- Personajes naturales y humanos
- El Diario Vasco, 2009-08-03 # Roberto Herrero
Pero su teatro pretendía, sobre todo, divertir. Tenía una gran habilidad para hacer dialogar a sus personajes, para mostrarlos naturales y cercanos al espectador. Esa era su principal baza: conseguir que sobre el escenario pareciera que se hablaba como en la calle. Su facilidad a la hora de escribir le llevó más de una vez a afirmar, divertido, que algunas obras las había escrito en el breve espacio de un viaje en avión.
Mendizábal conjugaba bien la escritura de un teatro popular y comercial, con una preocupación para que sus obras estuvieran muchas veces pegadas a la actualidad política y social. Y lo hacía desde una visión que iba casi siempre contra corriente de lo que se estila en el teatro español.
Le gustaba decir que era el autor más representado y no aceptaba otro juez que el público. Sus encontronazos con la crítica y, sobre todo, con los administradores teatrales eran constantes. Como lo era también su actividad teatral. Siempre con un proyecto bajo el brazo listo para vender. Siempre con dos o tres ideas a punto de hacerse realidad. Unas veces lo conseguía y otras la complicada realidad teatral las echaba para atrás. Pero de lo que no había ninguna duda es que más pronto que tarde iba a volver a dar la batalla.
No fue sencilla la relación de Mendizábal con un teatro vasco que nunca acabó de aceptarlo como suyo. Se quejaba de que no le representaban, cosa que era cierta. Criticaba el reparto de los dineros públicos y las programaciones. Apreciaba la polémica casi tanto como el teatro.
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