- Críticos locos... ¿o locazas?
- Canal TCM, 2009-02-19 # Escrito por…
Cosas de la tele, pocos meses después Jade Goody volvió a ingresar en la casa de Gran Hermano, pero esta vez en la edición india del concurso, y presentada (¡agárrate los machos!) por la misma Shilpa Shetty a la que poco tiempo antes insultó. Esto es... ¡qué sé yo! Como poner a Wyoming de tertuliano en Más se perdió en Cuba. Morbo garantizado.
Jade dijo que aceptaba el envite para "cambiar la percepción de la gente sobre ella".
Pero - ¡atención: punto de giro! - algo descolocó los planes del concurso: a Jade Goody le diagnosticaron un tipo de cáncer y tuvo que abandonar el programa.
Y por supuesto, la cosa no quedó ahí. La tele es un traje de neopreno que se adapta a sus personajes, asfixiándoles si hace falta, y en este caso, lo que interesaba del personaje ya no era saber si Jade Goody había mejorado como persona, si se había empollado el libraco de Educación para la Ciudadanía, ahora lo interesante era ver cómo se enfrentaba a la enfermedad.
Pasado un tiempo, cuando ya es un hecho que la enfermedad de Goody tiene un pronóstico fatal, ha saltado la noticia de que se ha puesto en venta la posibilidad de grabar sus últimas semanas de vida. La protagonista vuelve a justificarse: dice que así asegurará la vida de sus hijos.
De eso trata precisamente la columna de Enric González en el País de hoy, un espacio dedicado a comentar y criticar los avatares de la televisión. Podéis leerla aquí.
Pregunta Enric González que de qué nos escandalizamos. Afirma que si la tele es asquerosa es porque nosotros también somos asquerosos:
"Hace tiempo era un tópico preguntarse, como si se hablara del colmo de los colmos, cuánta audiencia televisiva obtendría un suicidio en directo. Bien, puede decirse que ya hemos llegado a ese punto. Y más allá. En Internet se encuentra eso y cosas mucho peores. Nada es nuevo. La única diferencia con el pasado consiste en que ahora podemos mirar por el ojo de la cerradura. Y miramos. Supongo que eso dice algo sobre nuestra catadura moral."
Estoy de acuerdo. Asiento a casi todo lo que dice Enric en su columna. Esta historia es triste desde varios puntos de vista:
Es triste que una chica joven se muera.
Es triste que ella quiera vender su muerte.
Es triste que nosotros queramos comprarla.
Es triste que nos interese la muerte de esta chica sólo porque sea 'la mala' de Gran Hermano...
Pero también es triste, Enric, que intentes justificar su comportamiento escribiendo cosas como ésta:
"¿Les parece mal lo que hace Jade Goody? Su padre era toxicómano. Su madre, lesbiana. Careció de educación y de expectativas."
¿Qué coño tiene que ver que su madre fuera lesbiana? ¿Tener una madre lesbiana es la causa de una conducta reprobable? ¿Ser lesbiana es equiparable a ser toxicómano? En fin, se me ocurren muchas preguntas que hacerle a Enric González.
No hace mucho también me aturullé con unas declaraciones que hizo otro ilustre crítico, Carlos Boyero, sobre la película Milk, en las que curiosamente también equiparaba homosexualidad con toxicomanía y otras "taras" en general.
No sé qué les pasa a estos críticos, si es que trabajar en El País les vuelve tan machos o es que el periódico los recluta ya así.
El caso es que me ha dado por pensar que quizás Enric González no es tan homófobo como parece. Sospecho que a lo mejor lo que pasa es que su instinto de escritor le ha jugado una mala pasada y le ha hecho incluir el detalle del lesbianismo a sabiendas de que esos toques siempre interesan al lector. Eso es lo que nos pasa: queremos que nos lean más lectores, queremos que nos vean más espectadores.
Yo le he puesto el título a este post que me ha parecido más llamativo, Enric ha dejado caer que la madre de esta chica era lesbiana y Jade Goody ha vendido su enfermedad a una cadena de televisión.
¿Y vosotros?
Que me estéis leyendo ahora dice mucho de vuestra catadura moral: sois cojonudos.
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