- Los argumentos de los antiabortistas
- El Plural, 2009-07-15 # Beatriz Gimeno . Escritora
Si tenemos que reducir el número de abortos, si verdaderamente nos creemos que eso es lo importante, entonces, tendremos que tomarnos en serio la anticoncepción y, especialmente la de las jóvenes, que son las más susceptibles de quedarse embarazadas sin desearlo. Habrá que facilitar, y cuando digo facilitar, quiero decir facilitar de verdad, la anticoncepción. Es decir: educación sexual que incluya todo tipo de información sobre métodos anticonceptivos; facilidad para acceder, de manera fácil, libre y gratuita a los medios anticonceptivos: máquinas expendedoras de preservativos (que ádemás protegen de las enfermedades de transmisión sexual, son sencillos de usar y baratos) en muchos lugares públicos, incluidos los institutos y lugares de ocio de los jóvenes; información sencilla y accesible sobre todo tipo de anticoncepción en los centros sanitarios y, finalmente, anticoncepción de emergencia en las farmacias por si falla todo lo anterior. Se abortará menos, mucho menos; he ahí un punto de encuentro en el que podemos converger partidarias del derecho de la mujer a decidir y personas contrarias al aborto en cualquier caso, como este profesor.
Pero no. El profesor en cuestión no aceptó ninguna de las propuestas anteriores. Nada de educación sexual en los colegios, eso es cuestión de los padres. Habrá que ver qué mundo es ese en el que los hijos/as aprenden de sexo hablando con sus padres. Nada tampoco de anticonceptivos fáciles de conseguir sino al contrario, difíciles, porque si se consiguen demasiado fácilmente eso provocará más embarazos y más abortos; mucho menos máquinas expendedoras cerca de los niños, eso es una incitación al sexo. Anticoncepción de emergencia nunca, eso es aborto (porque lo dicen ellos, contra todas las evidencias médicas)
Entonces ¿en qué nos podemos poner de acuerdo? ¿Sobre qué podemos discutir? Sobre nada en realidad porque lo cierto es que no es el aborto lo que les preocupa a la mayoría de los llamados antiabortistas, como no les preocupó durante el gobierno del PP cuando en España se ha abortado, la verdad, casi libremente. Lo que les preocupa es el sexo, a lo que se oponen es a las relaciones sexuales libres y despreocupadas; lo que les preocupa es la libertad sexual de las mujeres. Preferían (y prefieren) que las relaciones sexuales sigan llenas de culpa, sufrimiento y consecuencias terribles (por cierto que sólo para las mujeres) No pueden transigir con una sociedad en la que el sexo es sinónimo de placer y nada más. Y especialmente no soportan que eso pueda ser así para las mujeres, que de sobra sabemos que los hombres siempre se las han arreglado bien. No son antiabortistas son sexofóbicos.
Por eso me gustó mucho el artículo del jesuita Masiá, porque es el artículo de alguien verdaderamente preocupado por reducir el número de abortos y ahí sí podemos encontrarnos.
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