2009/03/27

> Berria: Bestelakoak > "HAY DELINCUENTES, PERO NO TODOS LOS CHAVALES DE DEBA SON TAN MALOS"

  • "Hay delincuentes, pero no todos los chavales de Deba son tan malos"
  • La travesía del empleo. EB pide visitar el polémico centro de acogida de Deba. Educadores y menores critican que en la acogida se trabaja "sin previsión". "Un chico que estuvo en Deba me enseñó el billete que le habían pagado para que se fuera a Madrid", dice un menor
  • Noticias de Gipuzkoa, 2009-03-27 # Jorge Napal • Tolosa
Una de las canciones que acaba de componer retrata la situación: "he visto muchas cosas en la calle, nadie me dará lecciones...", entona el chaval, haciendo una tradución improvisada del árabe al castellano. A Moha le encanta el rap. En sus letras refleja siempre sus vivencias, y en los últimos tiempos las canciones le salen a borbotones porque los acontecimientos se han precipitado de tal modo que encuentra en su propia vida una fuente inagotable de inspiración. Este joven, de 17 años, ha pasado por el centro de acogida de urgencia de Tolosa, fue trasladado cuatro meses después al de Martutene, y desde hace unos días ocupa un piso en el interior del territorio, que comparte con otros seis chavales. "Soy de los que no da problemas", sonríe a modo de saludo.

El encuentro tiene lugar en Tolosa. El chaval es educado, amable a más no poder, pero las buenas maneras también acaban por ceder al malestar. "Parece que todos somos unos delincuentes. Eso no es así", arranca a decir sacando un recorte de periódico.

Los menores extranjeros que llevan una vida más o menos normalizada, que la Diputación cifra en más de un 80%, se muestran molestos por el curso de los acontecimientos, aunque reconocen que es difícil abstraerse del torrente informativo que les salpica.

Moha no quiere enturbiar más las cosas, pero admite que hay algunas cosas que no funcionan en el sistema de acogida. "Conozco a chavales que mandaron a Zaratuz -dice en relación al centro de acogida de urgencia provisional, ya cerrado- que se largaron de allí porque los educadores les decían que ahí sólo iban a encontrar desayuno, comida y cena. Nada de formación. Ningún proyecto educativo. ¿Qué iban a hacer?", se pregunta.

FUGAS: Realojamientos
Tres se fugaron a Madrid, otros tantos a Zaragoza y La Coruña, hasta que la Policía les interceptó y tuvieron que regresar a Gipuzkoa, donde tienen la tutela. Cuando regresaron, el centro de Zarautz ya estaba cerrado. Moha y otros educadores consultados explican que en los últimos meses el realojamiento de los chavales no siempre se ha llevado a cabo "en función de los avances" y del desarrollo individual sino más bien siguiendo "otro tipo" de criterios. "A veces, es simplemente una cuestión temporal, en la medida que llegan", expone una educadora. "Hace falta una mayor coordinación porque cuando se manda a un chaval a un centro se supone que debe estar motivada esa derivación, algo que no siempre ocurre", agrega.

No quiere decir que la Diputación esté obrando mal a sabiendas, pero observa que se está trabajando con "mucha falta de previsión". "Es preciso crear las condiciones adecuadas para no acrecentar la situación de alarma", sostiene.

La ONG SOS Racismo ha criticado en más de una ocasión que está aprovechando la reorganización de los centros para forzar a los menores más conflictivos a que se marchen del territorio. Moha se limita a decir lo que ha visto. "Un chico de los que estuvo en Deba me enseñó el billete. Cógelo y vete a Madrid, le dijeron pagándole 85 euros. Me lo enseñó y lo rompió delante mío. Lo único que quería era seguir formándose en el taller", confiesa.

EXCUSAS: "Las cosas están cambiando"
El chaval cree que en muchos casos se está buscando "cualquier excusa para mandarlos de aquí. Algunos menores relatan que llevan tiempo escuchando que Gipuzkoa no va a recibir a más menores. "Para los nuevos que lleguen va a ser muy complicado que puedan dejar atrás los centros de primera acogida y entrar en pisos. Las cosas están cambiando", dice un chaval.

