2009/03/12

> Berria: Justizia > "ESTA BATALLA FUE FRUTO DEL MIEDO", ACLARAN LOS GAYS QUE FUERON PADRES POR VIENTRE DE ALQUILER

  • «Esta batalla fue fruto del miedo», aclaran los gays que fueron padres por vientre de alquiler
  • Avance en los derechos de los homosexuales. Uno de los progenitores, natural de Gijón, sostiene que les tocó lidiar con «la España loca por las contradicciones»
  • La Nueva España, 2009-03-12 # A. Rubiera • Gijón
«Me felicitan por haber sido un valiente y me entra la risa. En realidad toda esta batalla legal que iniciamos mi esposo y yo fue fruto del miedo». El miedo, explica José, a perder un día, por alguno de los miles de quiebros que tiene la ley y la política, lo que tanto tiempo llevaban soñando estos dos varones españoles, los primeros que ejercieron en Valencia su derecho al matrimonio homosexual: ser padres de plenos derechos.

José, gijonés de nacimiento y crianza pero afincado en Valencia desde hace años, es uno de los cuatro protagonistas de un nuevo hito en la historia de los derechos de los homosexuales en España. Los otros tres actores principales son su esposo, Juan, y sus dos hijos mellizos, de poco más de cuatro meses, fruto de una gestación de sustitución que es como se conoce en versión formal a la modalidad de «vientre de alquiler», legal en EE UU pero no así en España. Su éxito ha sido el de haber logrado que la Dirección General de los Registros y del Notariado, dependiente del Ministerio de Justicia, autorice la inscripción en el Registro Civil español de los niños, siempre a través del Consulado de Los Ángeles, que fue el lugar de nacimiento de los mellizos.

Ese reconocimiento supone que en el libro de familia constarán expresamente como hijos de José y de Juan, dos varones, sin subterfugios como los que hasta ahora venían utilizando otras parejas en situación similar. Esa posibilidad de registro está en cuestión debido a que la legislación española no reconoce la relación paterno-filial al considerar ilegal la participación de una madre de alquiler en una gestación.

Ante la negativa rotunda del Consulado español en Los Ángeles -cuyo titular es Inocencio Arias-, a inscribir a los niños como sus hijos, los padres aseguraron una primera inscripción en el Registro Civil estadounidense, pero siguieron peleando lo que consideraban su derecho: ser los orgullosos progenitores de dos niños españoles, con su libro de familia en regla, sin que fuesen considerados unos «apátridas», ni estar pendientes de una hipotética expulsión del territorio pasado el tiempo legal de estancia de los «sin papeles».

La inscripción registral, que ayer mismo les comunicó el Consulado que estaba autorizada, se hace por «interés superior de los menores», según ha invocado la Dirección General de los Registros. A ese interés general José añade otro más práctico: «el intento de evitar un grave conflicto internacional si España se negase a validar los reglamentos y documentos oficiales que emite EE UU; porque ellos podrían empezar a hacer lo mismo con las legislaciones españolas». José sostiene que, si bien nunca pensó que su horizonte como miembro de un matrimonio homosexual estuviera del todo despejado, «nunca imaginé que el camino iba a estar lleno de tantas piedras». Asume que a su familia le ha tocado lidiar con «la España loca de las contradicciones» y, también, con «lastres franquista que aún plagan los estamentos judiciales. Esa regeneración de la Justicia es la que aún le queda pendiente a la democracia en este país». A ellos les queda pelear por unos permisos de paternidad que el INSS valenciano les denegó.

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