- Enhorabuena a la FELGTB en su V congreso
- El Plural, 2009-04-29 # Beatriz Gimeno
Teniendo en cuenta que la mayoría de los invitados e invitadas iban a dedicar sus discursos a la política, yo preferí dedicar mis palabras a hacer un recordatorio un poco más personal de lo que ha significado para mí la pertenencia y el trabajo en la FELGTB. Estuve presente cuando hace más de doce años cinco personas nos reunimos en Valencia y decidimos formar una organización con carácter estatal que supiera aunar a todas las asociaciones que trabajaban por los derechos de las personas homosexuales y transexuales y dotar de cierta unidad al discurso político y a las reivindicaciones. Desde ese momento, de tres organizaciones hemos pasados a ser más de cincuenta, de cinco personas hemos pasado a ser miles los y las activistas. De ser una organización exótica y marginal nos hemos convertido en una de las organizaciones sociales más importantes de este país.
Y todo eso lo hemos conseguido a base de trabajo y entusiasmo. En mi discurso mencioné como yo, que he sido militante de varias organizaciones sociales, no he visto nunca la capacidad de trabajo y de entrega que he visto en los y las activistas de la FELGTB, hasta el punto de que después de militar aquí resulta muy difícil militar en cualquier otra organización, te parece que la gente no trabaja y seguramente eso es injusto; lo que ocurre es que no se trabaja al ritmo al que la FELGTB nos ha acostumbrado. Mientras estuve en la Federación (como nosotros y nosotras la llamamos, “Federación”, a secas) vivía para la militancia. Todas las horas del día estaban dedicadas a la militancia, todas. Lo que no quiere decir que no me divirtiera o que no viviera. Simplemente ocurría que vida y activismo eran lo mismo. En parte así sigue siendo para mí y me consta que así sigue siendo para las compañeras y compañeros que siguen ahí. Me divertí, y mucho, aunque también hubo sin duda momentos muy difíciles. Pero todo giraba en torno a conseguir avances en nuestros derechos, en nuestra dignidad, en nuestra libertad. Las horas de trabajo que eran muchas, la diversión también, porque todos los amigos y amigas eran compañeros de militancia y, cuando nos reuníamos seguíamos hablando de lo mismo; las vacaciones se convertían en viajes de trabajo o bien aprovechábamos para reunirnos en la playa y seguíamos hablando, planeando, trabajando, soñando. Soñando con que podíamos cambiar el mundo. La verdad es que no teníamos otra cosa en la cabeza.
Pero, además, tengo que decir, que todo eso lo hicimos sin cobrar un sólo euro ni salario alguno porque éramos y somos voluntarios, y todos y todas teníamos además nuestros trabajos. Siempre recordaré que un importante líder sindical nos preguntó asombrado, a la vista de los cientos de miles de personas que habíamos logrado reunir en una manifestación: “¿Cómo lo hacéis?” y la histórica líder de la FELGTB Boti Gª Rodrigo, le contestó con sencillez: “Porque nos va la vida en ello”. Y así era, y así sigue siendo.
El reto para los próximos años, el reto para el presidente, Antonio Poveda y su Comisión Permanente, es ahora la educación. Que la educación recoja la diversidad sexual; que l@s niñ@s y adolescentes entiendan que la homofobia y la transfobia son algo similar al machismo, algo a erradicar, algo vergonzoso, impropio de una sociedad democrática. Parte del trabajo es también que podamos extender nuestros avances a otros lugares del mundo, especialmente allí donde ser gay, lesbiana o transexual puede costarte la vida y mucho sufrimiento. Un trabajo ímprobo para una organización impecablemente democrática y repleta de gente combativa y valiosa, con mil veces menos recursos que muchas tantas organizaciones pero mil veces más rica en la calidad y la entrega de su gente. Porque no nos engañemos, ha sido la gente de la FELGTB, los y las activistas, esa gente que vive en pueblos, en ciudades pequeñas, que milita en asociaciones minúsculas, pero que pasan el día contestando teléfonos, mandando cartas y comunicaciones, organizando grupos, saliendo a la calle, reuniéndose con políticos, líderes asociativos y sindicales, preparando jornadas, formándose, formando a otros, trabajando, trabajando y trabajando, la que ha convertido a esta asociación pequeña en estructura y recursos en una organización enorme en capacidad de influencia, en capacidad para cambiar las cosas, en referente mundial de un cambio necesario.
La FELGTB es un lugar, un espacio físico y afectivo muy ligado a mi historia y a mi vida; es una pequeña patria, una patria querida y por eso y porque su éxito es bueno para todos y para todas, le deseo desde aquí toda la suerte del mundo en su nueva y renovada andadura.
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