- «Yamiled estaba muy asustada»
- La Policía foral investiga si se trata de una venganza por una denuncia contra un club de alterne de Sunbilla
- El Diario Vasco, 2009-04-27 # Javier Peñalba • DV • San Sebastián
Yamiled Giraldo murió asesinada a las 8.25 horas del sábado, en el municipio navarro de Cordovilla, cuando salía de su vehículo, un monovolumen Chrysler Voyager, junto a su hijo de 14 años que le acompañaba. La víctima se dirigía al domicilio de una persona que presuntamente habría contratado sus servicios de esteticista antes de acudir a una boda. La mujer recibió al menos cuatro impactos de bala en su cuerpo -uno en la cabeza y otro en el pecho-. Cuando los efectivos sanitarios llegaron al lugar Yamiled ya había fallecido.
El autor de los disparos fue un individuo encapuchado que descendió de un vehículo, un Citroën AX de color blanco que, al parecer, llevaba varios minutos estacionados en la zona. Al pistolero le acompañaba otra persona que en todo momento permaneció al volante del coche y con el que posteriormente huyó del lugar.
Una trampa
La Policía foral navarra que investiga el caso trata de determinar si el trabajo que Yamiled debía realizar era real o bien obedecía a una maniobra diseñada por los autores del delito, que le habrían tendido una trampa. En este sentido, todo apunta a que la mujer fue víctima de la estrategia de los asesinos que aguardaron la llegada de su objetivo en las proximidades de la urbanización de Cordovilla a primera hora del sábado. La cita era a las 8.30. A Yamiled le acompañaba su hijo mayor, Christopher, a quien, al parecer, debía llevar posteriormente a Huarte Arakil a jugar un partido de pelota.
La Policía foral investiga si el móvil del atentado obedece a un acto de venganza por una denuncia que Yamiled, junto con otras personas, formuló en 2001 contra un establecimiento de Sunbilla, donde se ejercía la prostitución. Este local fue investigado después de que las fuerzas policiales tuviesen conocimiento de que jóvenes llegadas de países suramericanos eran obligadas a ejercer la prostitución y a la vez eran víctimas de presuntos abusos sexuales. La denuncia dio origen a un procedimiento penal que concluyó con una condena de 18 años para uno de los imputados.
En Ituren, entretanto, los vecinos siguen estupefactos por lo ocurrido. Varios cientos de ellos se concentraron a mediodía de ayer y por la tarde en la plaza de la localidad en repulsa por lo sucedido y en apoyo a la familia.
Yamiled llevaba cerca de diez años residiendo en esta localidad, donde había contraído matrimonio con Carlos Etxebeste. Era madre de cuatro hijos, las dos pequeñas, de 1 y 6 años, fruto de su actual relación, y los dos mayores, de 11 y 14 años, de una anterior que mantuvo en su país. Con Yamiled vivía también su madre. Otra hermana reside también en Navarra.
Yamiled, de 33 años, era estecista. «Tenía acondicionado un espacio en su casa, pero iba también a hacer algunos trabajos a Pamplona, Urdax y a Bera. Era una bella persona, una trabajadora. Tanto ella como sus hijos estaban totalmente integrados. Los chavales hablan euskera como cualquiera de nosotros. Su marido es transportista, es autónomo», explicó una vecina.
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