2009/01/04

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  • Entrevista a Gus Van Sant: "La historia de Harvey Milk me ayudó a salir del armario"
  • El viernes se estrena ‘Milk’, el retrato político del primer concejal gay de EEUU y el papel que podría darle a Sean Penn su segundo Oscar
  • Público, 1009-01-04 # Rosa Gamazo Los Ángeles
Lejos del minimalismo de sus tres últimos trabajos, que componen la llamada Trilogía de la muerte (Elephant, Last Days y Paranoid Park), Gus Van Sant (Louisville, 1952) realiza en Mi nombre es Harvey Milk una obra más convencional en lo formal, aunque plenamente coherente con el interés del director en personajes que acometen su personal guerra contra el status quo (sea el drogadicto de Drugstore Cowboy, los adolescentes de Elephant o, ahora, el activista homosexual Harvey Milk) .

Es el director que mejor ha transitado entre la independencia más absoluta –Mala noche (1985) o Mi Idaho Privado (1991)– a la comercialidad hollywoodiense –El indomable Will Hunting (1997)– y, de vuelta, a búsquedas narrativas fuera de la norma como Elephant (2003). Durante más de 20 años, Van Sant ha creado un nicho inexistente en Hollywood hasta su llegada.

Ahora, el hombre que participó del New Queer Cinema, aunque sin hacer de su homosexualidad bandera de su trabajo, se estrena en el biopic político al llevar a la pantalla la vida de Harvey Milk, el primer hombre abiertamente gay elegido concejal en el Ayuntamiento de San Francisco. Un estreno cuya trascendencia se amplifica al haber coincidido con la aprobación de la polémica Proposición 8 en California, que prohíbe el matrimonio homosexual. Interpretada por Sean Penn, y acompañado de Josh Brolin y James Franco, la película narra la última etapa política de la vida de Milk antes de ser asesinado en 1978.

En ‘Milk’ la mayor parte de los actores interpretan a personajes homosexuales. ¿Pensó en elegir a actores que lo fueran en realidad?
La verdad es que no hay tantos actores gay como uno se imagina. De todos los que se me pasaron por la cabeza ninguno tenía la edad apropiada para interpretar a los personajes. Otra razón es que los actores abiertamente gays no ayudan a que una película se financie. Pensé en Alan Cummings (que hubiera hecho una interpretación brillante de Milk), pero encontrar dinero con él de protagonista no es, desafortunadamente, nada fácil. Necesitábamos cierto presupuesto para hacer la película de una forma decente y escoger a un actor conocido ayuda.

¿Es algo que le ha entristecido?
No mucho, la verdad. No me planteé hacer de esta película una batalla personal por el derecho de los gays a actuar en todo tipo de películas. Creo, además, que si hubiéramos elegido a actores homosexuales habría sido un proyecto diferente. Lo que me preocupaba como director era elegir a los actores adecuados.

Ha reconocido su homosexualidad hace más de dos décadas. ¿Le preocupa el hecho de que aún no se haya aceptado completamente la homosexualidad en el mundo del cine?
Imagino que sí. El cine es un negocio. La estrellas de cine atraen al público, lo que ya empezó en la época de Rodolfo Valentino, cuando la gente estaba dispuesta a gastarse su dinero en ir a verle. Vivimos en la cultura de las celebridades. No es que lo comparta al cien por cien, pero es lo que hay. Si Harvey Milk estuviera aquí seguro que te contestaría que todos los actores que no han salido del armario deberían salir.

Las elecciones acaban de pasar y EEUU ha vivido un momento histórico con la elección del primer presidente afroamericano. Al mismo tiempo en California se acaba de prohibir el matrimonio gay. ¿No le parece una incongruencia?
Deduzco que es porque todos los votantes de color no necesariamente están de acuerdo con que se apruebe el matrimonio entre homosexuales. Además, Obama no puede pronunciarse sobre este tema en campaña porque le habría hecho perder. Es parte del juego de la política.

¿Se planteó el estudio estrenar la película antes de las elecciones para ver si su estreno pudiera afectar a que la Proposition 8 (en contra del matrimonio gay) no se aprobara?
Sí se planteó, pero era un poco prematuro y se decidió estrenarla después. Había muchos otros factores en juego y no era del todo seguro que su estreno antes de la elecciones fuera a ser beneficioso para la película. La razón de más peso por la que se decidió no estrenar en ese momento fue que queríamos terminar la película en condiciones y no apresurarnos. Ahora bien, no sé si hemos tomado la decisión correcta.

¿Es cierto que estuvo a punto de dirigir otro proyecto sobre Harvey Milk hace años?
Sí es cierto, pero al final no salió. Hubo ciertos desacuerdos sobre la dirección que estaba llevando el proyecto. Se quería abarcar demasiado y la historia resultaba un tanto aburrida. De esto hace ya más de 12 años. El guión del Milk actual –escrito por Dustin Lance Black– llegó a mis manos por casualidad. Y en esta ocasión me gustó y decidí implicarme. Esta vez estaba mucho más enfocado en la parte política de Milk, más concentrado en su relación con la comunidad que le rodeaba.

¿Tiene algún recuerdo del impacto que tuvo Milk en la comunidad gay?
La verdad es que no tuvo mucho impacto en aquel momento. Me enteré por la televisión que lo habían asesinado. En aquel momento yo vivía en Los Ángeles y no sabía que Harvey Milk fue elegido concejal en San Francisco. En esa época yo todavía no hablaba abiertamente sobre mi homosexualidad, por lo que no estaba al día de los compañeros que luchaban por nuestros derechos.

¿Cuando decidió salir del armario?
Más o menos cuando tenía 30 años. Creo que conocer la historia de Harvey Milk me ayudó a decidirme.

¿Cree que EEUU está viviendo un momento esperanzador?
Por supuesto. El hecho de que Obama haya sido elegido presidente es increíble. Es una época de esperanza para este país y para el mundo.

Como director, ¿qué parte de todo el proceso de hacer un film encuentra más fascinante?
Lo que más me gusta es cuando yo escribo el guión. Me encanta escribir, encuentro fascinante el proceso. Cuando eres tú el que escribes, tienes la libertad de llevar la historia donde quieres. La escritura no tienes límites.

¿Ha tenido que auto censurarse a la hora de poner ciertas escenas? Me refiero sobre todo a sus relaciones sentimentales y a su vida nocturna.
Como el guión está más enfocado en la parte política, los encuentros sentimentales entre Milk y sus compañeros no han tenido que ser particularmente gráficos, aunque creo que hay ciertas escenas más subidas de tono que hubiera estado bien incluirlas. Era un riesgo que no tomé. Por ejemplo, Harvey Milk solía ir a unos baños turcos públicos muy a menudo, pero es algo que decidimos no incluir. Lo mismo ocurrió con la vida nocturna que llevaba. Decidimos enfocarnos en la parte política y, desgraciadamente, otros aspectos de su vida no se han podido reflejar.

Sean Penn borda la interpretación de Milk. ¿Cómo fue dirigirle?
Creo que lo que yo he hecho durante la película es observarle (sonríe). La relación de trabajo era muy simple, de nuestra colaboración surgieron escenas buenas y malas, y obviamente yo elegía las buenas. No ha sido nada complicado trabajar con él. Sabe muy bien lo que hace. Conoce a fondo su profesión.

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