- La historia rural de «Ander» viaja hasta la Berlinale
- Tras su exitoso paso por el Festival de Cine Gay-Lesbo-Trans Zinegoak, Roberto Castón ha viajado hasta la capital alemana para aterrizar en la Berlinale, donde ayer presentó su reciente creación, «Ander», la primera película rodada en euskara que proyecta el festival, y que retrata una historia rural sobre la soledad del descubrimiento tardío de la homosexualidad.
- Gara, 2009-02-12
La película, un proyecto encargado por Berdindu -el servicio vasco de atención a homosexuales, bisexuales y transexuales- persigue sobre todo «normalizar» el tema de la orientación sexual y situarlo, a contracorriente, en un entorno rural, afirmó el director tras el pase de la película. «Las directrices que me dieron fueron que tratara sobre la homosexualidad y que fuera de bajo presupuesto. El tema daba igual», explicó Castón, que también ejerce de director del festival de cine Zinegoak de Bilbo, escenario en el que presentó su más reciente creación. «En los pueblos también hay gays, lesbianas y transexuales, pero para ellos es más difícil vivir con ello», apuntó el realizador, quien señaló que está «harto» de ver películas que abordan esa cuestión desde el punto de vista urbano. En su opinión, sin embargo, el tema predominante de «Ander» no es la orientación sexual del protagonista, sino la soledad. «Todas las personas de la trama están absolutamente solas. No hacen nada por evitar esa soledad. Y entonces llega alguien que rompe esa tendencia», sostuvo.
Ritmo pausado
Los bellos paisajes interiores de Euskal Herria y el caserío donde vive la familia sirven de escenario a una historia sosegada, a base de muchos silencios, en la que los acontecimientos y el surgimiento de la atracción entre ambos hombres se desarrolla sin prisa. «El ritmo es quizás la parte más controvertida de la película. Puede parecer lento pero es el adecuado para una historia que se desarrolla en el campo. Es un enfoque cercano al documental y con un toque naturalista», indicó Castón en la rueda de prensa que tuvo lugar tras el pase de la película. Para el cineasta, el principal mensaje de la película, más allá del sexo entre dos hombres, pasa por la lucha contra los prejuicios ajenos, la aceptación de uno mismo y la propuesta de modelos alternativos de la familia. «Que los Anders del mundo salgan del armario y se casen con quienes quieran, sin complejos, y sin nadie que se lo impida», defendió. La cinta también trata sobre el impacto que la llegada a la casa de un forastero ejerce en la familia aunque, según su director, no se trata de «racismo», -aunque dada la procedencia peruana del recién llegado algún personaje lo llama indio-, sino al «miedo a lo desconocido». «Habría ocurrido igual si el que llegara a ese valle fuera un sevillano o un portugués», apuntó el director.
El actor peruano Cristhian Esquivel, que interpreta a Juan, afirmó que a él le reporta «mucho orgullo» que le llamen indio, indígena, inca o incluso sudaca en la vida real. «No me ofendo. Al contrario, sólo demuestra que pertenezco a una cultura muy antigua y una de las más potentes de su época», señaló.
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