2009/02/21

> Berria: Politika > FRANQUISTAS Y EL COLECTIVO LGBT COLEGAS SE UNEN CONTRA CUBA

A pesar de que el canal público Telemadrid y medios como la COPE e Intereconomía hicieran una intensa campaña de propaganda, y que fuera respaldada por la presidenta de la Comunidad de Madrid Esperanza Aguirre, la concentración del 1 de febrero convocada bajo el lema “Cuba, 50 años sin libertad” apenas logró reunir a 200 personas en la Puerta del Sol de Madrid.

Para disimular este rotundo fracaso, algunos medios recurrieron a los clásicos mecanismos de manipulación informativa: reportajes fotográficos de la concentración que evitan las tomas generales (1); la utilización del objetivo “gran angular” para ampliar perspectiva y tamaño de las imágenes (2); o, sencillamente, la mentira directa sobre las cifras de personas participantes, que algunos medios llegaron a multiplicar por 20 o 30 (3).

La mayoría de los medios que reflejaron esta concentración silenciaron, sin embargo, una movilización al menos 10 veces mayor, celebrada el día anterior, 31 de enero, también en Madrid, en apoyo a la Revolución cubana, que no contó con ninguna difusión previa en los grandes medios (4).

Pero uno de los elementos más llamativos de la concentración organizada por la derecha cubana en Madrid, fue la participación de colectivos aparentemente antagónicos: por un lado, el Frente Nacional, partido de ultraderecha que propugna la expulsión masiva de ciudadanos extranjeros y que no oculta posturas homófobas (5); y por otro lado, la asociación de Lesbianas, Gays y Transexuales denominada “Colegas” (6). Esta asociación ha sido duramente criticada por numerosos colectivos (7), por su participación en esta concentración, así como por su apoyo al gobierno de Israel en la ofensiva contra la franja de Gaza en enero de 2009 (8).

La asociación “Colegas” organizó en enero de 2008, con fondos de la Comunidad de Madrid y el apoyo del Partido Popular, unas jornadas denominadas "Cuba: Revolución y Homosexualidad" (9), que giraron en torno al trasnochado mito de la persecución de homosexuales en Cuba. Estas jornadas trataron de presentar, una vez más, sucesos de discriminación en décadas anteriores como hechos del presente. Hay que recordar que, en los últimos años, ha habido un notable avance en materia de tolerancia a la diversidad sexual en Cuba. El trabajo del Centro Nacional de Educación Sexual de La Habana (10) es emblemático en este campo: impulsa inicativas legislativas, asesora a los medios de comunicación cubanos para abrir nuevos espacios de rechazo a la homofobia; organiza campañas de sensibilización con respaldo del gobierno; e impulsa iniciativas pioneras en el mundo, como sus programas sobre transexualidad dirigidos a la familia y la comunidad (11).

La labor del CENESEX, que no es puntual ni anecdótica, sino que cuenta con un notable respaldo político y ha ganado un visible respaldo social, es sumamente incómoda para quienes quieren seguir explotando el mito de la homofobia de la Revolución cubana.

En esta línea de negación de la realidad, el colectivo “Colegas” llega a despreciar de manera grosera una importante conquista como es la gratuidad de la cirugía de reasignamiento sexual a los transexuales cubanos, aprobada por el Ministerio de Salud Pública de Cuba en 2008, algo que es un sueño para centenares de transexuales latinoamericanos sin recursos económicos. En un comunicado, Colegas llega a afirmar, sin base ni prueba alguna, que este programa “sólo irá destinado a los (...) transexuales cubanos revolucionarios" (12).

La velocidad de retroceso de la homofobia en la Isla en los últimos años ha dejado congelados y sin argumentos a quienes pretenden seguir explotando mentiras o sucesos de décadas pasadas. Es el caso de conocidos columnistas como Andrés Aberasturi que, para atacar al partido Izquierda Unida por su apoyo a la Revolución cubana, afirma que esta formación defiende “el derecho de los homosexuales a casarse en España y a un régimen (el cubano) que los encarcela por el hecho de serlo” (13). La mentira sobre el encarcelamiento de homosexuales, uno de los tópicos recurrentes en tertulias de numerosos medios de comunicación, queda sistemáticamente impune ante la imposibilidad de ser rebatida.

La adulteración de los tiempos de la Historia, como en este caso, es uno de los grandes elementos de manipulación contra la Revolución cubana. En los últimos tiempos, una corriente de revisionismo histórico, encabezada por la escritora Zoé Valdés, trata, por ejemplo, de ensalzar la figura del dictador cubano Fulgencio Batista (14).

No es de extrañar que Zoé Valdés fuera la principal oradora de la citada concentración del día 1 de febrero en Madrid, ni que ésta tuviera por slogan “Cuba, 50 años sin libertad”, un reconocimiento explícito del concepto de libertad y democracia de sus organizadores: las que encarnó el régimen político existente en Cuba antes del año 1959, es decir, el de la dictadura criminal de Fulgencio Batista.

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