- Las transexuales cambian la zona de encuentros tras el asesinato de Smail
- "Tenemos mucho miedo", aseguran
- Levante, 2009-03-27 # Teresa Domínguez • Valencia
Varias transexuales de las que buscan cada noche clientes en esa zona explicaron que ya han empezado a acudir a otra zona para mantener los encuentros sexuales, porque el descampado al que solían ir "no es seguro, así que lo cambiamos por otro que sí tiene salida, y si vemos que tenemos problemas, por lo menos podemos escapar".
Las últimas horas
Mientras, el grupo de Homicidios de la Guardia Civil continúa intentando reconstruir las últimas horas de vida de Smail, que se hacía llamar Cristina. Hasta ahora, varias compañeras de la víctima han constatado su presencia en una sala de fiestas de la avenida del Cid de Valencia, pero de momento no está claro ni a qué hora salió de ese local, ni qué hizo después o con quién se vio.
Por ello, las pesquisas se están centrando tanto en su entorno más próximo, como en los locales nocturnos de ambiente, ya que Cristina era una habitual de las discotecas y los "after-hours" -los que abren a partir del amanecer, cuando cierran las salas convencionales-. De hecho, sus compañeras afirman que "le gustaba mucho salir e irse de fiesta".
También se muestran convencidas de que el crimen lo tuvieron que cometer "por lo menos dos hombres, porque ella se ponía muy agresiva cuando bebía y era muy alta y muy fuerte; no creo que les resultara fácil ni hacerse con ella, ni trasladar luego el cadáver".
Por otro lado, fuentes policiales explicaron ayer que el área que rodea el nuevo cementerio de Aldaia, en uno de cuyos caminos fue arrojado y quemado el cuerpo de Smail, no es utilizado por las prostitutas para realizar los servicios sexuales a sus clientes. En ese municipio, existe prostitución callejera femenina en dos zonas: la rotonda del centro comercial y la de la salida hacia Quart de Poblet, y los encuentros se producen en sus inmediaciones.
En cuanto a la prostitución de transexuales, no existe en Aldaia. De hecho, las compañeras de Smail dejaron claro a este diario que prestan sus servicios "siempre en Valencia o, como mucho, en el piso del cliente, pero no en un lugar tan apartado y tan lejos de nuestro lugar de trabajo".
La familia quiere repatriar el cadáver
Smail L. tenía 36 años, era marroquí y llevaba muchos años afincada en Valencia. Sus compañeras dijeron a este diario que siempre ha ejercido la prostitución en el barrio de Campanar, salvo un corto periodo en que trabajó en un hotel de la ciudad, "aunque cuando se le acabó el contrato, no se lo renovaron" y tuvo que volver a hacer la calle.
Aunque en este momento residía en una habitación que otra transexual le había alquilado en el piso de su propiedad, en el barrio de Tendetes, con anterioridad vivió con una amiga suya, también marroquí, en una pensión de Valencia.
Según sus allegados, decidió irse al hostal después de dejar otro piso alquilado de la avenida de Campanar en el que residió hasta hace unos tres años.
Una hermana de la víctima, que reside en Barcelona, se ha desplazado ya a Valencia para hacerse cargo de sus pertenencias y tramitar ante el juzgado la repatriación del cadáver a Marruecos, según su actual compañera de piso, quien, el mismo día en que supo de su muerte, acudió a la iglesia de su barrio para "ponerle velas y encargar una misa por ella".
No hay comentarios:
Publicar un comentario