El mejor amigo de Moha, el mismo que le acompañó bajo un camión durante las diez horas que se prolongó el trayecto entre Melilla y Málaga, fue uno de los afectados. "El chico mostraba un comportamiento incluso mejor que el mío. En el centro de Tolosa siempre ayudaba en la cocina y hacía la cama. Todo se complicó por una pelea. La educadora dijo que empuñó una botella de cristal. No creo que fuera para tanto, pero a partir de ahí nada volvió a ser igual. Se lo llevaron a Zarautz, y se fugó a Madrid. Cuando le cogió la policía le devolvió a Deba, de donde se ha marchado. El sábado quedé con él. Está muy mal. Vive con ropa sucia y mojada y no tiene ninguna gana de volver a ese centro, donde nadie quiere estar. Dicen que es como una casa vacía, donde no hay ventanas ni puertas, un centro en el monte aislado de todo. Aunque haya delincuentes entre ellos, no todos los que están en Deba son tan malos, no merecen ese trato. Mi amigo no es así", asegura.

CURSO JUDICIAL: Malos tratos y abandono
Las diligencias de la fiscalía y del Juzgado de Instrucción de Donostia siguen su curso tras las denuncias presentadas por dos grupos de menores del centro de Deba tras supuestos malos tratos y abandono. Moha no se atreve a entrar en detalles. "Hay quien dice que a alguno de ellos le llegaron a estampar la cabeza contra un árbol. No lo sé. No me han dicho nada".

Lo que sí conoce bien de cerca es la realidad que vivió en Tolosa, que prefiere relegar al recuerdo. "Muy mal, muy mal, muy mal", reitera hasta el infinito con un susurro de voz para que no le escuche ninguno de los vecinos que comparten una mesa próxima de la cafetería donde tiene lugar la charla."Todo era muy guarro. Las peleas eran continuas y había vigilantes y educadores que se ponían en medio para evitarlas pero no servía para nada. La casa estaba destrozada, la gente pintaba las paredes, hacían lo que les daba la gana, y ahí no había ningún tipo de control", lamenta.

El centro de Tolosa echó la persiana a mediados de febrero. A Moha le mandaron al centro de acogida de Urgencia de Uba (Martutene), donde estuvo agusto. Pero dice que muchos de los menores que llegaron a partir de enero fueron derivados directamente a Zarautz, de donde se fugaron "porque no había manera de conseguir papeles ni hacer nada".

FIRMAS: "Altas voluntarias"
Una trabajadora de SOS Racismo explica que en no pocas ocasiones se ha llegado a forzar a algunos chavales a "firmar altas voluntarias" para que abandonen los centros y marchen del territorio.

Asegura tener conocimiento de más de un caso, algo que la Diputación niega. "A nosotros sí nos consta", insiste la misma fuente, que hace una reflexión sobre ese modo de actuar. "Creemos que se está apostando por una política de meter en un mismo centro a todos los chavales que crean problemas. Pero sin ningún ánimo educativo. El único fin es que se vayan", asegura.

La diputada foral de Política Social, Maite Etxaniz, cree que el papel que está jugando SOS Racismo respecto a la atención de los menores extranjeros no acompañados "ha sido claramente distorsionador y perturbador en la atención". Asegura que "se equivocan de plano en la perspectiva" porque en la atención a los menores SOS Racismo "antepone" su origen a las necesidades. "Si son acogidos por el sistema de protección infantil es porque son menores en desprotección, no porque sean extranjeros", recalca.

EL chaval recorre Gipuzkoa de punta a punta. Se levanta todos los días a las 5.00 horas. Se ducha, desayuna en el piso en el que actualmente reside, muy alejado de la capital, y sale pitando a coger el autobús que le dejará en Amara, donde toma el tren con destino a Irun. "Es un poco cansado, pero todo esfuerzo merece la pena con tal de conseguir un trabajo", confiesa Moha, quitándole importancia a la larga travesía diaria que afronta con tal de cumplir su objetivo.

La portavoz de Ezker Batua, Arantza Gonzalez, lo lamentaba amargamente el día anterior, en la comparecencia que tuvo lugar en las Juntas Generales. "Es una pena que la mayor parte de la sociedad no conozca nada de ese 82% de menores que llevan una vida normalizada", lamentó.

Rebeka Ubera (Aralar), se planteó desde ese mismo punto de vista la dificultad que entraña que chavales que deben afrontar desplazamientos tan largos a diario, acaben echando raíces y consigan una integración definitiva.

