- Por la igualdad y la liberación sexuales
- La Nación, 2009-01-03 # H.C.
Por aquellos años, la lucha por los derechos de gays y lesbianas requería mucha presencia de ánimo, valentía y aun cierto grado de compromiso político. Una de las razones del acercamiento de Sebreli al dirigente izquierdista Nahuel Moreno (cuyo nombre real era Hugo Miguel Bessano Capacete) fue que éste había adoptado para su Partido Socialista de los Trabajadores la política liberal en materia de sexo promovida por el Social Work Party de los Estados Unidos, aliado al Gay Power.
-¿Esa lucha continúa hoy, Sebreli?
-La batalla está ganada por completo. Con los movimientos que existen hoy yo no estoy de acuerdo, en líneas generales. Hay dos concepciones muy distintas, tanto con respecto a los movimientos de liberación gay como a los feministas, que son muy parecidos. En realidad, los feministas han sido el modelo de los movimientos de liberación homosexual. Hay dos concepciones completamente distintas y opuestas: la concepción igualitarista y la diferencialista. Yo reivindiqué siempre la concepción igualitarista. Creo en la integración, en el caso de la mujer, por supuesto, y en el caso de los homosexuales. No hay valores específicos, como pretenden las feministas, en la mujer, superiores o distintos de los del varón. Hay diferencias exclusivamente anatómicas. Esos movimientos feministas radicalizados que hablan de la condición femenina como una condición muy especial, con ciertas virtudes y cualidades que hay que defender, no me convencen. Y lo mismo pasa con los movimientos gay, que reivindican cierta comunidad cerrada gay, que tendría sus valores propios. Me parece que eso es totalmente retrógrado y una forma de discriminación al revés. Lamentablemente, los medios de comunicación explotan eso como una moda, aunque ahora ya un poco menos. Presentar un homosexual en televisión queda muy bien. Pero presentan homosexuales, en general, grotescos, ridículos.
-Pero nadie se ríe de ellos, a diferencia de lo que ocurría en otras épocas...
-Sí, pero aparecen como personajes. Y yo no creo que sean los más representativos. Lo mismo sucede en los movimientos de orgullo gay, donde van disfrazados, como en carnaval... Eso me parece mal. No creo de ninguna manera en eso. Yo creo que un homosexual se diferencia de un heterosexual tanto como una persona con ojos negros se diferencia de una persona con ojos azules. Ni más ni menos. El exceso de exhibición me parece horrible. Hay una ridiculización del sexo, no sólo en el campo homosexual. Esas mujeres que aparecen en televisión me dan asco. Es lo que se hacía en el teatro de revista hace años. Allí la mujer era un objeto sexual para que el actor cómico la toqueteara. Eso me parece tremendo. Igual, prefiero esto, aunque sea horrible y desagradable, antes que la censura. Nunca más la censura. Pero hay que educar a la gente y decir que todo esto que se está haciendo es una mala liberación sexual.
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