En todo esto, no hay patología ninguna. La intersexualidad no es patológica, sino que entra dentro de los ensayos y variaciones continuas de la naturaleza, que tienden hacia una adaptación mejor. Las abejas, por ejemplo, son una especie en la que la mayoría puede considerarse intersexual.

La intersexualidad y la transexualidad, por tanto, deben considerarse procesos dinámicos de desajuste con lo dado que pueden conducir a un ajuste o adaptación mejor.

No hay comentarios:

Publicar un comentario