2009/11/06

> Berria: Transfobia > MARIA JESUS LASTRA: "OJALA NO VUELVA A PASAR"

  • «Ojalá que no vuelva a pasar»
  • La transexual despedida de forma «improcedente» de una bocatería recibirá 1.000 euros de indemnización . María Jesús apenas duró tres horas como ayudante de cocina en el bar del Casco Viejo. Los abogados de ambas partes llegaron a un acuerdo antes del inicio del juicio. «El gran problema de los transexuales es acceder a un puesto de trabajo»
  • El Correo, 2009-11-06 # María Rego . Vitoria
Un autobús llevó ayer a María Jesús Lastra de vuelta a su ciudad. Llegó de noche a Gijón, donde hace más de dos décadas comenzó su particular lucha y donde, una vez más, se volvió con una batalla ganada. El propietario de la bocatería del Casco Viejo que en junio la despidió «por ser transexual», tal como ella denunció en la Inspección Provincial de Trabajo, reconoció ante el titular del juzgado número uno de lo Social que la rescisión de su contrato fue «improcedente». El hostelero aceptó además indemnizar a su ex empleada con «1.000 euros». «Ojalá que no le vuelva a ocurrir algo así a nadie», concluyó, con cierta satisfacción, mientras compraba el billete de regreso a Asturias.

El acuerdo, alcanzado ayer por los abogados de ambas partes antes de que se celebrara la vista oral, cierra un «triste» capítulo que comenzó cinco meses atrás, cuando María Jesús entró a trabajar en el establecimiento propiedad del denunciado y «donde sólo volvería si un juez me obligara». «Si en un sitio me cierran la puerta, yo ya no entro más», recalcaba antes de acceder a los juzgados. Su jornada laboral comenzó aquel 5 de junio sobre las once de la mañana. Tres horas después, la nueva empleada colgaba el delantal para marcharse a comer, pero su jefe le guardaba una desagradable sorpresa. «Me llamó y me dijo que se había enterado de que yo era una persona transexual y que no podía tenerme en el local», recuerda con pesar.

Ella entendió que estaba a punto de anunciarle su despido y escuchó sus argumentos. Al parecer, el hombre, con quien ayer no cruzó ninguna palabra en los tribunales, le explicó que entre los clientes se iba a encontrar con «gente borracha y juventud, que se podían meter conmigo por mi condición». Entonces, «me hizo firmar un papel y me entregó 40 euros», añadió en su denuncia. Por ello, María Jesús decidió buscar «doble justicia: como transexual y como presidenta de la asociación 'Soy como soy'», que agrupa a este colectivo en Asturias.

«Estoy acostumbrada»
El primer alto en el camino para lograr su objetivo se produjo a finales de junio, en forma de acto de conciliación entre la empresa y la demandante, pero la cita se convirtió en un nuevo desencuentro. «Ya estoy acostumbrada», reconocía esta mujer al hacer balance de sus 40 años de vida. Acceder a un empleo se había convertido hace tiempo en su principal meta. «Nuestro gran problema es acceder a un trabajo y no se dan cuenta de que nosotros, como el resto de gente, somos ante todo personas», advertía junto a miembros de Ehgam Álava -compuesto por gays, lesbianas, bisexuales y transexuales de la provincia- que la acompañaron durante toda la mañana de ayer. Sólo se fueron cuando María Jesús les comunicó en los pasillos del juzgado que había «ganado».

«Ha sido muy desagradable volver a verle», aseguraba tras escuchar al propietario de la bocatería, «nervioso y cabizbajo», admitir que había cometido «un despido improcedente». Sin embargo, esta asturiana sabe que «la historia se puede volver a repetir» en otra empresa de cualquier punto del país, por lo que pide «medidas» a las instituciones competentes para que otras personas no tengan que pasar el mismo mal trago. Ahora, de vuelta a casa, espera retomar su rutina junto «a mi marido». «No pido nada más. Sólo quiero que los transexuales tengamos libertad para vivir y trabajar con tranquilidad y en sociedad», resumía tras una dura jornada.

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