2009/01/24

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  • El alcalde, la tamborrera y el mostacho
  • Noticias de Gipuzkoa, 2009-01-24 # Angel Aldarondo
Ya lo dice la última estrofa del himno de Sarriegi, Inauteriak datoz! Y parece que el primer edil donostiarra se lo tomó al pie de la letra. Tras darse el habitual baño de masas en la Izada, se despojó de todo afán de protagonismo ocultándose tras un hermoso mostacho de estilo Stalin, o de corte francés. El poco favorecedor mostacho gabacho puede ser interpretado como un homenaje decimonónico, tanto a los veraneantes de su añorada Belle Époque, como al ejército de Napoleón, o incluso a los cocineros de la Nouvelle Cuisine. Los bienpensantes dicen que fue un intento de engarzar tres festividades: Tamborrada, Caldereros y Carnavales. La cámara indiscreta, sin embargo, refleja un hecho incontestable: se trata de un apósito de camuflaje. Pero, ¿por qué Odón querría pasar desapercibido?

Cabe preguntarse si ostentar el cargo de alcalde obliga al regidor a izar la bandera la víspera de San Sebastián. Si no fuera así, y el alcalde quisiera disfrutar la fiesta como cualquier otro ciudadano, podría ceder el honor a un edil distinto cada año, como ocurre con el chupinazo pamplonica. Es una práctica demasiado habitual entre los políticos pavonearse sin pudor en los eventos amables, y recogerse cuando pintan bastos. Y parece que estamos ante uno de esos casos. Todo apunta a que la retirada de la subvención a las compañías "machistas" caldeó tanto el ambiente que motivó improperios de rima fácil como "¡Odón subvención!" Lo paradójico es que los coros procedían de la tamborrada de la Peña Anastasio, formación en la que desfilaba el alcalde. Pero el runrún riza el rizo, y sostiene que llegó a ser acorralado por las miembras de la única compañía formada exclusivamente por mujeres -también de la Peña Anastasio- para exigirle la misma subvención.

Si hubiera aparecido sin bigote, podría haber sido tachado del manido "progresista incoherente", pero, por jugar a Mr. Potato en fecha tan señalada, lo han tildado de "cobarde coherente". Hay quien dice que, con el ya famoso bigote de bazar chino, trataba de ocultarse de las posibles reacciones de los airados vecinos tras el caos provocado por la nevada del 8-E, y evitar así la conocida rima de ¡Odón, dimisión! Imagino que esos vecinos que continúan acumulando bilis, también lo culparán del nuevo concepto catastrófico que nos acecha, la ciclogénesis explosiva, y que en el caso de que ésta no arrase la ciudad este fin de semana, lo acusarán de alarmismo innecesario.

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