2009/01/29

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  • Miradas sobre cine gay y de disidencia sexual (II)
  • Breakfast on Pluto es obra de uno de esos grandes cineastas, Neil Jordan, que no generan un culto masivo pero cuyo trabajo es reconocido en los círculos de cinéfilos no tanto por su atrevimiento y propuesta, sino por su perseverancia.
  • Anodis, 2009-01-29 # Cuitláhuac Moreno Romero
Pues lo prometido es deuda y acá va la primera entrega de las pelis de temática LGBT comentadas por mí.

Party monster
Es la muestra de ambas cosas, de lo monstruoso y de lo divertido de la fiesta –digámoslo así- gay. Aquí se aborda la parte decadente y patética de este tipo de vivencias llevadas al extremo del desenfreno –aunque también de la creatividad- de los party animals; hasta llegar incluso al sadismo perverso de matar a tu dealer y meterlo en trozos a tu refri. A veces suena divertido todo esto, pero hay que tomar en cuenta que está basada en hechos reales y a los chicos estos no les fue muy bien, así que habrá que conformarnos con los raves clandestinos en los trailers y no llegar al extremo de matar por andar en drogas.

El dato curioso es que una sobreviviente de estos chicos, los Club Kids, es una de los exponentes más importantes en la música electro de esta década: Miss Kittin. Otra de ellos, Amanda Lepore, es reconocida como la travesti más cool del mundo, además de ser la diva por excelencia de David Lachapelle.

Hedwig and the angry inch
Quizá lo más característico de ésta es replantear la temática de la disidencia y la discrepancia tanto en el plano político como en el sexual y manifestarlo a través de un proyecto musical como lo es la banda de rock que se conforma en la peli, todo en el marco del conflicto entre las dos Alemanias. Al final del día no importa si es una banda de bar, pues es lo que por otro lado la erige como el prototipo más auténtico de la diva de arrabal que le dio el culto que hoy día tiene mundialmente. Otro punto importante es que Hedwig bien podría ser la película de la década para la cultura del gay rock, como lo fue The Rocky horror Picture show en sus tiempos.

Orlando – Es magistralmente bella, casi como el libro de Virginia Woolf en el que está basada. El punto en el que me parece más propositiva es cuestionar la supuesta "naturalidad" del amor, ya sea el homosexual o el heterosexual, sin caer tampoco en la apuesta por la bisexualidad. Orlando no es en absoluto un/a homosexual, creo que lo que la trama tiene de fondo es la transformación mágica que tiene lugar con el amor, mismo que, al menos en este caso y desde una perspectiva hermosamente fantástica, sí trasciende y supera el paso del terrible tiempo, y aún más, este es un amor que sobrevive siglos y épocas, porque el amor de Orlando es amor por el amor mismo, más allá del sexo propio y del sexo del/a amado/a.

El lugar sin límites
Su importancia es más local que otra cosa, pero esto no le resta méritos de calidad, y esa es la razón por la que me parece más sobresaliente que El cielo dividido, u otras del cine de temática gay hechas en México. La actuación de Roberto Cobo como travesti atormentada(o) es impresionante, digna de honda admiración.

No se lo digas a nadie
Ésta película es particularmente visceral, el personaje principal es así: una persona egoísta y grosera que confundido por una ilusión de un amor se afana en conseguir lo que quiere a costa de perderse en este trayecto y perder a quienes se le pongan en el camino. Lo que se ve de fondo, en un segundo plano en la película es el daño que causa la doble moral, tanto por la homofobia al interior del mundo gay, como la transfobia, los percances del mundo del closet, y de paso la impunidad y privilegios de los riquillos de los países en desarrollo, en ese caso Perú, aunque bien podría haberse filmado en México sin algún cambio notable.

Happy Together
Si hay algo que pone en cuestión es la felicidad compartida, pone la duda sobre la verdad del final del cuento de hadas. Eso lo que pasa después de encontrar al príncipe y descubrir en la vida conyugal que no es sino otro ser humano, con más defectos que virtudes. Sin embargo, si hay algo que Happy together saca a luz, es la posibilidad de ser feliz con uno mismo, en una asimilación trágica de la soledad, sí, pero donde ésta se sabe a sí misma como la mejor opción de convivencia, o, en todo caso, la más sana. La cinta exhibe en buena medida que la condición humana más auténtica es la soledad, y eso muestra se aún más en el exilio, es una versión previa y gay de Lost in translation.

