- Resaca, no sólo electoral
- Noticias de Gipuzkoa, 2009-03-03 # Mikel Corcuera
Pero volviendo al tema inicial, mi tristeza va por otros derroteros. Es un tema culinario (como han podido fácilmente suponer). Hace unos días que Heston Blumenthal, dueño del famoso restaurante británico Fat Duck –triestrellado Michelin–, decidió cerrarlo temporalmente después de que numerosos comensales enfermasen tras pasar por sus comedores. Blumenthal, que es además uno de los paladines de lo que se ha denominado gastronomía molecular, optó el pasado martes por cancelar todas las reservas y cerrar el restaurante de Bray, en el condado de Berkshire (a las afueras de Londres), como medida de precaución y mientras las autoridades locales investigan el origen del problema. El famoso chef ha sido tajante (¡ojalá! algunos líderes políticos fueran así de inflexibles con la corrupción entre sus filas). "Vamos a agotar todos los caminos. No quiero que ninguna otra persona llame al restaurante para informar de enfermedades", dijo Blumenthal, y apostillando con valentía y cordura dijo: "He tomado la decisión del cierre para alertar a la gente de esto", porque "todo lo que hacemos es brindar placer a la gente". Pondría la mano en el fuego por él. Con las cosas de comer no se juega. Tolerancia cero.
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