- Mafioso, gay y discapacitado entre los insultos más ofensivos en Italia
- EFE, 2009-05-21 # Fernando A. Busca
La publicación ha elaborado con los datos obtenidos un "vulgarómetro", en el que las expresiones que ofenden con mayor intensidad a los italianos son las blasfemias "porco Dio" y "porca Madonna", que identifican a Dios y a la Virgen con un cerdo.
Curiosamente, los italianos consideran que la ofensa a la Virgen es más grave que la ofensa a Dios, aunque la diferencia sea muy pequeña.
En el apartado de insultos en Italia, un país con un alto porcentaje de la población católica, los más ofensivos son los relacionados con el sexo, las tendencias sexuales y las actitudes fuera de la ley.
La revista ha elaborado una tabla con un índice de 0 a 3 en el grado de ofensa de las diferentes expresiones propuestas a los encuestados, que además de dar su opinión han aportado varios datos sobre su posición socio-económica para valorar si estos aspectos tienen influencia en la percepción de los insultos.
Con un 2,4 en la escala, las palabras "zoccola" y "troia", que aluden a las mujeres que se dedican a la prostitución, están sólo una décima por debajo de "figlio di puttana".
"Stronzo" (gilipollas) y mafioso apuntan también a lo alto de la clasificación con un grado de ofensa de 2,3, sólo dos décimas por encima de "frocio", "culo rotto", que aluden a la homosexualidad masculina con una connotación muy negativa.
Por otro lado, el insulto que menos ofende a los italianos es "ateo".
El estudio concluye que los insultos que consisten en un "juicio abreviado" las actitudes más ofensivas son las violaciones de la ley y algunas conductas sexuales, por eso se extrae que entre los italianos prevalece "una visión machista y homofóbica", a pesar de "la aparente libertad de costumbres".
Los factores que influyen en mayor medida la percepción de la ofensa son la educación, la edad y la costumbre de decir tacos y las que menos influyen son el sexo, el lugar de residencia y la orientación religiosa.
No obstante, el retrato robot del italiano más sensible a las palabras malsonantes es el de una mujer mayor de 50 años, del sur de Italia y religiosa, que se siente ofendida por expresiones ligadas al sexo, la moral, la religión y la no observancia de las normas.
Poco más de la mitad de las expresiones que proponía el estudio ha sido juzgada por los encuestados como "poco vulgar u ofensiva", algo que la publicación atribuye al cambio de los valores sociales y a la despenalización de las palabrotas en 1999.
Los italianos consideran menos graves los relacionados con los factores socio-económicos y étnicos, por lo que palabras como "giudeo" (judío), "arabo" (árabe) o proletario tienen un potencial de ofensa muy bajo.
Las conclusiones del estudio apuntan a que las diferencias de clase se han ido diluyendo con el paso de los años, algo que ha generado más tolerancia con otras confesiones religiosas.
En cuanto a las discriminaciones étnicas, se juzgan menos severamente "probablemente" porque no tocan "directamente a los italianos", ya que los encuestados han expresado "escasa identificación hacia el drama de los extranjeros" que no se sienten "aceptados e integrados".
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