Gotas de agua sobre piedras calientes
O cómo evitar morir en el intento de abrir un corazón que no existe. Con la crudeza absoluta de Fassbinders -el guión original es de él- Ozon pudo articular una versión cinematográfica de esta puesta en escena que abre una mirada a la fatal situación de querer quedarse con algo que no está hecho para eso, es darse de topes con una pared y esperar abrirla así, con la sangre y el cráneo deshechos, porque el resultado evidente es la propia desaparición. El título es exacto y asimismo les ocurre a los tres personajes que se enamoran de este dandy cuarentón. Aquí no importa si son mujeres, hombres o travestis, cada uno será destruido a su manera por esta piedra ardiente, impenetrable e inamovible.

Breakfast on Pluto
Es obra de uno de esos grandes cineastas, Neil Jordan, que no generan un culto masivo pero cuyo trabajo es reconocido en los círculos de cinéfilos no tanto por su atrevimiento y propuesta, sino por su perseverancia, calidad y profundidad al momento de llevar al cine la perspectiva de los abismos de las humanas pasiones. En este caso, le toca turno a una travesti en pleno conflicto religioso-político en Irlanda y su modo inteligente y poco serio ("serious, serious, serious, all serious", criticaba ella misma en la actitud de sus amigos) de salvarse, al mismo tiempo que rescataba el recuerdo de su elegante madre y su aspiración a una vida más feliz. La actuación de Cillian Murphy es para dar cátedra, el guión y la música son inmejorables, por no mencionar la excelente fotografía, aunque hay que decir que lo que más impacta de la película es ser la versión realmente gay de lo trans, es decir, mostrar la felicidad en las peores y más adversas condiciones; y hacer esto con tal actitud que todo lo demás se hace a un lado, pues se trata en el fondo de dar con uno mismo y hallar en ello la auténtica dicha, aunque eso implique algo tan difícil como desayunar en plutón, pero exactamente igual de mágico.

The Rocky horror picture show
O cómo poner el acento de la disidencia en la locura, el extremo más acabado de lo trans y hacerlo al ritmo del rock glam. Eso es esta película, la agencia estética de lo queer. Lo radical puesta en juego de lo trans, ya no como puro travestismo o transexualidad, sino como transilvanismo y transterrenalismo: alienación pura y gozosa. En fin, no es sólo diversión, también es horror a la seriedad. Una obra de culto, definitivamente.

Todo sobre mi madre
La obra maestra de Pedro Almodóvar, sin lugar a dudas. En ella condensa no sólo su afición por el mundo del espectáculo y una cultura que tiene sus propios cimientos en su propia exposición tele-estética, muestra de ello es la intertextualidad que abre con All about eve (La malvada), y con Un tranvía llamado deseo, ya no sólo como obras mencionadas en la película misma, sino como la base circunstancial y vivencial de los personajes que Almodóvar crea. Este elemento de intertextualidad con la cultura pop es quizá uno de las principales características de Almodóvar. Los otros dos temas almodovarianos por excelencia son el abismo emocional de las disidencias sexuales (gays, trans, les, etc.) y su obsesión por la condición femenina: las mujeres abiertas en su más entrañada realidad (la histeria, los nervios, la pasión y la sensibilidad, todas rozando siempre la locura como la mayor manifestación del amor, aunque también la serenidad que implica establecer pactos entre mujeres, sociedades reales de amigas, hermanas, madres e hijas, etc.).En Todo sobre mi madre esto se conjunta de una manera bella y terrible, además de cómica, claro está, y en eso se resume el cine de Almodóvar.

My own private Idaho
Es difícil establecer el lugar que ocupa en el cine gay. En principio se agradece la excelente adaptación de una obra shakesperiana (Enrique V) al mundo de la llamada generación X, pero si lo pensamos bien, no es fácil encontrar muchas razones del porqué una obra tan sencilla (y hay que decir que Gus Van Sant es, a pesar de su enorme culto y genio, una persona sencilla) se ha constituido como una obra clásica para el cine actual, particularmente emblemática para las generaciones que crecieron escuchando a Nirvana y a The Smashing Pumpkins, que asistían a fiestas donde las etiquetas sexuales estaban de más a pesar de pertenecer principalmente al régimen heterosexual. Ahora bien, si circunscribimos esto al mundo LGBT el asunto se pone complejo, pues, el personaje principal, el que interpreta River Phoenix¸ no es para nada un gay típico. Creo que después de todo, la importancia de este filme se sustenta en la belleza poética de la rebeldía y la inocencia, incluso en las condiciones que parecieran ser las más incómodas en una ciudad, esto es lo que me arroja a mí este filme sobre jóvenes prostitutos y ladrones, porque también es eso aunque se repare poco en ello, y es probable que esto no se note tanto porque la genialidad de la obra de Shakespeare habla también de la grandeza y la riqueza de espíritu ante valores absurdos en la sociedad, y Van Sant supo bien cómo explotar este rasgo.

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