- Ricardo Carrero y Gonzaga Delage, bibliotecario y arquitecto: «No hay lesbianas visibles, por eso las chicas no tienen modelos de referencia»
- Este matrimonio, miembro de varias asociaciones de defensa del colectivo gay como 'Fuera del Armario', muestra su punto de vista sobre la evolución de la sociedad ante ellos
- La Voz Digital, 2009-08-07 # Isabel Flores . Jerez
Gonzaga es de Jerez y trabaja como arquitecto en el Ayuntamiento, en Planeamiento. Forma parte del equipo del nuevo PGOU y es redactor de las ordenanzas de accesibilidad de la ciudad. Entre sus obras y proyectos están: la eliminación de barreras urbanas, la Casa de Acogida de Siloé o los Museos de la Atalaya. Persona preocupada por la visibilidad de los homosexuales, es socio de Jerelesgay. Desde fuera del Armario. Pero también preside la Asociación Promover la Paz, Siloé y Proyecto Hombre.
Se casaron y fue una boda «preciosa», dicen todavía contentos. «Nos casó la alcaldesa que estuvo encantadora. Y todo el mundo, incluida tú que estuviste, se les notaban felices, disfrutando de nuestra boda». Eran de las primeras que se hacían en España y debía ser la primera de Jerez, porque la foto de ellos, ya, como marido y mujer fue portada de la prensa de la ciudad.
-¿Cuándo descubristeis que erais homosexuales?
-Gonzaga: en mi caso fue un descubrimiento tardío y me sentí bien. Mi problema era antes, cuando tenía dudas de si era homosexual o no. Pero cuando supe que sí, lo asumí sin ningún tipo de problemas; ya tenía 27 años.
-Ricardo: yo me di cuenta desde niño, pero en aquella época de los años sesenta y tantos, cuando Franco, todos éramos muy católicos y era muy difícil decirlo incluso aceptarlo.
-¿Cuándo se lo dijeron a sus padres?
-Gonzaga: yo no se lo dije, lo fueron descubriendo. Tenía pareja y era muy obvio, fue algo natural, en el sentido de que se ve. Yo conozco gente que sí se lo han dicho a sus padres. Pero lo mío estaba claro que era así y no hacía falta dar explicaciones; yo lo di por hecho.
-¿Fue difícil decirles que se casaban?
-Gonzaga: sí, mi familia es una familia conservadora y no fue fácil. Lo que pasa es que yo decía: «voy por aquí». Porque en la vida de los homosexuales y las lesbianas el punto clave es la visibilidad.
-¿A sus familias lo que les preocupaba es hacerlo público?
-Ricardo: sí, sinceramente sí. En los países, sobre todo occidentales, donde hay menos represión legal, incluso punitiva o penal; lo bueno es ser discreto. Mientras seas discreto te perdonan la vida. Pero de hecho, nosotros lo que queremos es ser iguales, porque todos necesitamos a todos.
-Gonzaga: igualdad legal existe pero luego la social y personal va por otro lado y lo que queremos es respeto e igualdad. Por eso siempre he dado por hecho que yo soy igual a mis hermanos heterosexuales. Mi vida era y es normal, igual a la de mis hermanos. Entonces es importante no solo lo que tú pides, sino lo que tú das.
-Su padre, al que tuve el honor de conocer. Hombre atento, muy educado y de una gran disciplina. ¿Llegó a hablarle alguna vez de sus sentimientos?
-Ricardo: mi padre era médico de la Armada y de mentalidad muy estricta. Supongo que lo sospechaba, pero con él no hablé nunca del tema. Luego mi madre quedó viuda y ella lo aceptó mejor. Las mujeres suelen admitir de forma más natural a una hija lesbiana o a un hijo homosexual. Aceptan de forma más abierta de mente, ven más con el corazón que con el cerebro. Poco a poco se fue dando cuenta. La relación con Gonzaga era muy obvia, llevábamos una relación estable y decidimos plantear que nos íbamos a casar. Ahí sí que hablamos con toda la familia. Para ellas fue un disgusto gordo, no querían que lo hiciéramos público. Pero no nos parecía ético ocultarlo ya que los dos somos activistas desde la GLTB. Pero después se fueron acercando posturas y al final a la boda vinieron todos. Los hermanos/as de Gonzaga y por supuesto nuestras madres. Excepto algún familiar de religiosidad muy a la derecha, pero el 95% de nuestras familias estuvieron. Y por supuesto muchos amigos.
-Al final como todas las madres; cuando se dieron el «sí quiero», ¿lloraron?
-Ricardo: se emocionaron muchísimo y sí hubo alguna lagrima. Pero también disfrutaron y ellas misma decían: «¡qué bonito todo!».
-Gonzaga: tengo que decir que Pilar Sánchez, que fue quien nos casó, estuvo cariñosísima. Paco Romero, que daba sus primeros catering, estuvo genial. Vamos nada de una boda discreta, como para que nadie se entere. No, fue una gran boda, como a la gente le gusta. ¡Una boda de verdad!
-¿Ayuda que personajes como el juez Grande-Marlasca, Jesús Vázquez y otros, declaren su homosexualidad?
-Ricardo: sí, ayuda muchísimo al movimiento Jerelesgay, porque ofrecen a la gente joven modelos positivos. Son gente famosa, guapa que triunfan, y son gays. Esto beneficia a que se vea con naturalidad. Entonces estos modelos hacen falta, mucha falta,
-Gonzaga: de todas maneras son modelos muy, muy escasos. Tú has nombrado un par de casos, hay más hombres famosos y respetables. Casi no hay mujeres lesbianas identificables por las jóvenes como un modelo positivo. No existen lesbianas visibles. Y no lo hacen público porque tienen miedo a la familia o socialmente.
-Pero las leyes.
