- Patricia Pérez • Asociación ICW: «Se ha conseguido mucho en la lucha contra el sida, pero falta información»
- «¿Cómo aplicar el tratamiento en zonas sin agua potable?», reflexiona
- El Diario Vasco, 2009-02-05 # Ane Urdangarin
- Es 1986, tiene 24 años, es profesora de gimnasia en Buenos Aires y... descubre que es seropositiva.
- Sentí muchas cosas a la vez cuando me dieron los resultados. Entonces no era como ahora: no había tratamientos, ni siquiera para la gente con poder adquisitivo, y la gente se moría. Hoy estamos hablando de cosas más sofisticadas, como la discriminación, el trabajo... Además, físicamente me encontraba bien y, sin embargo, el médico me dijo que me quedaban dos años de vida. Eso es muy fuerte y fue muy difícil recibir el resultado. Tenía un niño pequeño y me preguntaba: '¿Y ahora qué? ¿Qué pasa con esto del sida?'
- Tenía VIH y, además, era mujer.
- Se hablaba del sida como algo que tenía que ver con la población gay, la peste rosa, se hablaba de los adictos y las mujeres no existíamos. Y no me pasaba sólo a mí. En 1991 nos encontramos mujeres de distintos países en una actividad sobre personas con VIH y vimos que no existíamos ni en las estadísticas. La solidaridad que uno sentía en esta situación... No tenías ni a quién pedir ayuda, porque la gente estaba mirando a otras cosas que tenían que ver con el sida, pero no a las mujeres.
- Dos décadas después las cosas han cambiado.
- Es distinto, porque hoy una persona con VIH sabe que hay un medicamento y, aunque no sea directamente, puede acceder al tratamiento. La globalización sirve para esto. Se ha hecho mucho, pero hay cosas que faltan. Creo que el sida es la única enfermedad que en 25 años ha logrado tantas cosas, como avances científicos, la movilización social, los recursos que se le destinan, su impacto político, pero con todo se podrían hacer cosas más concretas, rápidas y que sirvan a la gente.
- ¿Cuál es la principal laguna en la lucha contra el sida?
- La falta de información. La información y la capacitación son fundamentales. Una persona que tiene VIH necesariamente tiene que estar informada, conocer sus derechos... ¿Qué pasa con el trabajo?, ¿por qué la gente discrimina? Básicamente por miedo, porque hay cosas que no se saben, uno discrimina lo diferente y eso tiene que ver con que no hemos recibido educación en ese tema. La educación es algo que hay que ir construyendo día a día y no se puede pedir de repente a un chico o una chica de 17 años que usen preservativo cuando no se lo has dicho antes. Ese proceso tiene que ser menos complejo, más natural... En el trabajo se sigue discriminando por una cuestión económica. Los empleadores tienen aún temor a contratar a alguien con VIH porque les va a suponer un gasto de recursos, piensan que van a faltar al trabajo... Ahí sí se necesita una legislación adecuada, pero ese empresario bien informado sabe que esas cosas no van a pasar.
- ¿Son suficientemente eficaces las campañas de prevención?
- Después de 25 años, seguimos queriendo atacar el problema del sida con herramientas viejas. Cuando se dice que la gente se ha relajado, pienso en enseñarles a los chicos desde la escuela. Es como si te dicen que la basura no hay que tirarla en la calle desde pequeño: luego ya lo interiorizas y no lo haces. Tiene que ser un proceso natural y el mensaje tiene que llegar a cada colectivo, para lo que necesitamos herramientas adecuadas, porque la charla de prevención está muy gastada. Nosotros, por ejemplo, editamos dos cedés. Pedimos a los artistas una canción y un mensaje de prevención. Lo podríamos haber hecho nosotros, pero creemos que su mensaje llega más a su público.
- Dice que el desafío ahora es lograr que la respuesta al sida sea más real que virtual.
- Falta que aterricen un poco las ideas. Se habla de calidad de los medicamentos, pero es que en muchos sitios de África y América Latina no hay agua potable, por más que tengan un tratamiento antirretroviral.
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