- Transexuales y homosexuales ya no iremos al cielo del Cardenal
- El Plural, 2009-12-04 # Carla Antonelli . Actriz, activista transexual y directora del Diario Digital Transexual
"Los homosexuales y transexuales no entrarán jamás en el reino de los cielos y no lo digo yo sino San Pablo", declaró el purpurado a la prensa italiana. Mientras, seguramente se acomodaría sus faldones de buenas telas, creyendo estar en conexión directa con algún Dios.
"Uno no nace homosexual sino que se convierte. Por razones diferentes, de educación o porque la propia identidad no se desarrolló durante la adolescencia. Puede que no sean culpables, pero actuar contra la naturaleza y la dignidad del cuerpo seguramente no les garantiza entrar al reino de los cielos", agregó. Vamos, que el mentecato entró en trance directo..
El ex ministro de Salud del Vaticano, que se jubiló recientemente, es miembro aún de varias congregaciones pontificias y en enero de este año fue más allá al calificar el acto de retirar a una mujer la alimentación artificial tras 17 años en coma vegetativo como un "asesinato abominable", generando fuertes reacciones en Italia. Cuestión que ya retrata a este elemento, partidario de la tortura infinita hasta el ultimo segundo de la vida de las personas.
El "religioso" citó la Carta de San Pablo a los Romanos, en la que habla de las personas "impuras" que se abandonan a "pasiones infames" y el martirio de aquellos que "desprecian el conocimiento de Dios", escribió el apóstol en el primer capítulo. Pues eso, que está escrito en un libro de alguien, y él va y lo interpreta. También hay otros muchos libros que hablan de cosas diametralmente opuestas. Pero, ese libro lo dice, y ya no hay un cielo enladrillado para transexuales y homosexuales.
"La homosexualidad es un pecado, pero eso no justifica alguna forma de discriminación. Sólo Dios tiene el derecho de juzgar. Nosotros, en la Tierra, no podemos condenar y como personas, tenemos todos los mismos derechos", concluyó el cardenal Lozano. No sé señor, pecado y grave es abusar sexualmente de niños y esconder a los curas en otras parroquias para que continuaran cometiendo sus aberraciones. Es PECADO y es vuestro PECADO haber fomentado el ODIO entre los hombres, por no pensar como ustedes.
Señor Cardenal, es usted un SINVERGÜENZA
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