- El jefe de María Jesús admite que la echó por transexual
- Un juez dictaminó ayer que fue un despido improcedente
- Público, 2009-11-06 # Guillermo Malaina . Bilbao
Lastra, de 40 años, salió satisfecha de los juzgados de Vitoria, aunque para ella la indemnización era una cuestión menor. Había decidido llevar su caso ante la Justicia en busca de "honor" y para reivindicar la vulneración sistemática de los derechos que sufren en el mercado laboral las personas transexuales.
Su particular conflicto se remonta al pasado junio. A través de un asociación especializada en la búsqueda de empleo, había logrado una entrevista de trabajo en una bocatería de la capital alavesa. Logró el empleo, pero su primer día de trabajo fue fugaz. A las dos horas, el propietario del local, que se había ausentado para formalizar el contrato, de seis meses, regresó y la despidió tras preguntarle "si era un hombre o una mujer".
El ahora condenado esgrimió una serie de excusas para explicar su decisión, pero estas no convencieron a Lastra. "Tenía claro desde el principio que me despedía por ser transexual y, mira, hoy lo ha reconocido", se felicitaba al final de la vista.
Esta mujer se siente satisfecha por la resolución judicial, pero considera que aún queda por delante un largo camino para lograr que los transexuales disfruten de los mismos derechos que el resto de la ciudadanía. Lastra, que ahora vive en Gijón y ni siquiera pensaba en recuperar el empleo en la bocatería, considera que la problemática que vive el colectivo de transexuales pasa desapercibida para las instituciones, los servicios sociales e, incluso, el Congreso de los Diputados.
"No tienen en cuenta las dificultades que tenemos para acceder a un puesto de trabajo. Se hacen muchas promesas, pero luego nada", dice, antes de agregar que, "por eso, nosotras y nosotros nos vemos obligados a ir a la Justicia para defender nuestros empleos".
"Iguales ante la Ley"
María Jesús denunció primero su caso ante la Inspección de Trabajo, que convocó un acto de conciliación al que el denunciado no acudió. Su abogado argumentaba después de cara al juicio que había sido despedida por su condición sexual y que, por lo tanto, el propietario del local había vulnerado el artículo 14 de la Constitución: "Los españoles son iguales ante la Ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna por razón de nacimiento, raza, sexo, religión, opinión o cualquier otra condición o circunstancia personal o social".
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