2009/11/02

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  • Rafael Moral . Presidente del colectivo de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales Colega: «Galicia es abierta y tolerante»
  • Dice que la crisis está provocando una «regresión de visibilidad» de la homosexualidad en el ámbito laboral; y cree que hay mucho por hacer en el medio rural
  • La Voz de Galicia, 2009-11-02 # Nacho Mirás Fole
Colega Galicia, colectivo de lesbianas, gais, bisexuales y transexuales, intenta ser diferente. Su presidente, Rafael Moral Escudero (Córdoba, 1984) cuenta que la entidad nació como una organización de carácter igualitarista, que se centra en cuestiones no tan comerciales como el día del orgullo, los hoteles para gais o los juegos olímpicos para un colectivo.

-¿Qué persiguen, entonces?
-Buscamos la igualdad en todos los lugares, en todos los momentos y en todos los días.

-¿Galicia está mejor o peor que otros lugares? ¿Se puede hablar de «normalidad» en la integración?
-Normalizar no debe ser sinónimo de homogeneizar. Galicia es una comunidad abierta y tolerante, y eso es algo que nosotros queremos poner en valor. No obstante, actualmente se encuentra en novena posición con respecto al resto de las comunidades autónomas. Esta posición intermedia, ni tibia ni excesivamente fría, nos da un interesante punto de partida y un interesante reto en el ámbito rural, que tiene una brecha muy importante en relación con el conjunto de núcleos urbanos.

-¿Sigue siendo más difícil abrir el armario en el medio rural que en el urbano?
-La invisibilidad está a la orden del día. Por eso hemos comenzado una ronda de trabajo con los presidentes de las diputaciones y con la Federación Galega de Municipios e Provincias para intentar solventar esta situación. Las diputaciones tienen las redes para trabajar con los municipios y deben mojarse de manera directa.

-¿Qué alternativas tienen gais y lesbianas del medio rural para sentirse integrados?
-En primer lugar, falta un referente, falla el imaginario social. Cuando los referentes son Boris Izaguirre o el orgullo de Madrid algo sucede. Ante esa carencia de referentes, la gente intenta genera un modelo que ni es de España ni es el modelo mayoritario. Los que se quedan en el medio rural empiezan un duro camino para intentar sopesar su igualdad y su vida con la presión que la sociedad, en muchas ocasiones intrusiva, en el ámbito rural lleva en el día a día. Es una situación muy complicada de asumir para el que se queda. Y peor aún para las personas que tienen una identidad de género que no se corresponde con la que poseen genéticamente. La transexualidad es un tabú absoluto en el ámbito rural, por eso buscamos referentes sociales positivos.

-¿Los ataques homófobos son frecuentes aquí?
-Tenemos un ejemplo en Vigo, donde un tribunal popular consideró que 57 puñaladas eran defensa propia.

-Ese juicio ha quedado invalidado...
-El Tribunal Superior de Xustiza ha puesto un poco de cordura. Pero, por desgracia, ha sido necesario que esto suceda para ponernos sobre aviso. No podemos permitir que estas situaciones se den en la Galicia del siglo XXI. Y tenemos más ejemplos, como la presencia de un cantante homófobo en Santiago o las presiones que personas individuales, en los ámbitos educativo, social y laboral, están sufriendo. La crisis tiene un componente importantísimo de regresión de la visibilidad.

-¿Quiere decir que, ante el miedo a perder un trabajo, uno se calla más su homosexualidad?
-Así es. La crisis hace que la persona se sienta más insegura en cuanto a la estabilidad de su empleo y que tenga una mayor prudencia a la hora de buscar su primer empleo. En los próximos días presentaremos un informe con la Dirección Xeral de Xuventude y con las diputaciones para poner sobre aviso a aquellos responsables en materia de política laboral. Es un efecto más de la crisis en los colectivos en riesgo de exclusión: el miedo a la homogeneidad, a que te hagan copia de otro modelo que nadie sabe cómo es.

-¿Ayudaría que los homosexuales en puestos de primera línea política se hicieran ver?
-Primero está la libertad individual. La normalización no implica anunciar a bombo y platillo tu orientación sexual, sino que, si un día por la mañana te encuentras mal porque tu pareja te ha dejado, no escondas ni el género ni el motivo. O como hizo el juez Marlaska, que tuvo la foto de su pareja durante veinte años en la mesa del escritorio. Ese mero hecho es el que puede hacer que la visibilidad llegue a la normalización, no a la homogeneización que algunos pretenden.

-¿Ellas lo tienen peor?
-Cierto. La presión, el machismo y las conductas sexistas se ven acrecentadas por la invisibilidad absoluta del comportamiento de las mujeres.

-¿Qué papel juega la Iglesia?
-Fundamental para la cohesión social, pero no solo la católica. Pero no entendemos la postura del ataque, queremos ser un colectivo conciliador. Debemos ser lo que pedimos, tolerantes, no por ello imbéciles.

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