2009/08/10

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  • Irán: Continúan las lapidaciones
  • Amnistía Internacional, 2009-08-10
A finales de 2008 se reanudaron las lapidaciones en Irán. Houshang Khodadadeh y otro hombre no identificado murieron apedreados hacia el 26 de diciembre. El 5 de marzo de 2009, un hombre llamado Vali Azad fue lapidado en secreto en la prisión de Lakan, en el noroeste de Irán.

Después de un año en el que se registraron noticias alentadoras y en el que la acción de miles de activistas en todo el mundo consiguió parar la lapidación de al menos siete personas, 2009 ha empezado con estas terribles noticias.

Los dos nuevos casos de lapidación demuestran una vez más que las declaraciones de la Magistratura iraní, que en 2002 y en agosto de 2008 anunció sendas suspensiones de las lapidaciones, no son suficientes. Desde 2002 han sido lapidadas seis personas.

Por ello, es necesario redoblar los esfuerzos para terminar de una vez por todas con esta práctica atroz.

La ejecución por lapidación es un castigo especialmente cruel que Irán aplica a hombres y mujeres casados acusados de cometer adulterio, desoyendo así a la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, según la cual tratar el adulterio como delito es contrario a las normas internacionales. La lapidación está específicamente concebida para aumentar el sufrimiento de la víctima, pues para llevarla a cabo se escogen piedras lo suficientemente grandes como para causar dolor pero no tanto como para matar a la víctima enseguida.

Según la información de la que dispone Amnistía Internacional, en Irán hay al menos ocho mujeres y dos hombres expuestos a ser lapidados. Las mujeres son: Iran A., Khayrieh V., Ashraf Kalhori, Gilan Mohammadi, Sakineh Mohammadi, M.J., H. y Kobra Babaei. Los hombres son: Gholamali Eskandari y Rahim Mohammadi.

En el camino hacia la abolición total de la pena de muerte, las autoridades iraníes deben promulgar una ley que prohíba inequívocamente la lapidación como pena judicial. A la espera de esta ley deben declarar de inmediato una suspensión de las lapidaciones, dejando claro a todos los jueces y otros funcionarios que tendrán que rendir cuentas en caso de incumplir tal suspensión. Además deben destipificar como delito las relaciones sexuales consentidas entre adultos.

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