-Gonzaga: aunque es verdad que existe una ley, pero la igualdad como tal no existe. ¿Por qué no hay ministros, alcaldesas que digan claramente que son lesbianas o homosexuales? Porque la presión social es enorme y no se atreven a decirlo abiertamente; sobre todo en las mujeres.
-Ricardo: en clase artística lo hacen de forma más natural, pero en la política todavía cuesta.
-Gonzaga: y mira que hay políticas/os homosexuales y lesbianas, tanto de derechas como de izquierdas... pero piensan que si declaran su condición sexual les va a perjudicar en su carrera o su puesto.
-Pero en España se han dado pasos...
-Gonzaga: aparte del ámbito político, creo que lo que se ha conseguido ha sido también por el avance social que ha habido en España. Pero no de ahora, sino de décadas atrás; saber que tenemos que evolucionar y avanzar como país; a nivel económico, estructuras sociales y a nivel también de diversidad y de respeto a la diversidad. Yo pongo de ejemplo a Almodóvar, que ha sido un transgresor y se ha sabido respetar su transgresión y la gente ve normal que haga su vida que es tan respetable como las demás. En el extranjero nos dicen; «¡Hay que ver las cosas que se han hecho en vuestro país!». Y es cierto.
-Aquí se ha avanzado más que en otros países de tradición más demócrata...
-Ricardo: sí, ha sido muy, muy importante la gran labor de izquierdas que ha hecho el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero. No hay que olvidar la ley que ha permitido el matrimonio entre personas del mismo sexo, todo lo relativo a los transexuales. Leyes progresistas de izquierdas, que sin ese impulso político no se hubiese producido el cambio en la sociedad. Tenemos el cambio legal pero se necesita educación; educando a los niños desde muy pequeños el respeto a la diversidad. De forma que vean totalmente normal cualquier opción sexual, religiosa, cultural. Hay que salir de ese monolitismo, ese nacional-sindicalismo estrictamente uniforme que ha habido en este país.
-Gonzaga: pero eso es muy difícil. Ocurre, tanto en colegios religiosos como públicos, que las APAS tienen miedo de hablar de estos temas en actividades extraescolares; lo mismo que se habla de geografía o de cualquier tema social. Sería positivo tener modelos en que apoyarse los profesores, para que puedan hablar de estos asuntos de forma correcta y ayudar a que los niños tengan armas con las que defenderse en el futuro. Tanto si eres homosexual o lesbiana, como si no lo eres y tienes que respetar al que lo sea.
-Encima se añade la inseguridad que te da la adolescencia.
-Ricardo: es una edad muy difícil y la propia afirmación sexual se basa en contraste con el otro. Esa afirmación necesita decir algo: «yo soy un tío, tú eres un mariquita o maricón y tú eres malo yo soy bueno».
-Gonzaga: y hay muchas agresiones. Los padres de hijos gays adolescentes, no saben que sus hijos sufren mucho y que el índice de suicidios entre ellos es muy alto. Esto creo que debería tratarse como un riesgo social. No sólo lo hacemos como activismo sino pensando en el bienestar de la familia; es muy duro que un hijo se pueda quitar la vida porque el acoso que tenga debido a su orientación sexual.
-Hace pocas semanas un amigo suyo fue atacado en una calle de Madrid.
-Ricardo: ese chico que es muy educado iba acompañado de una amiga y sin ninguna actitud. Se cruzaron con unos cabezas rapadas y sin mediar palabra, le dieron una paliza. Lo que hay que enseñar a la gente es saber aceptar a los demás. Pero homosexual, de otra raza o religión.
-Gonzaga: claro, normalmente las sociedades más diversas son las más avanzadas, por el contrario las más monolíticas están más atrasadas. El respeto hace que la sociedad sea más moderna.
Repetirán convencidísimos que «mientras no avancemos en el respeto a la diversidad no habrá igualdad». Ricardo repite que la educación es primordial para conseguirlo. Que son activistas porque tomaron conciencia de todo eso y pueden ayudar a otros. Gonzaga insiste que la actitud más importante es la visibilidad; «mientras no haya personas que digan que yo soy lesbiana o homosexual, estoy orgullosa de serlo y vivo normal y corriente como cualquier otro. Mientras no exista eso, no habrá referencias». A lo que añade Ricardo: «Por eso hemos aceptado esta entrevista». Y por eso se la propuse; para que se les escuche y se les vea a través de LA VOZ. Personas muy preparadas profesionalmente, cultas y comprometidas que pueden seguir abriendo puertas que siguen cerradas. Me apunta Gonzaga: «claro, es como cuando las mujeres estaban en un segundo plano; estaban como escondidas. Todavía no hemos tenido una mujer presidenta del Gobierno y hasta que no haya una lesbiana o un homosexual en puestos de poder y se vea esto con naturalidad, no se habrá llegado al nivel que hace falta».
-¿Quita credibilidad reconocerlo?
-Gonzaga: salvo contadas excepciones ser homosexual, lesbiana o transexual, quita prestigio social. Entonces la gente no quiere hacerlo público. No queremos más privilegios, pero tampoco menos.
-Ustedes hacen en la radio un programa que se llama 'Desde fuera del armario'.
-Lo hacemos los sábados a la 11 de la mañana en Onda Jerez. Y la verdad es que está teniendo mucho éxito. Vamos a empezar la tercera temporada; somos un equipo muy serio, que trabaja de forma muy profesional y lo hacemos por amor al arte. Estamos felices porque a través de la radio podemos llegar a mucha gente. Por internet se puede escuchar en cualquier rincón de España o el mundo. Y en Iberoamérica tiene mucha audiencia. Volvemos a encontrarnos con la visibilidad: «que haya un espacio en las ondas para hablar de la forma más digna posible».
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