- Corte Suprema lidera el ranking de discriminación a minorías sexuales en 2008
- Informe del Movilh valora desaparición de atropellos policiales por orientación sexual. Sin embargo, la exclusión aumentó a nivel estatal y familiar.
- Radio Cooperativa, 2009-02-03
Los 65 episodios del 2008 se dividieron en tres ataques físicos, nueve casos de discriminación laboral, cuatro atropellos en el ámbito educacional y nueve campañas homofóbicas o transfóbicas.
Asimismo, se cuentan 16 casos de exclusión institucional, cuatro que inhabilitaron el uso de los espacios públicos o privados, ocho de tipo comunitario (entre familia, amigos o vecinos), nueve declaraciones contra las minorías sexuales y tres sucesos de discriminación en la cultura, los medios y el espectáculo.
De estos, el 27 por ciento afectó a gays, el 22 por ciento a lesbianas, el 11 por ciento a transexuales y el 40 por ciento a las minorías sexuales como conjunto.
Un 72 por ciento de estas denuncias se registraron en la Región Metropolitana, el 17 por ciento en Valparaíso, el 3,1 por ciento en La Araucanía e igual porcentaje en Magallanes.
En cuanto a las instituciones, el Ranking de la Homofobia y Transfobia 2008 lo encabeza la Corte Suprema, y lo siguen la Mesa Ampliada de la Unión Nacional de Entidades Evangélicas (Une-Chile), la Corte de Apelaciones de Santiago, el Colegio Los Conquistadores, el Preuniversitario Cpech, el Hotel Finis Terrae, el Centro Politécnico de San Ramón, el Servicio Nacional de Menores (Sename) y Muévete Chile.
Y en el listado de personas más discriminadores, encabezan la lista los ministros de la Tercera Sala de la Corte Suprema, Adalis Oyarzún, Pedro Pierry y los abogados integrantes Hernán Alvarez y Domingo Hernández.
En el segundo lugar aparecen los senadores UDI Jorge Arancibia, Andrés Chadwick, Hernán Larraín y el PRI Adolfo Zaldívar, mientras que el tercero recayó en el presidente de Une-Chile, Emiliano Soto.
En el aspecto positivo, el derecho a la vida no se vio violentado, en comparación a 2007, cuando se registraron cuatro asesinatos basados en la orientación sexual y la identidad de género, mientras que tampoco se registraron atropellos policiales contra civiles y las agresiones físicas disminuyeron en un 25 por ciento.
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