- El jurado vio legítima defensa en las 57 puñaladas a dos hombres en Vigo
- Considera que el autor confeso de las muertes solo es culpable de incendiar la casa para borrar huellas. Cree que Jacobo Piñeiro, que pidió perdón por el doble crimen, sufrió un «miedo insuperable» a ser violado
- La Voz de Galicia, 2009-02-20 # E.V. Pita
El jurado tardó dos días en deliberar, y la lectura de su veredicto estuvo cargada de tensión. Sus integrantes incluso taparon sus caras con folios para no ser grabados por las cámaras. Los fiscales que asistieron como público no podían disimular sus caras largas y la madre de Isaac Pérez Triviño, una de las dos víctimas, estalló de cólera. La mujer saltó entre lágrimas al estrado y, pese a que la magistrada la llamó al orden, reprochó al jurado que dejasen libre a un «asesino confeso».
El jurado, mayoritariamente femenino, exculpó del doble asesinato a Jacobo Piñeiro Rial porque lo benefició con las eximentes completas de legítima defensa y «miedo insuperable». Sostiene que Piñeiro no tenía intención de matar a sus víctimas, sino que actuó dominado por el pánico que sintió al creer que iba a ser violado y asesinado por sus anfitriones homosexuales. El jurado cree su versión porque no existe ninguna prueba que lo contradiga.
Fallo «injusto y escandaloso»
El veredicto, que la Fiscalía califica de «escandaloso» y el abogado de la madre de una víctima de «injusto», pudo haber sido incluso más favorable para el acusado. En la primera versión del escrito, el jurado le había exculpado de provocar conscientemente el incendio, pero, a los diez minutos de leerlo ante el juez y corregir los defectos, cambió de idea y lo condenó.
De haber sido considerado no culpable de los tres delitos, Jacobo podría haber salido libre por la puerta al término de la sesión que se celebró ayer en la Quinta Sección de la Audiencia de Pontevedra, con sede en Vigo. No lo hizo porque la presidenta-magistrada del jurado aún debe dictar una sentencia en los próximos días para fijar los años de cárcel por el incendio. Lo máximo posible son 20 años, de los que ya ha cumplido dos y medio en prisión provisional.
El fallo del jurado ha levantado ampollas en la Fiscalía, que lo califica de «escandaloso». El fiscal jefe, Juan Carlos Horro, anunció que estudiará minuciosamente la sentencia y la recurrirá ante el Tribunal Superior de Xustiza porque, en su opinión, el jurado incurrió en dos o más contradicciones.
La primera que ha visto es que el tribunal considera inimputable al acusado porque fue una víctima que actuó en legítima defensa, pero en otro párrafo admite que, al cambiar su cuerpo de posición, se transformó en «agresor» y asestó decenas de cuchilladas, lo cual es una «incongruencia» porque ya no hay legítima defensa. La segunda contradicción del jurado es que beneficia al acusado porque sintió miedo pero, a continuación, admite que una víctima estaba dentro de su habitación «y ya no suponía un peligro» para el agresor. La Fiscalía cree que un juez profesional lo hubiese condenado por asesinato. «Algo hicimos mal» para que el jurado no captase el mensaje.
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