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• Homofobia oportunista
• EHGAM-DOK, 2009-04-08 # Jose Ramon Samper Bernad • Alicante Entiende

La homofobia (rechazo a la homosexualidad) es un hecho real existente en nuestra sociedad, y que sucesos como el de la profesora Gloria Maria Tomas y su conferencia en la UA, demuestran que es un problema que hay que atajar, tanto con acciones de sensibilización y educación, como con leyes que penalicen cualquier acto de homofobia, y sobre todo, si proceden de ambitos publicos, como puede ser la Universidad, o la esfera de la justicia (recordemos a la jueza homófoba de Denia), o los casos de homofobia laboral (despidos y mobbing que sufren homosexuales y transexuales en sus trabajos), o la situación que viven muchos menores y adolescentes en sus centros escolares, insultados o agredidos por su orientación sexual.

Hay que dar un paso más, y seguir avanzando en una igualdad real y efectiva en nuestro país, y aparte de la igualdad legal que nos dio la Ley del Matrimonio Homosexual en el 2005, ahora hay que redactar una Ley que combata este tipo de discriminaciones y convierta en delitos cualquier agresión y acto de homofobia y transfobia. Asimismo, hay que adaptar las leyes existentes a las nuevas realidades y las nuevas formas de familia, como por ejemplo, la Ley de Violencia de Genero, que tambien debe de contemplar los delitos y agresiones producidas en el seno de matrimonios homosexuales, y ser castigados con la misma contundencia.

Y esta lucha debe de abarcar todos los ambitos sociales y de convivencia, mediante acciones de sensibilización y educación, para ir transformando nuestra sociedad y conseguir dicha igualdad real: expresiones populares (“maricon el que no bote”), chistes de “maricones”, o la misma homofobia en sectores tradicionales (el deporte y el futbol, los toros, fiestas populares, la iglesia católica, etc.) favorecen que la tradición homófoba siga consolidada en nuestro país.

Y por último, los medios de comunicación deben de estar sensibilizados ante ello, y contribuir a denunciar cualquier hecho, sin ningun tipo de “amarillismo”, y no caer en la trampa del sensacionalismo, dando voz a personajes como esta profesora universitaria, y haciendoles entrevistas donde se le permita insultar y agredir a otras personas por su orientación sexual. Y al igual que no permitiríamos a un machista maltratador hablar en plan misógino, o a un racista hablar sobre la inferioridad de otras razas, o a un radical sobre lo positivo del terrorismo, no se debe de dar cabida en los medios de comunicación a personas que dicen que los homosexuales somos enfermos o desviados, y acogerse a la libertad de pensamiento o a la objeción de conciencia, para justificar dichos ideales que contradicen los propios derechos civiles y humanos de cualquier sociedad de nuestro siglo XXI.