Todas estas cuestiones se le plantean a Moha, y la ilusión por conseguir su sueño sobrevuela por encima de cualquier problema. "Aunque me aloje en el lugar más lejano, lo único que valoro ahora es no dejar de ir al taller de Irun. Si me dan a elegir entre un piso o la posibilidad de seguir aprendiendo, que nadie dude que soy capaz de quedarme en la calle con tal de no dejar el taller".

El chaval habla con un profundo convencimiento. Quiere darle un arreón a sus estudios de Mecánica para sumar un diploma más a su currículo, que incluye estudios sobre telefonía y jardinería.

A Moha le encantaría trabajar algún día como mecánico, incluso de camarero, un oficio que le enseñó su padre, ya fallecido, y que no ha olvidado. "Estamos todo el día hablando de chavales que consumen disolvente, y es verdad. Pero también existe otro tipo de realidades", asegura el joven.

Su mismo testimonio refleja la complejidad que entraña atender al colectivo de menores. Relata el chaval que en más de una ocasión, cuando estaba acogido en Tolosa, algunos compañeros le increpaban cada vez que se ponía a fregar o ayudaba con alguna tarea de la casa. "¿Te has propuesto hacer la pelota para que te lleven a otro centro?", le solían decir.

Él, sin ningún ánimo de entrar al trapo, intentaba seguir su tarea, y cuando los insultos subían de tono, les miraba preguntando "¿Qué queréis que haga? ¿Lo mismo que vosotros? ¿Creéis que así hay futuro?" Y se hacía silencio.

DONOSTIA
Los incidentes protagonizados por usuarios del centro para menores con problemas de conducta de Deba han despertado una honda preocupación entre los partidos políticos. El alcalde de la localidad, Jesús Mari Agirrezabala (EA), tiene previsto hoy trasladar esa inquietud a la diputada de Política Social, Maite Etxaniz.

En ese misma línea, el grupo juntero de Ezker Batua Berdeak en Gipuzkoa ha solicitado al Departamento de Política Social de la Diputación Foral que organice una visita con los grupos junteros a este centro, para que puedan conocer "de primera mano" sus características, los recursos de los que dispone, su funcionamiento, y el trabajo que se realiza, tal y como se hizo con el centro de Tolosa.

Según explicó en un comunicado, EB ha realizado esta petición después de las denuncias presentadas por dos grupos de menores acogidos en el mismo ante el juzgado y fiscalía, por malos tratos y abandono.

La juntera de EB Arantza González señaló que, "si bien es cierto que la Diputación de Gipuzkoa está llevando a cabo diferentes iniciativas para mejorar la situación de los menores no acompañados, también es verdad que las últimas noticias sobre actos delictivos cometidos por estos menores y las denuncias de los mismos por el trato recibido en el centro de Deba, evidencian que hay aspectos que mejorar".

Para ello, González consideró "importante" que estos jóvenes tengan un modelo educativo bien definido y ha solicitado también al Departamento de Política Social que garantice "el acceso fácil y diario de la totalidad de los menores inmigrantes" tutelados por la Diputación de Gipuzkoa a los Centros de Iniciación Profesional (CIP), "algo que actualmente es difícil para algunas de esta personas" y, a su vez, "es vital para su reinserción".

En la comparecencia en las Juntas Generales, se expresó en el mismo sentido. "No es de recibo que estos chavales anden sueltos en la calle", señaló. La diputada respondió que al tratarse de centros abiertos, es complicado llegar a controlarlos hasta ese extremo.

GRUPO DE TRABAJO
Para poner freno a esta situación, Ezker Batua insta a la Diputación de Gipuzkoa a crear un grupo de trabajo, que se reúna periódicamente y cuente con la participación de educadores y educadoras de menores, tanto de centros de acogida, como de CIP y representantes de la entidad foral, con el objetivo "de poner en común las problemáticas detectadas en el trabajo del día a día, y elaborar propuestas más adecuadas para abordar los diferentes problemas de los menores acogidos".

La creación de un equipo de apoyo para los educadoras de menores con el fin de garantizar una formación continua de los mismos es una demanda compartida por buena parte de las fuerzas políticas. "Es necesario poner en marcha todo tipo de medidas para conseguir la máxima integración de los menores inmigrantes, una realidad en la mayoría de los casos", dice EB.

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