- Nuevo desastre humanitario de la ONU: Violaciones masivas a mujeres en campos del Chad
- Ecodiario, 2009-09-30
En el informe, titulado 'No hay lugar para nosotras aquí: violencia contra mujeres refugiadas en el este de Chad', Amnistía Internacional documenta violaciones y otros actos de violencia contra las mujeres y las niñas de los campos, "que están expuestas a las agresiones de los habitantes de las cercanías y de miembros del Ejército Nacional de Chad".
"El temor a ser violadas, que en innumerables casos se convirtió en realidad para las mujeres y las niñas de Darfur, continúa persiguiéndolas en el este de Chad", declaró el director adjunto del Programa Regional para África de Amnistía Internacional, Tawanda Hondora. "Estas mujeres huyeron de Darfur con la esperanza de que la comunidad internacional y las autoridades chadianas les ofrecieran cierta seguridad y protección, pero esta protección ha resultado ser difícil de lograr y continúan expuestas a agresiones", denunció.
En el informe se cuenta que las niñas refugiadas también son acosadas sexualmente por sus profesores en las escuelas de los campos. Hay informes de niñas amenazadas por sus profesores con ponerles malas calificaciones si no accedían a tener relaciones sexuales con ellos, y esto ha hecho que algunas dejen de asistir a clase.
"Muchas personas saben que las mujeres que se aventuran fuera de los campos de refugiados del este de Chad para recoger leña y agua se arriesgan a ser acosadas y violadas", afirmó Tawanda Hondora. "Lo que no saben es que para esas mismas mujeres, los campos suponen muy poca seguridad. En ellos corren peligro de ser violadas y sufrir otros actos de violencia a manos de familiares, de otros refugiados y del personal de las organizaciones humanitarias, cuya labor se supone que es ofrecerles ayuda y apoyo", agregó.
Policia del Chad
La Unidad Integrada de Seguridad (DIS), policía chadiana respaldada por la Misión de las Naciones Unidas en la República Centroafricana y el Chad (MINURCAT), es la responsable directa de la seguridad dentro y alrededor de los campos de refugiados y actualmente está completamente desplegada, con más de 800 agentes en los 12 campos del este de Chad. Sin embargo, según AI, algunos miembros de la DIS han sufrido agresiones y varios de sus agentes han perpetrado, ellos mismos, violaciones de Derechos Humanos.
La mayoría de las mujeres y niñas refugiadas no creen que la DIS haya hecho mucho para resolver la inseguridad que sufren. "La DIS pasa mucho tiempo protegiéndose a sí misma. Incluso los soldados de la ONU tienen que proteger a sus agentes. No parece que nadie tenga mucho tiempo para protegernos a nosotras", afirmó una mujer entrevistada por investigadores de Amnistía Internacional en el campo de refugiados de Gaga.
Los autores de violaciones y otros actos de violencia contra mujeres y niñas refugiadas en el este del Chad, según el informe, "rara vez son puestos a disposición judicial, ni siquiera cuando las supervivientes denuncian las violaciones y otras agresiones a las autoridades locales chadianas, la DIS o los jefes de los campos".
"Esta cultura de la impunidad, tan arraigada en todo el este de Chad, especialmente cuando se trata de violación y otras formas de violencia contra las mujeres, debe terminar de inmediato", manifestó Tawanda Hondora.
Aparte, el uso de métodos tradicionales para resolver los conflictos y llegar a acuerdos "negociados" en casos de violación u otros actos de violencia contra las mujeres y las niñas también contribuye a perpetuar la impunidad y favorece la violencia.
Ejemplo de ello es el de una niña de 13 años del campo de refugiados de Farchana fue violada por un enfermero chadiano de una organización que gestiona los centros de salud del campo. A consecuencia de la violación quedó embarazada y dio a luz en enero de 2009. El hombre aceptó su responsabilidad en el embarazo y se negoció con él, que aceptó casarse con la menor y pagar una dote a su familia, pero después huyó de la zona. A pesar de que se denunció el caso a los funcionarios chadianos, el pasado mayo aún no se había emprendido ninguna acción judicial contra él.
Consejo: "guardar silencio"
Amnistía Internacional afirma que no es posible conocer el número exacto de mujeres y niñas que han sido víctimas de violación y otros actos de violencia dentro y fuera de los campos de refugiados del este de Chad, ya que las mujeres rara vez los denuncian, fundamentalmente por temor a ser estigmatizadas, incluso por sus propios familiares y al trauma que ello supone.
"Las mujeres casadas que han sido violadas suelen ser rechazadas o abandonadas por sus esposos, mientras que para las niñas o las jóvenes violadas es difícil encontrar marido. Por eso, la mayoría de las mujeres y las niñas prefieren guardar silencio sobre la violación y evitar así consecuencias sociales negativas. Esto supone que los perpetradores quedan impunes de sus delitos", lamentó Tawanda Hondora.
En el este de Chad viven unos 260.000 refugiados de Darfur, la mayoría mujeres, niños y niñas, muchos de ellos desde hace más de cinco años. Los refugiados residen en 12 campos diseminados a lo largo de la frontera entre Chad y Darfur. Durante los últimos seis años, más de 142.000 mujeres y niñas han huido de la inseguridad y las violaciones de Derechos Humanos generalizadas en la turbulenta región sudanesa de Darfur, buscando seguridad y protección en el este de Chad.
Desde septiembre de 2007 está desplegada en el este de Chad la Misión de las Naciones Unidas en la República Centroafricana y el Chad (MINURCAT), cuyo mandato incluye la protección de los refugiados.
No hay comentarios:
Publicar un comentario