- ¡Estamos hartas! Queremos un sistema económico social y feminista
- Gara, 2009-04-30 # Mª Carmen Riveiro Rey • Consejo de Mujeres de Donostia-San Sebastián por la Igualdad
La división sexual del trabajo es una de las bases sobre la que se construye la desigualdad de mujeres y hombres en nuestra sociedad. Esta división del trabajo ha sido y es una constante en todas las sociedades y culturas, aunque puede variar considerablemente en el tiempo y en el espacio.
A partir de esta distribución del trabajo, la sociedad asigna tareas, comportamientos, expectativas, roles y espacios diferentes de actividad y movilidad según el sexo. Esta clasificación jerarquiza la importancia de lo que hacen hombres y mujeres, otorgando valor social a las realizadas por los hombres y negando derechos y ciudadanía a las mujeres.
Asimismo, la división sexual del trabajo implica la separación y desigualdad entre dos ámbitos de relación social: la esfera de lo público que es el espacio del mercado laboral y la producción de bienes, regido por criterios de racionalidad económica, intercambio, eficiencia y rentabilidad. El espacio público es el lugar de la toma de decisiones socio-políticas, en el que se obtiene reconocimiento y poder social. Éste es el espacio considerado masculino y donde se han colocado tradicionalmente los hombres.
Por el contrario, el trabajo reproductivo es el realizado fundamentalmente por mujeres y destinado a satisfacer las necesidades de bienes y servicios que tienen lugar en el llamado ámbito privado familiar. Este trabajo incluye trabajos de gestión, organización y mantenimiento del hogar así como funciones de socialización, educación y despliegue de afectos y cuidados.
Si bien el trabajo reproductivo en el ámbito familiar es indispensable para el desarrollo de la sociedad, en una sociedad patriarcal como la nuestra se ve privado de visibilidad, remuneración y reconocimiento social. Este trabajo no se considera relevante desde el punto de vista de la producción contable y la generación de riquezas, por lo que las mujeres que lo realizan de forma exclusiva son definidas como no productivas e inactivas.
También el trabajo doméstico remunerado es realizado mayoritariamente por mujeres, autóctonas e inmigrantes, que son subcontratadas en condiciones cercanas a la esclavitud: sin afiliación a la seguridad social, sueldos ínfimos, sin pagas extras e interminables jornadas sin descanso.
La división sexual del trabajo tiene graves consecuencias para nosotras, en tanto que impide nuestro desarrollo personal, laboral y profesional en condiciones de igualdad con los hombres.
Por ello, con motivo de la celebración del 1 de Mayo, Día Internacional de las Trabajadoras y Trabajadores, el Consejo de Mujeres de Donostia-San Sebastián por la Igualdad ha decidido salir a la calle para comunicar a la ciudadanía donostiarra que estamos hartas de la desigualdad. ¡Estamos hartas de ...
...que el trabajo en el hogar sea invisible a pesar de ser imprescindible para el desarrollo de la sociedad!
...que el trabajo doméstico y de cuidados no sea una responsabilidad compartida de forma igualitaria por hombres y mujeres!
...la inexistencia de un sistema público vasco de atención universal a la infancia y a las personas dependientes!
...de trabajar fuera de casa en empleos precarios, de baja cualificación y remuneración, temporales e inestables y nulas expectativas de mejora profesional.
...que el sistema educativo no considere prioritaria la educación para la corresponsabilidad de la vida familiar y laboral de mujeres y hombres!
...soportar dobles y triples jornadas de trabajo dentro y fuera de casa para no tener la suficiente autonomía económica y participar en desventaja en el ámbito laboral, social, económico y político.
...que, a pesar de nuestra formación universitaria y nuestras aspiraciones profesionales, perviva la idea de que los hombres no tienen las mismas responsabilidades domésticas y familiares que las mujeres!
...ser empleadas de hogar y no gozar de los derechos básicos establecidos por el Estatuto de los Trabajadores!
...de que la prostitución sea la única opción laboral que se nos ofrece a muchas mujeres!
...que los contratos ilegales en el ámbito doméstico sean tolerados porque somos mujeres inmigrantes!
...que a las amas de casa se nos considere población económicamente inactiva cuando el trabajo reproductivo genera beneficios económicos y sociales!
...que la planificación del transporte y las ciudades en términos de movilidad, servicios y equipamientos continúe dificultando la atención y el cuidado en la vida cotidiana!
...que el desempleo y la precariedad laboral nos empuje a invertir interminables esfuerzos en el cuidado a familiares dependientes!
...que las empresas nos ofrezcan precarias jornadas parciales a cambio de mayor dedicación a la vida familiar!
...que nuestras pensiones y jubilaciones sean las más bajas de la seguridad social a pesar de haber cuidado, educado y atendido a nuestras familias durante toda nuestra vida!
...tener que interrumpir nuestra vida laboral, personal y profesional para atender necesidades sociales que han de ser compartidas por hombres y mujeres, instituciones públicas y empresas!
...que las crisis económicas conlleven reducción de servicios sociales y el incremento de las responsabilidades domésticas y familiares de las mujeres!
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