- El 52% de escolares de Secundaria de Donostia asiste a agresiones homófobas
- Cuatro jóvenes reconocen haber sufrido palizas debido a su condición sexual. Un estudio impulsado por Gehitu deja en evidencia la persistencia de actitudes marcadamente homófobas
- Noticias de Gipuzkoa, 2009-02-13 # Jorge Napal • Donostia
Si de proferir insultos se trata, la situación llega incluso a ser más alarmante, ya que siete de cada diez escolares reconoce haber sido testigo de este tipo de amenazas.
Son algunas de las conclusiones de un estudio impulsado por Gehitu, la Asociación de Gays, Lesbianas, Transexuales y Bisexuales del País Vasco, entre 323 alumnos de Donostia de entre catorce y quince años. Se trata de una investigación que toma el testigo a la que se realizó en 2007 en Coslada (Madrid) y San Bartolomé de Tirajana (Gran Canaria), curiosamente, arrojando resultados prácticamente idénticos.
Así, no menos llamativo resulta el número de jóvenes que reconoce haber llevado a cabo de forma directa alguna acción violenta contra un gay o lesbiana. Este grupo, que incluso admite haber llegado a propinado palizas a sus compañeros, representa un 4%, y se dispara hasta el 13% el de aquellos que se han liado a arrojar objetos a un compañero de aula con motivo de su orientación sexual.
Según Jesús Estonba, coordinador del Servicio de Gehitu Infasis (Información y Ayuda), todos estos datos revelan que el respeto a la diferencia sexual sigue brillando por su ausencia. "Pensamos que todo va bien, pero los resultados del estudio suponen un serio motivo de reflexión", valoró ayer, en una rueda de prensa celebrada en Donostia, ofrecida junto con la coordinadora de Gehitu, Koldobike Mujika.
Los jóvenes encuestados parecen ser conscientes de que el entorno escolar no es, en absoluto, el escenario más seguro, como reconocen el 83% de los estudiantes gays, transexuales y lesbianas recogidas en la muestra. Mujika reconoció que la actitud de "pasividad y permisividad" de los compañeros de clase ante este tipo de conductas violentas supone otro argumento de reflexión.
Lo curioso del asunto es que son casi nueve de cada diez jóvenes quienes muestran, por otra parte, su oposición a cualquier actitud de rechazo hacia los homosexuales. Esa disonancia, entre la pasividad mostrada y el rechazo más o menos explicitado, se explica para Estonba con una frase: "Estamos aprendiendo a ser políticamente correctos, pero solo en la práctica". Es decir, las respuestas de los jóvenes denotan una apertura y flexibilidad que no parece corresponderse con su experiencia directa. Otro aspecto llamativo del estudio es el conjunto de reacciones que suscita en un alumno la presencia de un compañero gay, lesbiana o bisexual. Mientras que la práctica totalidad de las alumnas muestra una clara predisposición a aceptar la orientación sexual de sus compañeros, son más de la mitad los chicos que, o bien se sentirían incómodos (37%), o bien llegarían a cambiarse de sitio para no compartirlo con su compañero (25%).
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