- Homosexuales de China luchan para salir del armario
- Pueblo en Línea, 2009-11-30 # Xinhua
"Cuando le dije a mi madre, ella se sorprendió y lloró", relata Wei.
Ella todavía piensa que él podría cambiar si vive con una mujer.
"Para ella es difícil aceptarlo", afirma Wei, de 33 años, quien ocultó su orientación ante sus padres durante muchos años.
"Hubo un largo tiempo de duda y lucha antes de mi declaración", revela.
Cuando le dijo a sus padres, ya había tenido un compañero durante varios años, aunque para entonces ya se habían separado.
Aunque en muchos países occidentales la homosexualidad ya es ampliamente aceptada por la sociedad, en China el asunto sigue siendo sumamente complicado. Fue sólo en 2001 que ésta dejó de ser descrita oficialmente como una enfermedad mental en este país.
"Salir del armario es algo muy grande para los homosexuales chinos", comenta Wei.
La mayoría de la gente todavía considera a los homosexuales como seres extraños, y la negativa de los padres a aceptar la orientación sexual de sus hijos a menudo es una de las causas por las cuales muchos gays y lesbianas chinos se casan, manifiesta Wei.
"Alrededor del 80 por ciento del total de los gays y lesbianas de China viven en una relación heterosexual y se casan con el fin de satisfacer a sus padres", agrega.
Lo que no significa que ellos no tengan una segunda vida mientras están casados. "A veces un joven homosexual se casa con una lesbiana, de esa forma ambos pueden vivir su verdadera orientación, pero para sus padres están oficialmente casados".
Wei no siempre ha hablado tan abiertamente sobre su sexualidad como lo hace ahora. "Me tomó mucho tiempo entenderlo", dice. "¿Cómo puedes saberlo si no tienes información, si no tienes, por ejemplo, acceso a bares donde puedas conocer a otros chicos como tú?".
Wei creció en el campo sin gente abiertamente homosexual a su alrededor. "Fue mi primo quien me llevó a un bar gay por primera vez en mi vida. El también es homosexual", relata Wei.
El joven ya había empezado a dudar porque no le atraían las mujeres. "Pero ese fue el momento de mi vida cuando entendí la causa". Wei empezó a frecuentar bares homosexuales por su propia cuenta y conoció más jóvenes como él.
Las cosas se le facilitaron mucho cuando se trasladó a Beijing, en 1998. "Desde entonces empecé a gozar de una mayor libertad para llevar mi forma de vida", asegura.
Hoy Wei trabaja activamente en la concientización pública de la homosexualidad. El periódico China Daily publicó en 2005 una cifra que situaba el número de homosexuales en la parte continental de China en unos 30 millones (un 2,3 por ciento de la población), aunque reconoció que muchos chinos no declaran abiertamente su sexualidad.
Por su parte, diferentes departamentos gubernamentales e instituciones académicas ponen la cifra en aproximadamente 15 millones.
Pero Wei cree que entre el 3 y el 5 por ciento de los 1.300 millones de habitantes de China son homosexuales, lo que pondría el número real muy por encima de los 30 millones.
En 2007, Wei fundó una organización que transmite el programa de televisión vía Internet "queercomrades.com". Un equipo de cuatro personas muestra películas y programas de entrevistas cada mes y habla abiertamente sobre diferentes aspectos de la homosexualidad.
Cerca de 10 millones de personas en China ven estos programas, y la Fundación Ford, una ONG estadounidense sin ánimo de lucro que patrocina, entre otras causas, el desarrollo humano, apoya financieramente las transmisiones.
El programa contribuye a alcanzar uno de los grandes objetivos de Wei: "Mostrarle a la gente que hay una diversidad, y que no importa si usted piensa que está bien o no. Lo que importa es que usted acepte que hay otras personas que tienen un estilo de vida diferente, sin juzgar".
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